Boca cerró el torneo con un triunfo 2-0 que premió su presencia en las dos áreas y castigó a un Independiente que hizo méritos para lograr algo más, pero se fue de su cancha silbado por los hinchas, que estallaron contra los jugadores y dirigentes. Exequiel Zeballos y Nicolás Valentini anotaron los goles xeneizes, que tuvo a Sergio Romero como figura excluyente, incluso atajándole un penal a Martín Cauteruccio.
Boca manejó la pelota, pero la intensidad de Independiente le impidió progresar en ataque. Por el contrario, la habilidad de Chaco Martínez y la categoría de Cauteruccio le sirvió al equipo de Zielinski para generar las mejores oportunidades. Claro que la seguridad de Romero le permitió al visitante sostener la igualdad.
El mejor juego de Independiente no encontró eco en el resultado. Por el contrario, los cambios que propuso Almirón, con los ingresos de Zeballos, Fabra y Rolón le dio a Boca una claridad que no había tenido. Entonces una genialidad del colombiano, con un sombrero en el área y el pase al medio para el Changuito, abrió el marcador de manera injusta por lo mostrado por ambos equipos.
Independiente tuvo la chance de empatar de inmediato por una mano infantil de Benedetto, pero Romero se lució al taparle al penal a Cauteruccio. Y antes de que pudiera asimilar al impacto, Valentini apareció por el segundo palo para cabecear un corner de Zeballos y sentenciar el resultado.
Con el 0-2, el público de Independiente estalló contra los jugadores y dirigentes. La bronca siguió afuera del estadio, lo que provocó algunos incidentes porque la policía reprimió con balas de goma a los hinchas más exaltados. Un cierre a la altura de lo que fue el torneo del Rojo.