La reprimarización de la economía y el cierre de empresas industriales durante el macrismo no fueron un accidente ni un efecto colateral, sino un objetivo, enunciado en un documento al que informalmente los funcionarios llamaban “Plan Australia”. La memoria del pasado reciente y la perspectiva de que se reedite pone en alerta a buena parte de los industriales bonaerenses.
Tal como publicó Página/12, el gobierno de Mauricio Macri no fue anárquico en materia productiva. Tuvo un programa, el Plan Productivo Nacional, que detallaba qué sectores tenían competitividad baja, un caso que para el macrismo significa terminar desahuciado, qué franjas eran salvables y cuáles debían reconvertirse.
Entre los sectores condenados figuraban las industrias textil, de calzado, electrónica de consumo (teléfonos, tablets, GPS, calculadoras, cámaras) y mueblera.
Ni en Australia
La población argentina casi duplica a la australiana: 47 millones a 25. Pero, si en vez de medir la población total, medimos la densidad, Argentina más que quintuplica al país de los Wallabies y los canguros, 16 habitantes por kilómetro cuadrado contra 3. ¿Por qué, entonces, a pesar de estas enormes diferencias, Australia es el modelo de política -no- industrial de Juntos por el Cambio?
Se trata de una economía primaria y reprimarizada en las últimas décadas, básicamente exportadora de commodities agrícolas y mineros. Entre otras cosas, esto es consecuencia de una desregulación financiera absoluta. Sus exportaciones manufactureras apenas superan el 10 por ciento, y tiene un déficit de cuenta corriente sostenido en el tiempo.
La pregunta que se hacen los industriales consultados por este diario es si, ya que el modelo australiano no funciona en Australia, cómo podría funcionar en Argentina, que no sólo tiene el doble de población, que demanda empleo y salarios, sino que ostenta además un enorme entramado pyme, que sostiene la actividad, la recaudación y la demanda.
¿Qué consecuencias tendría una política de este tipo, como la que ya se aplicó entre 2015 y 2019, para la provincia de Buenos Aires que, de acuerdo a un informe elaborado por el ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, concentra el 50 por ciento del PBI industrial del país, 36 por ciento del PBI total, 39 por ciento de la población y 32 por ciento del empleo formal?
En los últimos días, varias voces se pronunciaron al respecto del industricidio que podría ocurrir en territorio bonaerense, si la administración nacional cambiara de signo a partir del próximo mes de diciembre.
De parques y galpones
Un termómetro bstante accesible de la política industrial son los parques. ¿Crecen? ¿Hay nuevos? Si bien la creación de parques industriales es, en sentido estricto, competencia de los intendentes, requiere una sintpnía fina y articulación con provincia y nación. Y, obviamente, nadie realiza inversiones de ese tipo en un país que marcha hacia la reprimarización.
Consultada al respecto por Buenos Aires/12, la subsecretaria de Industria, Pymes y Cooperativas, dependiente del ministerio de Desarollo Productivo, Mariela Bembi, afirma que "La política del gobierno provincial es que haya al menos un parque industrial en cada uno de los 135 distritos. Hoy tenemos 122 y seguimos trabajando para ampliar el número. También contamos con el plan Arriba Parques, que financia obras de infraestructura dentro de los parques. A la fecha llevamos ejecutados $653 millones en aportes no reembolsables,
Bembi integra el consejo productivo provincial que, encabezado por el ministro Augusto Costa, se reúne cíclicamente con los empresarios, tanto por región como por rama de la producción. No se trata de reuniones protocolares sino de un espacio de trabajo público privado, que tiene su agenda, sus objetivos y elabora políticas para alcanzarlos.
"Los parques son un buen indicador de una política industrial. Permiten sacar las empresas de los barrios residenciales, lo cual evita problemas, reduce costos y mitiga impacto ambiental. La mitad de la industria argentina es bonaerense. Hoy tenemos 194 parques industriales: el 60 por ciento está en el interior bonaerense, porque una prioridad es generar empleo en el interior bonaerense para lograr mayor arraigo", informa.
Recientemente, el precandidato de UxP a intendente de La Plata, Julio Alak, prometió reactivar el Parque Industrial de la Ruta 2, que potencialmente podría crear hasta 1200 empleos. El espejo en el que se mira Alak es el vecino Parque Industrial y Tecnológico (PITEC) de Florencio Varela, que tocó su piso de ocupación en 2018 y 2019 y ya tiene más de 30 empresas en operaciones.
El PITEC fue creado durante la presidencia de Néstor Kirchner, a partir de una iniciativa del entonces intendente, Julio Pereyra. Su sucesor, Andrés Watson, cuenta que "n el período 2016-2019, había sólo 5 empresas en el predio, que hacían las valijas para retirar sus inversiones. La apertura indiscriminada de importaciones perjudicó visiblemente a la producción nacional. Era difícil atraer inversiones productivas cuando la prioridad nacional era la especulación financiera. El golpe fue letal para muchas firmas que inclusive no explotaban al máximo su capacidad, porque no era rentable: si utilizaban su maquinaria a tope, las cifras en sus facturas por energía eléctrica, por ejemplo, eran exorbitantes. Un caso paradigmático fue el de la compañía "Alpargatas", icónica en nuestro partido por la Rotonda con su nombre. Cerró y con mucho trabajo, volvimos a traerla. La inauguramos con Axel Kicillof, en 2021.
A ese pasado reciente, Watson le opone la imagen actua. "Lo opuesto ocurre desde 2019 hasta la actualidad: por la tarea efectuada con prioridades congruentes entre los tres estamentos gubernamentales, edificamos caminos para contribuir al traslado de la materia prima y el transporte de las manufacturas al culminar el proceso, diagramamos recorridos con estudiantes de escuelas técnicas para mostrarles la posibilidad de crecimiento existente al concluir su etapa escolar y hasta iniciamos la construcción de una Escuela Municipal para Capacitación en Oficios donde formar mano de obra calificada”, enumera.
En Tandil, el precandidato de UxP Rogelio Iparraguirre tiene en carpeta la creación de un segundo parque, en caso de vencer al actual intendente Miguel Lunghi. Iparraguirre cuenta con un antecedente importante a su favor: una gestión suya en La Plata permitió resolver un problema dominial que afectaba a una parte del parque existente y conseguir luego fondos para abrir las calles y tender servicios en ese sector, que por años fue un baldío. "Durante años no tuvimos un parque industrial sino medio", comenta. "Nosotros lo resolvimos en menos de un año".
La contracara es lo que ocurre en Lanús, el distrito del precandidato a gobernador Néstor Grindetti. Históricamente industrial, el distrito se ha vuelto una "ciudad galpón", afirma el candidato a intendente de UxP, Julián Álvarez. Sostiene que las industrias se fueron en busca de beneficios a distritos vecinos como Almirante Brown o Florencio Varela y los galpones se alquilan como depósito. La consecuencia es que no hay empleo ni actividad. "Se rompe el tejido social", concluye.
Textil, calzado, empleos en juego
Luján es el mayor polo textil de tejidos planos del país. Hoy cuenta con unas 110 empresas, entre tejedurías, encoladoras, tinturerías y de confección. Rodolfo Bianchi, que se presenta como tercera generación de textiles, preside la cámara empresaria textil local. "En febrero de 2017, cámara y sindicato fuimos juntos al HCD, que en ese momento tenía mayoría de Cambienos, y logramos que se declare la emergencia textil. La situación era gravísima. Cerraron el 45 por ciento de las pymes. Cuando cambió el gobierno había expectativas, pero enseguida vino la pandemia. En mayo, el intendente Boto nos declaró industria esencial y empezamos a trabajar para proveer a la salud: camisolines, barbijos, sábanas para hospitales. A partir de ahí, la actividad fue creciendo. Hoy trabajamos en tres turnos".
Bianchi ejemplifica: "la ITMA, que se hace en Italia cada 4 años, es la feria más importante de tecnología para la industria textil. La última estaba llena de argentinos. 2021 y 2022 fueron récord en importación de bienes de capital en el sector". El peso del sector en la economía local es tan grande que el intendente Leonardo Boto creó una Subsecretaría de la Industria Textil, que también encabeza Bianchi. De todas maneras, el dirigente empresario muestra su preocupación. "Cualquier voto que no vaya a Sergio Massa es un industricidio. Nosotors ya vivimos uno y no queremos otro".
La semana pasada el gobernador Kicillof visitó el parque industrial de Chivilcoy, a la vera de la ruta 5. Acompañado de la diputada nacional y candidata a intendenta de esa localidad, Constanza Alonso, recorrió las instalaciones de la ex Paquetá, una fábrica de calzado de alta tecnología, que cerró en 2018 asfixiada por el combo de importaciones y caída de la demanda, tal como preveía el plan Australia, y reabrió en 2021, gracias a una repatriación de capitales.
Alonso, que siguió muy de cerca esa historia, relata: “Pasamos de la noche a la mañana a ser una de las ciudades con mayor desempleo del país”. Buscando que eso no vuelva a ocurrir, reunió a empresarios del sector y desarrolló con ellos un proyecto de ley de promoción de dicha industria que, espera, sea tratado en comisiones a la brevedad.
“Algunos creen, equivocadamente, que el conurbano es industrial y el interior bonaerense es agropecuario. Chivilcoy, por ejemplo, tiene metalmecánica, textil y calzado. Yo visité Paquetá en 2019, nos comprometimos a hacer el máximo esfuerzo para que reabriera. Reabrió con 50 empleados. Les va bien, valoran mucho los créditos del Bapro”. Y contraatacó: “Vidal estuvo 7 meses sin ministro de Producción, no se me ocurre mayor desprecio para los empresarios. Yo digo en broma que fueron los mejores 7 meses de la industria, porque cuando hubo ministro, fue para desindustrializar”.
No sólo Buenos Aires
La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), tiene mayoría de integrantes santafesinos y cordobeses -oriundos de la “pampa gringa”- y unos pocos bonaerenses. Pero eso no les impidió tomar el ejemplo de sus pares de la industria del calzado, que a su vez emularon a las automotrices y autopartistas. En este caso, la impulsa el diputado nacional por Santa Fe Roberto Mirabella (Frente de Todos). Es que las empresas industriales, a través de sus respectivas representaciones gremiales, impulsan leyes que las preserven de un tsunami que, esperan, no ocurra.