El precandidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, y su jefe de campaña Eduardo "Wado" de Pedro están sentados frente a frente y, mientras conversan, en las ventanillas del Tango 04 se ve como la ciudad de Tucumán, donde ambos estuvieron hace unos minutos arriba de un escenario, va quedando atrás. El ministro del Interior revisa en su computadora las actividades que UP tiene planificadas para el sprint final antes de las PASO. Entre ellas hay recorridas de los candidatos a otras provincias y al conurbano bonaerense. Massa y su precandidato a vicepresidente, Agustín Rossi, estuvieron en San Juan, La Rioja y Tucumán. La semana que viene posiblemente visiten Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Luis y Chaco. En el avión, la comitiva sostiene que la gira que acaba de terminar fue positiva y que "el peronismo del norte está al servicio de la fórmula".
Sobre el escenario que Massa compartió con el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y su sucesor, Osvaldo Jaldo, dijo que "viene el tiempo de buscar una nueva independencia, que es la económica. Ellos nos llevaron al Fondo y nosotros vamos a sacar del fondo a la Argentina". Usando una metáfora futbolera, arengó: "este es un partido de dos tiempos, pero hay que salir a buscar el triunfo desde el primer minuto".
El jueves a la noche, antes de subir al avión que lo llevaría por las tres provincias, al ministro-candidato le llegó la confirmación de que el acuerdo con el FMI estaba a punto de ser aprobado. El viernes temprano, después de distintas reuniones por zoom con los equipos técnicos del ministerio y del Fondo, pudo anunciar, no solo que había llegado a un nuevo acuerdo, sino también que había conseguido el financiamiento necesario para afrontar los pagos que tiene que hacer la Argentina lunes y martes. Eso le permitió al ministro "sacarse una tachuela del zapato", como comentaba a su entorno después de haber hecho el anuncio, y ahora podrá dedicarse de lleno a cumplir su otro rol: el de candidato. La campaña venía centrada en la gestión y no en los actos proselitistas con mística y militancia. Eso se comenzó a revertir en esta gira que Massa hizo por el norte y cuyo en la que el peronismo volvió a mostrar su músculo y su capacidad de movilización.
San Juan, La Rioja y Tucumán
En la primera parada, San Juan, Massa encabezó dos actos: uno con el gobernador Sergio Uñac y otro con el diputado y exgobernador, José Luis Gioja. Esa división --además de la intromisión de la Corte Suprema-- dejó en evidencia uno de los motivos por los cuáles el peronismo no triunfó en las elecciones locales: no está unido. Más allá de eso, las convocatorias fueron masivas y desde la comitiva aseguraron que es posible dar vuelta el resultado provincial, en los comicios nacionales.
"A pesar de venir de una derrota, lo de San Juan estuvo muy bien. Era necesario volver a motorizar la militancia y por más que está difícil la interna, el peronismo se ordena", aseguraban en el avión camino a Tucumán y explicaban que "no es imposible dar vuelta el número porque es una provincia que está ordenada y en dónde hubo una buena gestión". En San Juan, Massa también se animó y empezó a hablar de su futuro gabinete en caso de ganar: "quiero un sanjuanino en mi gabinete", dijo y miró a Uñac. Cerca de él, y pasado el calor del acto, cuando se les consultaba por otros nombres en el posible gabinete se atajaban: "primero hay que cazar la liebre y después repartirla".
En La Rioja y Tucumán la situación es distinta. En la primera provincia, Ricardo Quintela fue reelegido como gobernador a principios de mayo con más del 50 por ciento de los votos y en la segunda, Jaldo también sacó más del 50 por ciento el 11 de junio. Quintela acordó con de Pedro y Massa en la última reunión de gobernadores que hubo en el CFI que recibiría en su provincia a la fórmula presidencial y que armaría un gran acto para la ocasión. Así fue. En el super domo entraron más de 20 mil personas y otras 10 mil escucharon los discursos desde afuera. En el escenario acompañaron a Massa otros gobernadores del norte grande: Gerardo Zamora, de Santiago del Estero y Raúl Quintela de Catamarca.
La comitiva arribó a Tucumán el viernes por la noche. Allí los candidatos compartieron una cena en el hotel Sheraton con Manzur, Jaldo y todos los ministros y legisladores provinciales electos. La situación en Tucumán era particular porque dos días antes del cierre de listas Manzur había sonado como posible candidato a vicepresidente de una fórmula que supuestamente iba a encabezar de Pedro. Sin embargo, no hubo ningún ruido. El sábado, Jaldo y Manzur organizaron un acto para Massa en el que había cerca de 30 mil personas: "el peronismo tucumano te va a ayudar y acompañar, Sergio. El peronismo tucumano te quiere ver presidente de todos los argentinos", le dijo Manzur a Massa ante la multitud. En la comitiva, después del acto, destacaban el gesto del tucumano: "fue a la jefatura de gabinete en un momento crítico, cuando ocurrió lo de la Corte él se corrió rápidamente y recompuso el panorama para poder ganar y hoy, con el acto que organizó, vuelve a demostrar el liderazgo y la humildad que tiene", lo elogiaban.
Tanto en La Rioja como en Tucumán, el desafío del peronismo es similar: conservar los buenos números que obtuvieron en las elecciones locales. El riesgo con el desdoblamiento que hubo en la mayoría de las provincias es que la maquinaria militante ya se movilizó y puede no volver a hacerlo. Jaldo retomó este tema en su discurso: "A los que han trabajado en cada comuna y han permitido que Tucumán sea una de las provincias que mejor resultado ha tenido a nivel nacional, no hay margen para mirar para otro lado en la elección nacional. Hemos ganado, eso es importante, pero no suficiente", dijo.
Las provincias que vienen
El lunes Massa volverá a viajar por las provincias. Visitará Mendoza y San Luis. Luego podría ir a Córdoba y Santa Fe y el viernes visitará Chaco. Un territorio complejo porque allí Jorge Capitanich perdió las PASO el 18 de junio. En Chaco, el precandidato a presidente encabezará el congreso del PJ local junto con el gobernador. "En esa provincia vamos a ganar. Coqui es una máquina de subir", repetían confiados en la comitiva. Antes, el domingo, Massa estará en Merlo, en un encuentro de mujeres y diversidades. Allí se mostrará con el presidente del PJ bonaerense y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. Será la primera vez que se mostrarán juntos sobre un escenario desde que comenzó la campaña. Antes de las PASO también está en agenda el acto que la CGT organizó con Massa el 8 de agosto en Malvinas Argentinas. Será a las 16 horas para "toda la estructura sindical, no solo dirigencial como fue el del 23 de julio.
Quienes están trabajando en la campaña presidencial del tigrense, consideran que el momento en el que Massa se destacará más será después de la PASO cuando ya no haya más candidatos que él y el que resulte elegido en la oposición. "Ahí se va a despejar la situación y él se va a lucir porque va a poder polarizar de lleno", confían. Para esa instancia, en la que podrán volver a hacer anuncios, es posible que haya alguno vinculado a lo salarial y también más actos proselitistas. "En la campaña presidencial anterior, en Tucumán se congregó a todo el norte y se dijo que esa región iba a garantizar el triunfo. Así fue. Después de las PASO Tucumán va a volver a ser el epicentro de un gran acto en el norte", arriesgan cerca de Massa y aseguran que "hay que correr la mirada metropolitana que tiene la política y poner énfasis en que queremos un país con desarrollo y federalismo, algo que a la oposición desprecia", analizan.