El hijo de un juez tiene la mala fortuna y decisión de atropellar en la calle, huir de la escena y dejar morir a un nepobaby como él. La diferencia estriba en que el padre de la víctima es un líder mafioso. La premisa ficcional de Honor (estreno de ATresPlayer.com) tuvo como origen un producto israelí, contó con su remake turca, una exitosa transposición en los Estados Unidos y ahora tiene su clon español. Darío Grandinetti, entonces, se prueba el traje que antes vistió Bryan Cranston con el descenso moral y la tragedia íntima de un prestigioso magistrado. Papá –y reciente viudo- hará lo que sea para salvar a su único heredero en una maratón de decisiones injustificables. Al igual que sus antecesoras, la entrega pivotea el thriller jurídico y la estructura coral, el suspense con clanes delictivos y el drama íntimo con la denuncia social.
Honor es de esas ficciones cuyo desencadenante opera de forma expansiva sobre culpables, victimarios e inocentes. En el juego de las diferencias, uno de los aspectos más llamativos de esta versión es elegir a Sevilla como centro de las acciones (la temática migratoria tiene un peso importante en la trama). Más allá de la coyuntura puntual, lo que se impone es el papel de alguien decente que arriesga lo que dice el título. “Apartarse de esa honorabilidad y respeto que este hombre se ha ganado va a modificar todas sus relaciones. Es un thriller de personaje”, definió el actor argentino.