Beijing y su región enfrentan lluvias torrenciales, provocadas por el tifón Doksuri, por lo que las autoridades reforzaron las medidas contra las inundaciones y pidieron a los residentes que no salgan de sus casas.
Para evitar cualquier incidente, muchos sitios emblemáticos de Beijing anunciaron su cierre temporal, entre ellos la Ciudad Prohibida y el popular parque de atracciones Universal Studios, así como bibliotecas y museos.
El inmenso Centro Nacional para las artes escénicas, ubicado cerca de la Plaza de Tiananmen, también cerró y canceló su programación de ópera y conciertos del domingo.
Además se ordenó el cierre de establecimientos comerciales situados en sótanos, por los riesgos de inundación.
Hasta el lunes en la tarde al menos, China estará en alerta roja por las precipitaciones sobre una amplia zona del norte, donde viven cientos de millones de personas; entre la que se cuenta Beijing, con 22 millones de habitantes; la metrópolis vecina de Tianjín, la provincia limítrofe de Hebei, Shanxi, Shandong (este) y Henan (centro).
En la ciudad de Baoding, al suroeste de Beijing, la policía ayudó a los automovilistas a circular por carreteras parcialmente inundadas, en las que los ciclistas tenían el agua hasta las pantorrillas, según imágenes de la televisión pública CCTV.
La alcaldía de Beijing pidió a las escuelas que cierren temporalmente, porque algunos alumnos y profesores asisten para formarse o realizar actividades extracurriculares en medio de las vacaciones de verano.
En Beijing han sido evacuadas más de 27.000 personas que viven en zonas de riesgo y unas 20.000 en Shijiazhuang, una gran ciudad situada a 250 kilómetros al suroeste de la capital, según medios oficiales.
El Ministerio de Recursos Hídricos elevó la alerta al nivel 2, ante el riesgo de inundaciones, y movilizó más agentes para controlar corrientes de agua y represas.
Algunos ríos podrían superar los umbrales de alerta y podrían producirse derrumbes en zonas montañosas.
Un río desbordado en un pueblo montañoso a las afueras de Beijing provocó un torrente, que no causó víctimas mortales, ya que la víspera habían sido evacuadas 62 viviendas de esta zona.
Beijing hizo un llamado a sus habitantes para que "no salgan si no es necesario".
Una medida que ha sido ampliamente acatada por la población, ya que el domingo en la tarde muchos menos peatones y automóviles salieron a la calle.
El municipio también instó a las empresas a "no obligar a sus empleados a acudir a su lugar de trabajo si no es necesario".
Doksuri azota el sureste de China desde el viernes y se desplaza hacia el norte, donde se siente su influencia con lluvias torrenciales, según el servicio meteorológico chino.