Al menos 44 personas murieron y decenas resultaron heridas este domingo en el noroeste de Pakistán por la explosión de una bomba durante un acto político organizado por un partido islámico. El ataque iba dirigido contra el partido religioso conservador Jamiat Ulema-e-Islam (JUI-F) que celebró una asamblea bajo una carpa a la que asistieron 400 miembros y simpatizantes en la ciudad de Jar, cerca de la frontera con Afganistán, de cara a las elecciones que se celebrarán a fines de este año.
Las imágenes del lugar de la explosión que circulan en las redes sociales muestran cuerpos esparcidos y voluntarios ayudando a las víctimas ensangrentadas a subir a las ambulancias. "La carpa colapsó por un lado, dejando atrapadas a personas que buscaron escapar de forma desesperada", contó el testigo Abdulá Jan, quien agregó: "Hubo una confusión total, había carne humana, restos de extremidades esparcidas y cadáveres".
Violencia en plena campaña
Riaz Anwar, delegado del ministerio de Salud en la provincia de Jaiber Pastunjuá, indicó que hay 44 muertos y más de 100 heridos. "Fue un atentado suicida y el atacante se hizo explotar cerca del escenario", aseguró Anwar. Entre los fallecidos están el líder del partido en Jar --Ziaulá Jan-- y el secretario general de la formación en Nawagai, Hamidulá Haqqani. La Asamblea Nacional de Pakistán va a disolverse en las próximas semanas, antes de las elecciones previstas para octubre o noviembre, y los partidos políticos están en campaña.
"Esto forma parte de la violencia terrorista que parece estar en aumento en Pakistán antes de las elecciones para crear una sensación de inestabilidad que podría llevar a un aplazamiento de las elecciones", explicó Imtiaz Gul, director ejecutivo del Centro de Investigación y Estudios de Seguridad con sede en Islamabad. El vocero del gobierno afgano, Zabihulá Mujahid, condenó el ataque y expresó "su más sentido pésame con las familias afectadas".
El senador del JUI-F y presidente del Comité de Asuntos Religiosos de la Cámara Alta del país, Hafiz Hamdulá, explicó que él mismo tenía previsto asistir al acto, pero no pudo hacerlo debido a "compromisos personales". Uno de los heridos es un camarógrafo de un canal de televisión paquistaní, que debió ser trasladado de urgencia a un hospital en estado crítico. "Condeno contundentemente esta explosión y quiero hacer llegar a la gente que detrás de esto no hay yihad, sino terrorismo", subrayó el senador Hamdulá.
El JUI-F está liderado por el clérigo Fazal ur Rehman, uno de los más destacados exponentes islamistas en la política del país y socio menor de la coalición del gobierno. En su primera reacción al ataque, el clérigo exigió al primer ministro del país, Shebhaz Sharif una investigación inmediata de lo acontecido y llamó a la calma a sus seguidores.
Sharif anunció que ordenó investigar los hechos e identificar a los responsables. El Cuerpo de Fronteras está en alerta y uno de sus máximos responsables, el general Nur Wali Jan, se desplazó hasta Bajaur para seguir de cerca la situación. Desde la oposición, el presidente del Partido Popular de Pakistán, Bilawal Bhutto Zardari, instó al gobierno a llevar a los "responsables y terroristas" ante la justicia.
¿ISIS detrás del atentado?
Ningún grupo se atribuye la responsabilidad del ataque, pero el brazo local del grupo Estado Islámico (ISIS) viene llevando a cabo ataques contra el JUI-F. El año pasado, ISIS dijo que estaba detrás de los ataques violentos contra los eruditos religiosos afiliados al partido, que tiene una enorme red de mezquitas y madrazas en el norte y oeste del país. El grupo yihadista acusa al JUI-F de hipocresía por ser un grupo islámico religioso que ha apoyado a sucesivos gobiernos y a los militares.
En Pakistán hay un importante aumento en los ataques desde que los talibanes afganos volvieron al poder en el vecino Afganistán en 2021. El grupo talibán propio de Pakistán, Tehreek–e-Taliban Pakistán, dirigió su campaña contra los funcionarios de seguridad, incluso los agentes de policía.
En enero un terrorista suicida vinculado a los talibanes de Pakistán se inmoló en una mezquita dentro de un recinto policial en la ciudad noroccidental de Peshawar, matando a más de 80 agentes. Los ataques se centraron en las regiones que limitan con Afganistán. Islamabad alega que algunos están siendo planeados en suelo afgano, una acusación que Kabul niega.
Bajaur es uno de los siete distritos remotos que limitan con Afganistán. En ocasiones Pakistán estuvo plagado de bombazos casi diarios, pero una importante operación militar de limpieza que empezó en 2014 restauró el orden en buena medida. Desde entonces, la seguridad ha mejorado con el noroeste bajo el control de las autoridades paquistaníes, después de la aprobación de la legislación en 2018.