El terror se instaló ayer en Barcelona cuando una persona atropelló con una camioneta a un grupo de transeúntes en La Rambla y mató al menos 13 de ellos e hirió a más de 100. El atentado que fue reivindicado por el Estado Islámico (EI) disparó un masivo operativo de seguridad para rastrillar la ciudad y encontrar al conductor que está fugitivo. Por la madrugada los Mossos d’Esquadra habrían desbaratado un segundo atentado al balear a cinco sospechosos, con un saldo de cuatro muertos y un herido (ver aparte).

Horas antes, el panorama en La Rambla era desolador. ``Cuando ha pasado todo, he salido corriendo y he visto destrozos, cuatro cuerpos en el suelo, gente atendiéndolos, gente llorando y también había muchos extranjeros que habían perdido a sus familiares’’, dijo Xavi Pérez, de 26 años. ``La persona iba acelerando, a tope, a todo lo que daba, intentando arrollar a la gente por el medio de Las Ramblas’’, indicó otro testigo, que se identificó como Isaac.

El consejero del Ministerio del Interior del gobierno catalán, Joaquín Forn, informó a la prensa que entre los heridos hay 25 de gravedad, al tiempo que anunció dos detenciones por posibles vínculos con el ataque, cuyos móviles no fueron definidos por las autoridades españolas. Unas horas después del atentado, la milicia islamista EI se adjudicó la autoría en un comunicado de la agencia de noticias Amaq, un medio cercano al grupo. Sin dar ningún detalle, dijo que fue cometido por sus soldados, quienes llevaron a cabo la operación en respuesta a los llamados a atacar a los estados de la coalición (en referencia a la alianza militar internacional que encabeza Estados Unidos, y de la que participa España en Medio Oriente) que bombardea al grupo extremista en Irak y Siria. 

Según la versión oficial, pasadas las 17 horas locales, una camioneta subió a la vereda en la zona de Plaza Cataluña, en La Rambla de Barcelona, atropelló a un grupo de personas y el conductor se fugó. Imágenes difundidas en las redes sociales por la Asociación de Unidad de Guardias Civiles de España mostraron una camioneta blanca detenida en medio de La Rambla, sentido el mar, y con notorios signos de haber colisionado, con sus puertas delanteras abiertas y rodeadas de personas lesionadas y policías que les realizaban las primeras atenciones médicas.  

Al parecer, la camioneta partió de la estación de subte de las Ramblas, circuló por el carril central de esta avenida e impactó contra varios vehículos en el recorrido, que terminó prácticamente en la entrada del teatro del Liceu (la ópera de Barcelona). La camioneta se desplazaba a gran velocidad y haciendo zizgag para golpear a más personas, según dijo un testigo, citado por el diario local La Vanguardia. La furgoneta usada en el ataque era propiedad de una empresa de alquiler.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los heridos fueron repartidos en hospitales de la ciudad. Las autoridades pidieron a la ciudadanía que se quedara en los hogares, pero muchos decidieron salir para intentar ayudar a los afectados o donar sangre. De hecho, los hospitales tuvieron que informar que ya disponían de suficiente plasma para atender a los heridos. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El jefe de la Policía local, Josep Lluis Trapero, informó en conferencia de prensa que ninguno de los dos detenidos (uno de origen marroquí Driss Oukabir y otro sin identificar de Melilla, el enclave español en el norte de África) conducía la camioneta que protagonizó el atentado de La Rambla. Esa persona sigue prófuga y es activamente buscada con redadas y controles de seguridad. La Policía difundió en un primer momento el nombre y la foto de Oukabir, que reside legalmente en la localidad catalana de Ripoll (Girona), quien aparentemente fue quien alquiló en Santa Perpètua de Mogoda (un municipio próximo a Barcelona) la furgoneta. Sin embargo, el propio sospechoso se entregó luego a la Policía explicando que le habían robado la documentación, aseguraron autoridades locales. Una hipótesis no confirmada es que su hermano menor haya robado los documentos y esté implicado en el atentado. Trapero también habló de dos incidentes más en la región que terminaron con dos muertos y más heridos, y abrió la puerta a que puedan estar vinculados con el atentado de La Rambla. En primer lugar, Trapero informó que investigan una explosión en una casa de ayer por la mañana en Alcanar, la localidad más al sur de Cataluña. “Estaría relacionada con el atentado”, aseguró el funcionario, quien agregó que una persona falleció en ese incidente y otras resultaron heridas. “Hay elementos de la investigación que estamos trabajando y nos llevan a conectar estos incidentes”, explicó Trapero, jefe de los Mossos D’ Esquadra. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En segundo lugar, Trapero destacó que en medio del despliegue de seguridad posterior al atentado de La Rambla, una persona atropelló a dos policías que participaban de uno de los controles que se instalaron en las entradas y salidas de Barcelona para intentar encontrar al o los responsables. El conductor falleció y uno de los policías resultó herido, informó Trapero, quien agregó: “De entrada, el atropello de los policías no tendría relación con el atentado terrorista”. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras se empezaban a conocer los detalles de la investigación oficial, el despliegue de seguridad para encontrar al o a los responsables seguía en marcha con redadas y controles alrededor de toda la ciudad e inclusive en las afueras. Trapero desmintió muchas de las versiones que corrieron a lo largo del día. Aseguró que no tienen evidencia de que el conductor de la camioneta haya salido del vehículo armado después del atentado, lo que pone en duda también la versión de que éste después protagonizó un tiroteo en el famoso Mercado de la Boquería. La confusión en la zona generó durante horas el rumor de que un terrorista se había atrincherado en un bar próximo al lugar del suceso. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El jefe policial catalán también aclaró que el atacante tampoco subió a un techo y comenzó a disparar sobre las calles céntricas de Barcelona, y explicó que las personas que quedaron encerradas en algunos locales comerciales o casas de la zona de La Rambla se podrían retirar pronto, cuando las fuerzas de seguridad terminasen de rastrillar el aérea y pudiesen garantizar que no hay personas armadas. “Lo que sabemos es que se trató claramente de un atentado terrorista con la intención de matar la mayor cantidad de personas posibles”, resumió el jefe policial ante la prensa. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Poco después del atropello, la Policía pidió a todos los ciudadanos que se retiren de la zona. Más tarde, las fuerzas de seguridad comenzaron a evacuar las calles y los edificios. Los policías fuertemente armados despejaron otras zonas de la ciudad, como la Plaza Independencia. Por ejemplo, la Policía encontró en la localidad de Vick, a unos 60 kilómetros al norte de Madrid, una segunda camioneta y la alcaldesa, Anna Erra, aseguró que podría estar vinculado con el atentado de Barcelona. Con el correr de las horas, la Policía realizó redadas en los barrios de Raval y el Barrio Gótico, y poco después, anunció que estableció controles de seguridad en todas las entradas y salidas de Barcelona. Pese a los constantes rumores e inclusive tras la adjudicación del EI, la Policía informó vía la red social Twitter que no se puede confirmar cuál es el móvil del atentado y pidió información a cualquier ciudadano que haya sido testigo del atropello y del tiroteo posterior. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por su parte, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, fue uno de los primeros dirigentes en reaccionar y a través de su Twitter informó que está en contacto con las autoridades catalanas, que su prioridad es atender a los heridos y emprendió viaje a Barcelona. “Los terroristas nunca derrotarán a un pueblo unido que ama la libertada frente a la barbarie. Toda España está con las víctimas y familias”, sentenció el líder conservador. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El rey Felipe VI también repudió rápidamente el atentado vía Twitter.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Son unos asesinos, simplemente unos criminales que no nos van a aterrorizar. Toda España es Barcelona. Las Ramblas volverán a ser de todos”, escribió el monarca en la cuenta oficial de la Casa Real. Mientras, el Parlamento regional y dirigentes de todo el espectro político de Cataluña condenaron el ataque, el gobierno autonómico reunió a su gabinete de crisis (compuesto por las autoridades autonómicas, la delegación del Gobierno, los Mossos d’Esquadra, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía) para definir cómo responderá al ataque y qué medidas de seguridad tomará. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En un principio, el gobierno catalán decretó tres días de duelo y se suspendieron todos los actos oficiales. Al mismo tiempo, la alcadesa de Barcelona, Ada Colau, convocó para hoy a realizar un minuto de silencio en la Plaza Cataluña, el mismo lugar desde donde salió la camioneta que terminó provocando el peor atentado en España desde el ataque de Al Qaeda contra la estación de trenes de Atocha, en el 2004. “Es para demostrarles que no tenemos miedo”, puntualizó.