“Hija, mañana empezás las clases de Ballet. Le dijo la mamá muy entusiasmada, y enseguida abrió los brazos para recibir un beso. Pero Mariana se echó a llorar sin consuelo. Cuando la madre logró calmarla, Mariana le dijo: Yo quiero ser Ninja”. Mariana quiere ser es el título de este cuento que forma parte del libro "Eva vestida de Azul", escrito por Pía Cabral e Idangel Betancourt y que fue presentado en la XX Feria del Libro de La Rioja “Democracia Siempre” que se realizó entre el 10 y el 15 de julio pasado.
La literatura puede ser una aliada para fomentar en la niñez el respeto por la diversidad, poner en tensión estereotipos que refuerzan lo heteronormativo y generar empatía y una mirada respetuosa. Puede ser también, una herramienta fundamental en la implementación de la ESI (Educación Sexual Integral) para comprender el respeto por la corporalidad, las infancias y adolescencias diversas y prevenir y detectar el abuso sexual en las niñeces. Eva vestida de Azul es un libro de cuentos que abarca todos esos aspectos y con un lenguaje sencillo y cercano nos habla desde la vida cotidiana sobre diferentes situaciones que atraviesan niñas y niños en su vida diaria y la importancia del acompañamiento de los adultos que los anima en la lectura a la introspección y a la escucha.
“Eva quiere un vestido, Martín no quiere jugar al fútbol. Lola, que es una princesa, no quiere ser conquistada. Estos cuentos para construir nuevas infancias proponen un universo infantil nuevo y posible. Libre de estereotipos. Un universo en el que grandes y chiques podemos seguir aprendiendo”, expresa en la contratapa este material de lectura que contiene cuentos dirigidos a chiques entre 6 y 12 años y que incluye una guía de actividades didácticas bajo el nombre “De esto sí se habla”. Por medio del recurso de la pregunta propone pensarnos en sociedad inclusivas.
“Los cuentos de este libro también se proponen como un espacio de diálogo que abra un nuevo camino en las posibilidades de comunicación entre las infancias y las escuchas docentes, personas con vínculos afectivos, instituciones que generen empatía u confianza. Por eso, la mejor forma de leer este libro podría ser una lectura compartida, ya sea en el aula, en la casa o en lugar preferido, como si estuviéramos alrededor de un fogón, al calor de la imaginación de las experiencias propias, descubriendo nuevas formas de relacionar-nos, sentir-nos y contar-nos”, expresa parte de su introducción.
El libro cuenta con ilustraciones originales de la artista catamarqueña Almendra Acosta.