Tras una condena inicial impecable que incluyó el ofrecimiento de ayuda a España, Donald Trump embarró ayer la repulsa al ataque terrorista en Barcelona con una alusión a un oscuro episodio del pasado estadounidense en la que además pareció respaldar ejecuciones masivas. Tras condenar en Twitter el atropello múltiple que dejó al menos 13 muertos y más de 100 heridos en la ciudad española, el mandatario emitió un segundo tuit apuntando al terrorismo islámico y mencionando al general John Pershing (1860-1948).
“Estudien lo que el general Pershing de Estados Unidos hizo a terroristas cuando los capturó. ¡No hubo más terror radical islámico en 35 años!”, escribió Trump. Según un episodio negado por historiadores, Pershing ejecutó a 50 prisioneros musulmanes en Filipinas con balas untadas en sangre de cerdo.
Trump rescató en su tuit una historia que había contado cuando era aún candidato en las primarias del Partido Republicano. Pero además se da la circunstancia de que Pershing luchó en Cuba en la guerra entre Estados Unidos y España, en la que esta última perdió la isla. El supuesto episodio al que se refirió Trump en su tuit se habría dado una vez Filipinas había pasado a manos de Estados Unidos, tras vencer el país norteamericano a España en la guerra de 1898.
Las críticas a ese tuit no tardaron en llegar tanto en medios estadounidenses, como la CNN, como en Twitter, tanto por su alusión a una matanza como al pasado colonial de Estados Unidos. Su rapidez en condenar el atentado en España fue además comparada con su reacción al atropello en Charlottesville contra quienes se manifestaban contra los supremacistas y que Trump se negó a catalogar como terrorismo.
Antes del tuit sobre Pershing, Trump había condenado impecablemente el atentado en Barcelona y ofrecido la ayuda de su país a España. “Estados Unidos condena el atentado terrorista en Barcelona, España, y hará todo lo que sea necesario para ayudar. Sean duros y fuertes, ¡los queremos!”, escribió en Twitter. El presidente, que se encuentra en Bedminster, Nueva Jersey, en la recta final de sus vacaciones, estuvo informado sobre lo que ocurría en España a través de su jefe de gabinete, John Kelly, según fuentes de la Casa Blanca.
Al margen del tuit de Trump que embarró la repulsa, Estados Unidos se volcó con España en la condena del atentado y en las expresiones de solidaridad y cercanía.
Desde Panamá, al iniciar la última etapa de su gira por América Latina, el vicepresidente, Mike Pence, expresó su condena, sus condolencias y reiteró el ofrecimiento de ayuda que antes habían pronunciado ya Trump y el secretario de Estado, Rex Tillerson. “Estamos preparados para ayudar a las fuerzas del orden público y a las autoridades de seguridad nacional de España”, dijo Tillerson en la rueda de prensa que él y el titular de Defensa, James Mattis, dieron en Washington junto a sus pares japoneses. “Los terroristas en el mundo deben saber que Estados Unidos y nuestros aliados están resueltos a encontrarlos y llevarlos ante la justicia”, manifestó el secretario de Estado. La primera reacción oficial estadounidense llegó no obstante de la primera dama, cuando aún no se había confirmado que se trataba de un ataque terrorista. “Nuestros pensamientos y oraciones están con Barcelona”, escribió Melania Trump.