Los acuerdos se alcanzan pero los tironeos internos en la CGT no cesan. Ayer, el sector que lidera la familia Moyano realizó un acotado plenario de delegados regionales que contó con la presencia del triunviro Juan Carlos Schmid que, dicho sea de paso, integra el Consejo Directivo (CD) y que junto a buena parte de los sindicatos habían desautorizado. Pero el encuentro se hizo igual para ratificar lo ratificado, la marcha, y en pos de la unidad de la central obrera que en la reunión de ayer del tan mentado consejo se había refrendado y reforzado. En ese complejo entramado el presidente Mauricio Macri hizo su aporte al cuestionar la marcha y a los dirigente sindicales que “no comprendieron el cambio” que vive el país.
El encuentro en la sede de la CGT estuvo acotado prácticamente al sindicato de Camioneros con el aporte de gremios aliados como los Aeronavegantes, Seguro y Panaderos más algunos referentes del interior bonaerense como Necochea, entre otros. Lo que llamó la atención (y también generó molestia) entre el resto de los gremios que militan en los universos denominados como los gordos y los independientes, fue que participara Schmid porque entendían que durante la discutida reunión del CD del miércoles Pablo Moyano había comprendido la necesidad de respetar las decisiones del consejo y el rol de cada secretaría que en lo que referido a la relación con las regionales es responsabilidad de la de Interior que conduce el metalúrgico Francisco “Barba” Gutiérrez.
Sobre la participación de Schmid los dirigentes de los otros sectores consideraron que tiene que ver con las lealtades. El sindicato de Dragado y Balizamiento que conduce el triunviro forma parte del universo moyanista y vuelve comprensible su presencia. Uno de los miembros del Consejo Directivo consultado por este diario fue más directo: “Si en el futuro quiere ser secretario general de la CGT tiene que estar ahí”.
Más allá de estos detalles, durante el encuentro que presidieron Moyano hijo y Schmid ambos ratificaron la necesidad de realizar la marcha, cuestionaron la política económica del gobierno nacional, reafirmaron la necesidad de “consolidar” la unidad de la CGT ante este escenario político y convocaron a juntar todas las fuerzas posibles para realizar una movilización tan importante como la del 7 de marzo pasado. Eso sí, advirtieron que a diferencia de aquella oportunidad, cuando los manifestantes le exigían al triunvirato que anunciaran la fecha del paro general y ante el silencio tomaron el escenario, esta vez no habrá problemas porque, aseguraron, el escenario estará “blindado” ante cualquier intento de expresión de repudio a los conductores de la marcha. La seguridad estará a cargo del sindicato de Camioneros.
Durante el debate del Consejo Directivo del miércoles, el veterano Armando Cavalieri (Comercio) advirtió a sus compañeros sobre una de las consecuencias de la marcha: “El gobierno nos llevará a la grieta y nos usará políticamente”, les dijo. Ayer, el presidente Macri pareció darle la razón cuando criticó la movilización al afirmar primero que “tuvimos elecciones el domingo y el país ratificó la vocación de cambio”. Luego, ya sobre la central sindical indicó que “ese grupo perdió la capacidad de escuchar y entender lo que pasa en la Argentina”. Es más, aseguró que la CGT “no toma en cuenta lo que estamos haciendo como gobierno, que tenemos al presidente del Banco Mundial diciendo que cree en noso- tros. Esperábamos de los gremios una actitud de decir ‘vamos a acompañar, para crecer por muchos años’, pero evidentemente ese grupo ha perdido la capacidad de escuchar y entender lo que pasa en la Argentina”.
Otro de los que se plegó a la crítica contra los sindicatos fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. El funcionario calificó a la movilización como “extemporánea” porque “la economía después de mucho esfuerzo se está poniendo de pie”. Luego aseguró que esta medida de acción directa es típica de una crisis de “transición en su conducción”. Algo debe saber Frigerio ya que el miércoles almorzaba con Hugo Moyano al mismo tiempo que el Consejo Directivo estaba reunido sin saber de la existencia de esa comilona donde también participaron el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el de Energía Juan José Aranguren.