Fue solo cuestión de horas. Tras el reñidísimo mano a mano que duró hasta la madrugada --y que dejó en ascuas a gran parte de la población de Chubut-- llegó la confirmación: Ignacio "Nacho" Torres había dado el batacazo en la provincia. Por más de cinco mil votos de diferencia, el candidato de Juntos por el Cambio triunfó sobre su contrincante de "Arriba Chubut", Juan Pablo Luque, rompiendo así con 20 años de hegemonía peronista en Chubut. El suspenso se acabó el lunes a la mañana, cuando el propio Luque reconoció la victoria de Torres y, muy pocos minutos después, el propio Alberto Fernández salió a felicitarlo. Torres, de sólo 35 años, se convirtió así en el primer gobernador 100 por ciento PRO y le brindó a su armado nacional el empuje que necesitaba de cara a las PASO. En silencio, sin embargo, se mantenía la disputa interna por quien capitalizaría la victoria Torres.
"¿Y? ¿Quién ganó al final? Lo escuché a Luque decir que tenía más votos, pero al rato el pibe dijo lo mismo, la pregunta de Fabián, sardónica en realidad -es un chico joven que maneja un Uber en Comodoro y dice que votó por Luque, pero que en realidad le daba lo mismo--, era una constante en la madrugada chubutense. Juan Pablo Luque, intendente de Comodoro Rivadavia (la ciudad más grande de la provincia) acababa de anunciar que, según sus cómputos, el frente peronista “Arriba Chubut” superaba a JxC por 800 votos. Los datos oficiales, con el 75 por ciento de las mesas escrutadas, le daban por entonces una victoria ajustada a Ignacio Torres. “El pibe”, que es como muchos llaman en Chubut al senador del PRO que acaba de convertirse en el gobernador más joven de la historia, salió a desmentirlo a los pocos minutos, furioso por la estrategia de sus contrincantes. “La verdad es que Chubut tiene un nuevo gobernador. Cambiamos la provincia después de 20 años”, celebró desde su búnker en Trelew, escoltado por Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, que se lo disputaban en un abrazo.
La incógnita duró, sin embargo, solo un par de horas más. Cerca de las 3 de la mañana se terminaron de escrutar las últimas mesas y se conocieron los datos oficiales: con el 35,7 por ciento de los votos, Torres había dado el batacazo en Chubut.
"Fue una mentira alevosa, nosotros tuvimos que salir porque ya veíamos que nos querían robar la elección", murmuró un dirigente que formaba parte del equipo de Torres y de su candidato a vice, el radical Gustavo Menna. Si bien predominaba el mal humor por la jugada de Luque para aguarles el festejo, JxC estaba extasiado. Fundamentalmente en sus dirigentes nacionales, que habían hecho una fuerte campaña desde Buenos Aires a favor del senador PRO. Chubut era, después de todo, la tercera provincia gobernada por el peronismo que JxC lograba teñir de amarillo en la previa de las elecciones nacionales. En San Juan y San Luis, sin embargo, las victorias opositoras habían estado matizadas por las heterogéneas alianzas que los gobernadores electos habían tejido con distintos sectores (incluido el peronismo). Si bien Torres no había sido una excepción -- “Acá tenemos de todo, radicales, PRO y peronistas”, reivindicó, durante los festejos--, en el PRO lo veían como una victoria propia.
Los dos precandidatos presidenciales de JXC habían estado siguiendo los comicios a solo unas cuadras de distancia. La primera en llegar a Trelew fue Bullrich, quien se terminó acuartelando en el Hotel Rayentray junto a su compañero de fórmula, Luis Petri, y de su armador en el interior, Damián Arabia, para seguir los resultados. Pasadas las 9 de la noche, cuando ya se habían conocido los primeros resultados oficiales, Torres pasó por el hotel unos minutos a conversar con ella y, luego, caminó unas cuadras en dirección a la confitería en donde estaba haciendo tiempo Horacio Rodríguez Larreta junto a su secretario de Proyección de la Ciudad, Eduardo Macchiaveli, su jefe de prensa Christian Cohelo y su hermano, Augusto.
La ecuanimidad en las visitas no era casual ni un mero detalle: tanto Bullrich como Larreta se encuentran enfrascados en una disputa interna por el mapa de alianzas provinciales y el acompañamiento de Torres se había vuelto muy valioso. Larreta era quien venía capitalizando la mayor parte de las victorias --con Maximiliano Pullaro en Santa Fe, Claudio Poggi en San Luis y Marcelo Orrego en San Juan-- y Bullrich apuntaba a equilibrar la balanza. Es una disputa con final abierto porque Torres, de momento, no planea hacer ningún pronunciamiento. "Se va a mantener neutral”, especulan tanto en Uspallata como en el cuartel general de Bullrich. La precandidata del PRO, sin embargo, logró volverse a Buenos Aires con una música muy especial en sus oídos: el canto de “se siente, se siente, Patricia presidente” que había sonado brevemente durante su discurso en Trelew. Conciliadora, esa noche, Bullrich buscó calmar los ánimos y pidió dejar esa discusión para el 13 de agosto. Larreta se lo agradeció, pero el malestar ya había germinado.
Los números de la derrota y el recuento
La fantasía de los supuestos 800 votos arriba de Juan Pablo Luque se sostenía en la esperanza de que las mesas que faltaban cargarse de Comodoro y Puerto Madryn --las dos ciudades más grandes de la provincia que, a su vez, eran controladas políticamente por el peronismo-- terminarían yendo para Arriba Chubut.
Ya para las dos de la mañana, el equipo de campaña de Luque se resignó a que no se daría el milagro y comenzó a reflexionar sobre qué era lo que había pasado. Desde un principio Luque había intentando distanciarse de la golpeada gestión de Mariano Arcioni, por lo que sabían eso les jugaría en contra, pero el dato al que más se le prestó atención fue al corte de boleta: en varios municipios grandes - como Madryn - y del interior - como Sarmiento -, la boleta de Luque había recibido menos votos que la del candidato a intendente de Arriba Chubut. "Hubo muchos intendentes que jugaron dos puntas", mascullaban en el frente, que había logrado unir el peronismo por primera vez en 16 años.
A las 10 de la mañana, Luque salió a reconocer la victoria de Torres por más del 1,6 por ciento de los votos, aunque aclaró que "por la diferencia de nuestro centro de cómputos" ratificarían el resultado recién cuando finalizase el "cómputo definitivo". En efecto, durante todo el lunes la Legislatura de Chubut fue recibiendo varias de las urnas ubicadas en los distintos puntos de la provincia. Hoy martes comenzará el recuento definitivo, que podría demorarse unos días. En JxC, sin embargo, están más que tranquilos: "Aunque los mil votos recurridos vayan para Luque, nosotros seguimos ganando", afirmó un dirigente.