La provincia de Buenos Aires volvió al ruedo cotidiano de las clases tras el receso invernal. Sin inconvenientes que se hayan reportado, los más de cinco millones de estudiantes bonaerenses de todos los niveles educativos se encontraron nuevamente en las aulas. En el marco de una campaña electoral signada por discusiones plagadas de “frases comunes”, el titular de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia, Alberto Sileoni, resalta que en 2022 hubo 189 días de clases de los 190 estipulados y que este año sólo se perdió, hasta el momento, sólo un día a raíz del paro producto de los hechos represivos en Jujuy. “Si llueve hay clases, si truena hay clases, y si se cae el mundo hay clases, porque así se incorpora a los niños a la rutina virtuosa del aprendizaje”, señala a BuenosAires/12.
En su despacho sobre calle 13, a dos cuadras de Plaza Moreno, en La Plata, Sileoni aclara que la presencia de chicos y chicas en el aula “iguala socialmente”. “La escuela tiene una cosa arrasadoramente igualitaria”, dice, y toma distancia de las comparaciones con países que ya alcanzaron mayor igualdad social y que son los que pueden darse el “lujo” de tener menos días o menos horas de clases. "En la provincia los pibes tienen que aprender más y eso se hace con más tiempo en la escuela, con más maestras, y con más notebooks”, afirma. "Hay puntos básicos como la cantidad de escuelas a construir, dónde hacerlas, o bien la cantidad de cargos docentes, que se podrían consensuar porque son cuestiones objetivas", dice el funcionario al frente del área educativa.
Más allá de que hay un alto cumplimiento generalizado de los días de clases, Sileoni reconoce que la provincia vivió recientemente situaciones conflictivas con, por ejemplo, trabajadores auxiliares de Bahía Blanca que responden a ATE que ocasionaron pérdidas de jornadas de clases. Incluso, se pudo ver un video del reclamo de un padre que tomó relevancia mediática respecto a este tema. El director general explica que ante lo sucedido se “instalaron” en la localidad gobernada por el intendente del PRO, Héctor Gay, y llegaron a un acuerdo con el sindicato, al mismo tiempo que se aceleraron refacciones en 26 escuelas del distrito.
Pero hubo casos más complejos, como los paros decretados por la agrupación Multicolor, que pretende disputar la conducción del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA). Si bien, cuenta Sileoni, es un espacio que sólo se circunscribe a Tigre, Marcos Paz y Bahía Blanca, tres de los 135 municipios de la provincia, no deja ser “un hecho complejo para la comunidad educativa”.
Sobre el reclamo de la agrupación cercana al movimiento de Izquierda, Sileoni aclara que, tras la consulta al Ministerio de Trabajo, no hubo ninguna notificación oficial de SUTEBA para tomar una medida de fuerza en aquel momento. “Si no hay prestación educativa, no hay prestación salarial”, señala. En todo momento aclara que por “tradición política” cree en la libertad de manifestación y el derecho a huelga, aunque afirma que "el mejor camino siempre es el diálogo". En ese marco, resalta que en ningún momento hubo persecución a quienes llevaron adelante esas medidas. “Eso sería buscar los nombres y perseguirlos, haciendo algún tipo de intervención, y nosotros no hacemos eso”, destaca.
El vínculo con los sindicatos tiene en Sileoni una premisa: diálogo, discusión y acuerdo. La reciente paritaria que eleva un 30 por ciento del salario de los docentes y que se materializará con el cobro de este mes es, para Sileoni, el claro ejemplo de porque la ex gobernadora María Eugenia Vidal tuvo 65 días de paro, mientras que el actual gobierno bonaerense no tuvo ninguno. “El vidalismo le quitó el 20 por ciento del poder adquisitivo al salario de los maestros, es falso que no le hacen paro a Kicillof por una amistad con los gremios”, aclara ante los cuestionamientos opositores que vinculan la relación entre el sindicalismo y las gestiones a cuestiones de corte partidario.
Avanzando, Sileoni continúa enumerando las decisiones del gobierno cambiemita que atentaron contra el vínculo con los gremios en la provincia y que, a su criterio, motivaron un reacción de sus miembros: querer sustituir a los docentes por voluntarios, invitar a una desafiliación por medios virtuales, e incluso “después vino la mesa de la GestaPRO, algo muy doloroso, porque aquel que piensa que si pudiera eliminaría los sindicatos, trabaja en consecuencia”.
“Es falso eso de que los gremios conducen el sistema educativo, porque discutimos con ellos y consultamos decisiones, y con eso hemos resuelto la alta conflictividad que nos dejaron con los docentes”, indica Sileoni.
Más días de clases
“En la Argentina y en la escuela se tiene que hacer más común la continuidad de las clases”, repite en varios tramos de la charla. “Todavía tenemos muy a la mano alguna excepcionalidad que interrumpa las clases”, lamenta, auqnue señala medidas que han fortalecido la continuidad ininterrumpida de las clases en la gestión kicillofista, que va más allá de la cuestión netamente salarial de los docentes.
“El gobernador puso en vigencia el Decreto N° 258 que facilita las suplencias”, menciona, y explica la medida por la cual, cuando un docente se toma licencia, su cargo yo no debe atravesar un acto público que podía demorar el reemplazo hasta una quincena. Ahora la directora elige inmediatamente un suplente a partir de una nómina de docentes de la misma institución, solucionando la ausencia de un día para el otro.
También hay iniciativas de cara al escenario electoral. O, mejor dicho, en relación al post. “Hemos hecho lo pertinente para que el lunes siguiente a los comicios hay un refuerzo de auxiliares de limpieza para que haya clases en todas las escuelas donde se votó”, señala Sileoni.
A este cúmulo de medidas se agrega la adhesión de la provincia al programa nacional que posibilitó a 2.500 escuelas primarias bonaerenses contar con más de cuatro horas diarias de clases. Según explica el director general, hoy más del 70 por ciento de los estudiantes de la provincia cuentan con, como mínimo, cinco horas diarias. El año pasado era sólo el 11 por ciento, lo que significa que 800 mil chicos y chicas cuentan con más horas de clases.
La política sobre la infraestructura escolar se transformó en un eje de gestión para Kicillof. Sileoni explica que hay más de 12.500 edificios educativos en la provincia con más de 20 mil instituciones funcionando dentro. Es decir que, por ejemplo, en un mismo lugar conviven una primaria, una secundaria y hasta, quizás, un Instituto Superior de Formación Docente. El desfasaje es muy grande, pero la provincia lleva construidos 171 nuevos edificios educativos y con la expectativa de culminar estos cuatro años de gestión más de 200.
Según señala, se han intervenido 422 escuelas, con obras de magnitud como, por ejemplo, una escuela en la que se construyeron 17 aulas nuevas u otra donde se hizo una renovación total de los sanitarios. “Son inversiones que incluso están por arriba de lo que significa construir un jardín”, indica.
Con más de 1.800 millones de pesos, el presupuesto aumentó, en términos reales, un 22,1 por ciento respecto a 2019 y un 11,3 por ciento en relación a 2022, afirman desde el organismo comandado por Sileoni. “La inversión en obras y equipamiento creció un 435 por ciento respecto de 2019”, remarca el ministro ante las críticas de "ajuste brutal" que han llegado, paradójicamente, tanto desde la Izquierda como de, por ejemplo, el predecesor de Sileoni durante el gobierno de Vidal, Gabriel Sánchez Zinny.