En el Gobierno miraron con atención lo que ocurrió este domingo en Chubut. Fueron las últimas elecciones provinciales antes de las PASO, para las que faltan 13 días, y el resultado terminó siendo negativo para el peronismo porque triunfó, por poca diferencia, el candidato de JxC, Ignacio Torres. De cuatro jurisdicciones que actualmente gobierna Juntos por el Cambio --Jujuy, Corrientes, Mendoza y CABA-- ahora también tendrá Chubut, San Luis y San Juan. En Santa Fe y Chaco, en tanto, el escenario es distinto: allí todavía no fueron las elecciones generales, pero el peronismo también fue derrotado en las PASO. En Casa Rosada, sin embargo, sostienen que esos resultados "hay que tenerlos en cuenta, pero las elecciones locales no se pueden trasladar a lo que sucederá en las PASO nacionales". A la vez aseguran que "hay que trabajar en la baja participación y el aumento del voto en blanco". La tarea de Unión por la Patria, en esta primera etapa de la campaña, está centrada en movilizar el aparato peronista para asegurarse un piso de 30 puntos, volver a triunfar en las provincias en las que ya ganó el oficialismo y que, en las que perdió, el resultado se pueda dar vuelta o subir, al menos, entre cinco y diez puntos. 

Durante la mañana del lunes, el ministro de Economía y precandidato a presidente, Sergio Massa, realizó una conferencia de prensa para explicar cómo se iba a afrontar el vencimiento de ese mismo día con el Fondo Monetario Internacional. Volvió a repetir que mediante una "canasta" con créditos de la CAF y otros organismos, y con yuanes. Así terminó de negociarlo durante la gira por las provincias que hizo el fin de semana y pudo, por unos días, sacarse el sombrero de ministro para ponerse el de candidato. Por la noche, Massa se volvió a subir a un avión, esta vez con destino a Mendoza y San Luis, dos provincias donde el resultado no fue bueno para el peronismo y deberá ir a buscar el voto de la clase media, que suele ser esquiva al kirchnerismo, y también una mejora en los resultados para las nacionales. Esta vez no viajará con su candidato a vicepresidente, Agustín Rossi, pero sí con su jefe de campaña, Eduardo "Wado" de Pedro. Es posible que antes del fin de semana también vuele a Córdoba y Santa Fe. Todos distritos complejos para el oficialismo.

San Luis votó el 11 de junio y allí ganó, por más del 52 por ciento, Claudio Poggi, del frente Cambia San Luis. En los festejos provinciales estuvo el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, además de otras figuras importantes de Juntos por el Cambio. El oficialismo deberá intentar revertir ese número y desde el comando de campaña confían que Massa tendrá buenos resultados en el norte y centro del país, y que podrá dar vuelta los malos resultados de San Juan, San Luis y Chaco. En Mendoza las PASO fueron el 11 de junio y ganó el radical, Alfredo Cornejo. Las generales serán el 24 de septiembre. Antes de las generales en nación, además de Mendoza, también votarán Santa Fe el 10 de septiembre y Chaco el 17. En las primeras dos, el oficialismo ve más difícil revertir el resultado, no así en Chaco. Allí estuvo este lunes el presidente Alberto Fernández junto al gobernador, Jorge Capitanich. El mandatario pidió que voten al chaqueño y dijo: “Coqui piensa en ustedes, piensa en los chaqueños, no en elección. Lo admiro, no pierdan la oportunidad de tenerlo nuevamente como gobernador”.

El viernes, en tanto, Massa viajará a Chaco y compartirá un acto con Capitanich. Participarán del Congreso del PJ local. "Coqui está dolido", decían en el bunker de campaña, pero aclaraban que confían que "él podrá subir el resultado y ganar en las generales". El día de las elecciones nacionales, en tanto, también votarán en simultáneo, además de Provincia de Buenos Aires y CABA, Catamarca, Santa Cruz y Entre Ríos.

La búsqueda del centro

El conurbano será otro de los epicentros de estas últimas dos semanas de campaña. La idea del oficialismo es empezar a mostrar más juntos a Massa y Kicillof. "Juntos le hablan al 70 por ciento del electorado", dicen y confían que son complementarios. El sábado pasado, la idea era que ambos encabecen una caravana en La Matanza, un bastión del peronismo, pero eso tuvo que ser cancelado. El distrito transita una situación compleja por la interna que hay entre el actual intendente, Fernando Espinoza, y quien lo enfrentará en la PASO, Patricia Cubría, de Movimiento Evita. Kicillof participó ese mismo sábado de un evento con Espinoza y Massa, por más que no confirmó hasta último momento que haría y conversó en dos ocasiones por teléfono con el gobernador, volvió pasado el mediodía de Tucumán y definió no ir. Sin embargo, ambos compartieron un acto de mujeres y diversidades en Merlo el día siguiente. 

Allí, los candidatos volvieron a reforzar en lo discursivo la necesidad de aumentar el nivel de participación en estas elecciones y Kicillof se plegó al discurso del precandidato a Presidente, que insiste con el concepto futbolero de que este "es un partido de dos tiempos, pero hay que salir a buscar el triunfo en el primer minuto". Además del pedido por la participación y la arenga a la militancia para que salga a buscar el voto "casa por casa", Massa viene repitiendo varios ejes en sus discursos como el de los jubilados y los medicamentos gratis y el de los jóvenes y la educación pública y gratuita. Todas políticas que contrapone a las de Juntos por el Cambio y a las propuestas de Milei. También menciona "la deuda heredada del macrismo", y enfrenta el modelo productivo que él representa, contra el especulativo de la oposición. En su círculo íntimo aseguran que "más del 69 por ciento de los argentinos sabe que la deuda con el Fondo la tomó Macri", y consideran que eso va a pesar a la hora de elegir en el cuarto oscuro. 

Quienes están armando la campaña de Massa, evalúan que, una vez superadas las PASO, el ministro de Economía "se va a poder lucir y quedará ubicado como la voz más coherente y racional". En frente, dicen, tendrá un discurso radicalizado de Patricia Bullrich o el de un Larreta que tendrá que extremar sus posturas para atraer a los votantes de su contrincante interna. "Siempre Massa va a quedar en el centro, como la opción moderada", y eso es positivo, resaltan.