Tal como se esperaba, el ministro de Economía, Sergio Massa, confirmó que Argentina no incumplirá los pagos al Fondo Monetario (FMI) y que el vencimiento de 2700 millones de dólares que operó este lunes se cubrirá con un mix de yuanes del swap con China y un puente de divisas que habilitó la Corporación Andina de Fomento (CAF). En un mensaje grabado desde la sede de Hacienda, el también candidato a Presidente por Unión por la Patria (UP) detalló que 1000 millones serán un aporte de la CAF y lo restante parte de la habilitación del segundo tramo del swap chino. El resto, algo más de 700 millones en intereses, se pagarán el viernes.
La decisión de Massa de avanzar en esa línea tiene dos datos centrales: el primero es que en el Gobierno creen que las especulaciones sobre un supuesto default del vencimiento, disparadas desde los mercados y parte de la oposición, se cortan con el pago. La segunda, que mientras en algunas tribunas e informes se debate el bajo o negativo nivel de reservas del Banco Central (BCRA) y sobre si el FMI pondrá o no la plata en la tercera semana de agosto, el Gobierno consiguió no incumplir con el apoyo de dos socios -China y la CAF- que están directamente conectados con el aval del FMI, Estados Unidos, las potencias europeas y el gobierno chino. En síntesis, como explican en los pasillos de Hacienda y fuentes de Washington a Página/12, el Fondo hizo un desembolso indirecto para cumplir el pago y luego girar el resto del dinero a través de sus propias arcas. Todo eso es parte de la trastienda geopolítica no sólo del pago, sino del Staff Level Agreement alcanzado la semana pasada.
"Quiero llevarles la tranquilidad de que no se va a usar un solo dólar de las reservas" internacionales del Banco Central, remarcó Massa, minutos antes de la apertura de los mercados financiero y bursátil locales el lunes. En esa línea, no dejó atrás el pasado y criticó a Mauricio Macri al señalar que "el acuerdo con el FMI es, probablemente, la peor herencia del gobierno anterior", que no se ve reflejada en "rutas, escuelas, hospitales ni en mejoras para las empresas y familias argentinas", ya que el préstamo "sólo sirvió para financiar la salida de capitales" a partir de 2018.
Sin embargo, aclaró el ministro que la Argentina "debe convivir con ese acuerdo hasta pagarlo y transformarse en un país soberano" y en ese sentido, detalló cómo se obtuvieron los recursos para afrontar el pago del vencimiento de US$ 2.700 millones. En esa línea, le agradeció a la CAF y al Gobierno chino, y criticó a "los que querían que no se aprobaran las operaciones y pusieron palos en la rueda" y ratificó el objetivo de "seguir cuidando las reservas" y de esa manera la importación de bienes intermedios, a las que calificó como "claves", debido a que en ellas "está en juego el trabajo de nuestras familias".
El Fondo sin cabeza
Los que conocen la negociación contaron a este diario que luego de una charla de Massa con el gobierno alemán y con la Casa Blanca, se llegó a un entendimiento con el FMI. Una orden política de cerrar. Lo cierto es que el organismo que comanda Kristalina Georgieva atraviesa una crisis seria de liderazgo político y diferencias internas. "Cuando Trump era gobierno, dijo que le presten a Macri y no hubo cuestionamientos. Acá fue diferente", relató alguien que conoce la ingeniería del organismo. De hecho, más allá de la línea de información oficial, los que saben cómo se mueve el FMI aseguran que Estados Unidos dejó jugar a los que querían desestabilizar a Argentina, pero la empresa fracasó y no quedó otra que apoyar un acuerdo.
La realidad indica, de todos modos, que el puente de la CAF, que es un brazo multilateral de las entidades globales, llegó también como consecuencia de las negociaciones con las potencias globales. Y no sólo eso, sino que además ese puente de la CAF es la garantía de la decisión del FMI de girarle a Argentina 7500 millones de dólares en la tercera semana de agosto. Es decir, el Fondo puso dinero a través de multilaterales como la CAF, algo que no había pasado hasta ahora para el pago de deuda. Esa entidad presta, en general, para obras de infraestructura y con montos puntuales.
De algún modo, Massa admitió la mano de la geopolítica, en la conferencia, al decir que "el viernes, a partir de un acuerdo con el CAF, con la aprobación de 20 de los 21 países miembros, se aprobó un desembolso de US$ 1.000 millones" y "hoy, el Banco del Pueblo Chino decidió ampliar el uso del segundo tramo del swap, permitiendo que los US$ 1.700 millones adicionales para completar el pago se realice en yuanes", directamente desde la cuenta de ese segundo tramo.
El amigo chino
El rol de China es central en la historia. Algunos datos concretos: ya en el viaje de Massa a Beijing y Shanghai, se amplió el swap. La única condición que pusieron los chinos es que el segundo tramo de 5000 mil millones de dólares se activaría sólo una vez que se hayan gastado los 5000 anteriores. Los chinos son extremadamente reservados en las condiciones del swap, por eso hay pocos datos de la operatoria general. Este diario supo, además, que el fin de semana último técnicos chinos trabajaron con los locales en la ingeniería del apoyo. Todo en un momento complejo para el gigante asiático: se cambió el Canciller, el titular del Banco del Pueblo y el embajador, sólo algunas semana atrás.
El acuerdo y la manera del pago del vencimiento fue, para el Gobierno, también un manera de salirle al cruce a las críticas a las alicaídas reservas del BCRA. Si bien son bajas, niegan que el pasivo sea de 8000 o 10 mil millones. Y aseguran que no mostrar las cartas de reservas genera inquietud en mercados que pujan por devaluar. "Hay liquidez y poder de fuego", afirman cerca de Massa.
En las arcas del Central hay yuanes, dólares y otros activos, insisten. Y se quejan de los que restan el dinero usado del swap y no computan como activo la totalidad del mismo. El último aliado de las reservas está siendo el dólar agro: en tres días sumó 882 millones y permitió que la semana pasada el BCRA comprara 700 millones. El lunes, en tanto, sumó 118 millones más y a esta altura, en menos de una semana, se liquidó la mitad del monto esperado.