Cintia tiene 37 años. En 2021 denunció a su ex pareja, A.M.R, con quien tiene un hijo en común, por abusarla sexualmente. Desde entonces su vida cambió y actualmente está en tratamiento por las secuelas que dejó en ella el ultraje. Fue revictimizada durante los peritajes que le realizaron donde la trataron “como si ella fuera la culpable” y hoy pide Justicia y paz “para poder seguir viviendo”.
La causa por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias de su realización comenzó a ser juzgada el viernes. Hoy los jueces de la Cámara en lo Penal de Tercera Nominación darán su veredicto. Cintia pide que su caso sea tratado con perspectiva de género. “Estos dos años postergué mi vida, incluso tuve un intento de suicidio”, dijo.
En diálogo con Catamarca12, la mujer relató que la relación con el padre de su hijo nunca fue buena. Mientras convivieron entre los años 2016 y 2018 la violencia que él ejercía contra ella era psicológica. “Me decía que estaba loca, que siempre era la culpable, que yo me equivocada, y nunca pidió siquiera perdón”.
Tras la separación, todo fue “normal” hasta que ella se puso en pareja nuevamente en 2020. “Venía a casa y vigilaba si había huellas de auto o moto. Le decía a mi hijo que yo me veía con un macho y me trataba de puta todo el tiempo” hasta que en febrero de 2021, luego de dos intentos, finalmente la violó luego de ingresar a su domicilio sin permiso.
“Yo tengo certificado de discapacidad porque una disminución visual. Sin lentes no veo absolutamente nada y en ese momento que él ingresó a mi casa yo me estaba bañando y no pude defenderme”, cuenta angustiada.
Tras denunciarlo, comenzó la revictimización del proceso judicial. “Su abogado, Roberto Mazzuco, casi cuando la causa estaba por mandarse a juicio pidió que me hagan otra pericia psiquiátrica a mí. Fue horrible. Recuerdo que estaba la psicóloga del CIF y un perito de ellos porque yo no puse, y me confundían. No me dejaron terminar de hablar y concluyeron que sufro de un trastorno de la personalidad borderline, siendo que yo estaba con tratamiento psiquiátrico por depresión”, contó.
“Todas mis pericias anteriores dieron positivo que sufrí y fui víctima del abuso. Incluso mi hija mayor declaró en la causa como testigo y hasta las pericias médicas comprobaron las laceraciones. No sé que buscaban con esa pericia. Actualmente y luego de un intento de suicido, estoy siendo tratada y medicada por la depresión y la ansiedad. Nadie más me dio ese diagnóstico que ellos dicen”, argumentó.
Angustiada por la situación, relató que también para ella es una proceso revictimizante tener que cumplir con el régimen de visitas. “El otro día mi hijo me contó que él lo había llevado hasta la Gruta de la Virgen del Valle para pedirle que lo proteja de mí. Estoy muy cansada porque su familia también me insulta”, cuenta.
“Esta situación afecto todos los ámbitos de mi vida. No estoy yendo a trabajar desde diciembre pasado. La sociedad te juzga porque parece que les cuesta creer que tu ex pareja te haya abusado y vos tenés que explicarles. No soy ni la sombra de la que fui. No me corto el pelo desde entonces, me dejé estar. Vivo porque mis hijos me necesitan. Me resigne a la vida después del intento de suicidio, por ellos”, relata.
Cintia admite que la condena a ella le daría paz. "Yo me postergue mi vida por completo. Tuve que reinventarme mil veces para seguir en este mundo. Me dicen que si va preso no voy a recibir la cuota alimentaria de mi hijo, pero si yo estoy bien puedo contenerlo no me importa la cuota. “Yo ya estuve presa de esta causa. Me siguen revictimizando con todo”, concluyó.