El presidente Mauricio Macri salió a festejar como un gol de media cancha la polémica sesión del Consejo de la Magistratura en la que se le inició el jury y se suspendió al camarista Eduardo Freiler. Lo hizo en presencia del presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, y señaló que la salida del camarista traerá previsibilidad e inversiones. “Es una paso enorme en la Argentina hacia el fin de la impunidad”, sostuvo Macri. En la Casa Rosada reinaba la satisfacción por la forma en la que consiguieron hacer avanzar el juicio político. También existía la seguridad de que el resto de los jueces federales sabrán leer con claridad esta sanción ejemplificadora.
El contexto no era el más vinculado al Poder Judicial: una conferencia conjunta con el titular del Banco Mundial. Pero Macri se las arregló para introducir la suspensión de Freiler en su agenda de temas. “Para mí la suspensión de Freiler es un paso enorme hacia la Argentina de la seriedad, hacia el fin de la impunidad”, sostuvo. “Quiero felicitar a los consejeros que tomaron la medida de hoy. Por este camino vamos a ser más confiables y previsibles, predecibles, creíbles y eso va a generar una reducción sistemática de la pobreza”, remarcó, en un intento por vincular la caída del camarista con la llegada de inversiones al país.
En la Rosada no había preocupación por la forma en la que se consiguió la suspensión de Freiler. Más bien, reinaba la satisfacción por un partido ganado (no importa cómo). “Es un castigo ejemplificador”, advirtió uno de los consejeros del presidente en cuestiones judiciales. En tanto, un funcionario destacó que Freiler es “el juez corrupto emblemático. Un contrasentido: un juez que tiene que investigar la corrupción y no puede justificar su patrimonio”. Y deslizó que Freiler tendría vinculaciones con otros jueces federales a través de una inversora. “A todos los jueces federales, les dio miedo”.
“Este es el comienzo”, remarcó otro de los consejeros judiciales de Macri. Estaba más que feliz: “Se acabó la impunidad extorsiva. Vamos a sanear la justicia”, sostenía, lo que podría indicar que el de Freiler es el primero de varios juicios políticos que los macristas tienen en carpeta (otro podría ser el del juez Daniel Rafecas, contra el que intentaron avanzar en el pasado; el camarista Carlos Rozanski, en tanto, renunció mientras denunciaba persecusión).
Pero quizá no haga falta: los macristas hablaban ayer de un castigo ejemplificador. En términos de la serie Game of Thrones, sería el equivalente a cortarle la cabeza a uno de los jueces federales y ponerla en una pica para que el resto entienda el mensaje y se discipline. “Freiler tiene una relación muy fuerte con otros jueces federales”, destacaban.
A su vez, en el Gobierno descartaban la idea de que Freiler tenga capacidad para trabarles causas estratégicas: “Ya no es un factor que pueda trabar casos. Esto no pasa por las causas que tiene Cristina Fernández de Kirchner”, coincidieron distintas fuentes del Ejecutivo dedicadas al Poder Judicial.
Macri no fue el único en festejar en público. El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, sostuvo que “la decisión que tomó el Consejo de absolutamente justificada. El juez Freiler es una vergüenza para la Argentina”. Pinedo consideró que la estrategia de votar cuando faltaba un consejero –al que se le impidió votar– y no había asumido su reemplazante “es un tema de la Justicia”.
Por su parte, la candidata a senadora de 1País Margarita Stolbizer salió a festejar la suspensión de Freiler. “La decisión del Consejo de la Magistratura será un respiro frente al peso de Freiler para garantizar impunidad a los delitos de corrupción cometidos durante el último gobierno. Y también será al mismo tiempo un incentivo para una mejor administración de justicia por la amenaza que cae sobre aquellos que de manera criminal desvían sus conductas y dejan de cumplir con la trascendente misión de hacer justicia y hacer cumplir la ley”, interpretó la dirigente, quien vinculo al juez al kirchnerismo.