Un presunto desprendimiento de una importante cantidad de hielo marino en la Antártida, equivalente al tamaño de Argentina, llamó la atención de la comunidad científica. Pocas horas después de la difusión de la noticia, un grupo de especialistas aclaró que no se trató de una separación como tal, sino más bien de otro fenómeno asociado a factores como el calentamiento global.
"No se desprendió un bloque de hielo, lo que ocurrió fue que una gran dimensión de hielo, de la extensión de la Argentina, no logró regenerarse, y estamos por debajo del promedio", explicó a Página|12 el jefe del Departamento de Glaciología del Instituto Antártico Argentino (IAA), Sebastián Marinsek.
Lo que generó preocupación en los expertos fue que la superficie de mar congelada para esta época del año es más baja de la esperada. "El hielo marino se mide día a día con imágenes satelitales. Para julio de 2023, la cantidad de hielo que se congeló es mucho menor respecto de un valor de referencia de hace 30 años", sostuvo.
En este sentido, el geólogo del Instituto Antártico Argentino (IAA), Juan Manuel Lirio, coincidió con Marinsek y advirtió a la agencia Télam que es la primera vez que "tenemos una anomalía negativa tan alta, al menos desde 1979".
En el ciclo anual de la Antártida el hielo marino que se descongela durante el verano se regenera en invierno. Para esta época del año, "se esperan 17 millones de kilómetros cuadrados de mar cubierto con hielo alrededor de la Antártida, que en promedio es lo que habitualmente pasa desde 1979", indicó a la agencia estatal el climatólogo, doctor Ciencias de la Atmósfera y los Océanos por la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet, Leandro Díaz.
No obstante, de esos 17, "estamos teniendo más o menos 14,5 (millones de kilómetros cuadrados)", sostuvo, y añadió: "Esa diferencia de 2,5 millones de kilómetros cuadrados es más o menos como la superficie de Argentina".
Cómo afecta el calentamiento global al derretimiento de los hielos
Las posibles causas de la incapacidad de regeneración del hielo marino están vinculadas al calentamiento global, pero no de forma estricta. "No se sabe a ciencia cierta cuáles son las razones", señaló Marinsek a este medio, y agregó: "Puede ser por el calentamiento en la atmósfera o por el calentamiento en la capa superficial del océano y en las corriente marinas", detalló.
Sin embargo, para el especialista "hay que seguir estudiando" este fenómeno "para ver si efectivamente depende del calentamiento global" y no precipitarse en la búsqueda de una única respuesta. "Hay que esperar al verano del año que viene para analizar si continúa en este ciclo", afirmó.
Por su parte, en diálogo con Télam, Lirio contó que el hielo que no se regenera "podría volver a formarse si los próximos meses son fríos, o quizás, si hay menos vientos no se destroza tanto el hielo marino".
En este sentido, resaltó que "el año pasado el hielo marino se destrozó muy rápido por los vientos" y subrayó que "si el invierno viene cálido hay menos frío para congelar el hielo marino".
En tanto el científico Díaz coincidió en que si bien "hay una tendencia asociada al calentamiento global, no se debe 100% a este, sino que hay una cuestión de la circulación atmosférica que favorece ciertos patrones para que haya un año más hielo y otro año menos hielo".
Qué consecuencias puede traer la reducción del hielo marino en la Antártida
La Antártida cumple un importante rol para regular el clima del planeta. Es por esto que el responsable del Departamento de Glaciología de la IAA consignó que el fenómeno del descongelamiento del lecho marino en la Antártida podría producir cambios en la temperatura del mar "en un futuro".
"El hielo marino refleja la energía y la luz, y mantiene el agua más fría. En cambio, si en vez de hielo hay agua, la superficie del mar se calienta más". Esto podría perjudicar también a "la fauna que depende del hielo marino que se forme y a la navegación de esta región", indicó.
Asimismo, el científico Leandro Díaz señaló que la falta de formación de hielo marino "facilita que se caliente más el agua" y "en lugar de tener un mar congelado tenemos un mar activo, con oleaje que va a producir erosión en las costas".
No obstante, el experto del Conicet aclaró que el hielo que no se formó en la Antártida "está bien alejado de las costas", según observaron en las imágenes satelitales.