La fiscala Penal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos, Ana Inés Salinas Odorisio, requirió juicio para Nelson Leonardo Cositorto por considerarlo autor de 118 hechos de estafas reiteradas en concurso real con asociación ilícita en calidad de jefe u organizador.
La fiscalía acusó también a Ricardo Gabriel Isaac Vilardel, Jorge Federico Vilardel, Ana Lucía de Los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz, a quienes consideró autores de la misma cantidad de hechos de estafas reiteradas y asociación ilícita, en concurso real.
Asimiso, Salinas Odorisio calculó que la suma total del perjuicio ocasionado, de acuerdo a las 118 denuncias realizadas, asciende a 5.682.500 pesos y 574.120,29 dólares.
La intervención de la Unidad fiscal de Delitos Económicos Complejos se inició a raíz de distintas denuncias por estafas recibidas en 2022 en contra de Generación Zoe, una financiera nacional que tenía una su sede en Salta, ubicada en la calle en Pellegrini 782.
Durante la investigación, la UDEC determinó que el modus operandi de la empresa consistía en rubricar contratos de fideicomiso (llamados membresía educativa o inteligente), cuyo importe variaba entre los 500 y 1.000 dólares. A cambio de la inversión, la financiera prometía un retorno de entre el 7,5% y el 10% mensual y el 120% anual. Las membresías se distinguían entre Classic, Premium, e Intelligent, variando en función del capital aportado y de una tasa de retorno diferencial entre ellas.
Al día siguiente de abonar la membresía, al usuario o usuaria le figuraba en su perfil en línea de Zoe un incremento de su capital del 20% en calidad de bonificación educativa. Es decir que, si una persona invertía 500 dólares, a las 24 horas figuraba en la plataforma que tenía 600 dólares.
El contrato tenía una duración de tres años, momento en el cual recién el o la inversionista podía retirar su capital. En el caso de que decidiera retirar en forma anticipada el dinero, se le cobraba una multa del 50% del capital invertido, y no se admitía retiros antes de los 12 meses.
Además, a modo de incentivo y para que las personas inversionistas continuaran inyectando dólares al circuito, desde la plataforma virtual de Generación Zoe se premiaba con comisiones a quienes referían a otras personas para ingresar a la organización como aportantes. Cuantas más personas, mayor era la comisión que se podía recibir.
Bajo el mismo esquema, ofrecían Robots (Navideño, de Enero, Febrero, y así), que consistían en un sistema de inversión similar al explicado, pero con una duración de tres meses y la promesa de un retorno del 100%, con un mínimo de inversión de 1.500 dólares.
La mayoría de las inversiones se realizaban en efectivo, dinero que era entregado en mano a las personas ahora imputadas y sólo en algunos casos se realizaban transferencias bancarias, operaciones que eran transferidas a la cuanta de Jorge Federico Vilardel, quien además recibía las trasferencias realizadas por Cositorto, destinadas al pago de empleados e inversores, siendo este el encargado de realizar esas operaciones.
Roles bien definidos
La Unidad de Delitos Económicos Complejos dió detalles de los roles que cumplieron cada una de las personas para quienes requirió juicio.
En ese esquema señaló que Leonardo Cositorto era el director ejecutivo de Generación ZOE, quien firmaba los contratos con los y las inversionistas, se encargaba de recolectar el dinero aportado a través de trasferencias a sus diferentes cuentas bancarias, como “Zoe Empowerment SA", donde él mismo revestía el carácter de presidente.
Ricardo Gabriel Vilardel era el director y representante de Zoe en Salta. Era quien se encargaba de atender a las personas inversionistas, recibía el dinero de manera personal y firmaba los recibos que otorgaban por el dinero entregado.
Ana Vilardel era la secretaria de la sede local de Zoe; "atendía a las víctimas y se logró determinar que recibió en su cuenta bancaria parte del capital que invertían los damnificados".
Jorge Federico Vilardel era el encargado de la atención al público. Recibía el dinero en efectivo como así también por transferencias a su cuenta bancaria.
Y Griselda Albornoz, junto a los hermanos Vilardel realizaba diferentes reuniones o conferencias para captar a inversionistas y se encargaban de difundir la financiera por diferentes medios.