Este miércoles en la madrugada, drones kamikazes de fabricación iraní arrojados por Rusia dieron en el blanco sobre silos de cereales a orillas del río Danubio en Ucrania, destruyendo 40.000 toneladas de grano destinado a África, China e Israel, según el Ministerio de Desarrollo Territorial ucraniano. 

Ante la imposibilidad de exportar vía el Mar Negro tras la caída del acuerdo de granos entre los dos países en guerra, Kiev estaba evaluando la posibilidad de comenzar a enviar todos sus barcos cargueros a través del Danubio.

"Los ataques contra los puertos ucranianos son una amenaza para el mundo", afirmó el viceministro de Desarrollo, Oleksadr Kubrakov. Anteriormente, el Ministerio ucraniano de Defensa había informado de que los ataques con drones habían dañado un silo de Izmail, en el Danubio, lo que afecta a los transportes de cereales vía Rumanía. 

"Los cereales ucranianos pueden alimentar a millones de personas de todo el mundo", denunció Defensa, acusando a Rusia de "elegir el camino de la matanza, el hambre y el terrorismo".

El ataque ruso fue en un puerto fluvial ucraniano del río Danubio en la ciudad de Izmail, muy cerca de la frontera con Rumanía en la región de Odesa. En estos momentos, un centenar de barcos esperan turno en aguas rumanas ante la desembocadura del Danubio en el mar Negro y más de cincuenta se hallan navegando por el río o atracados en los muelles de Izmail.

La estrategia rusa

El Ministerio de Defensa de Rusia anunció su decisión de restringir el transporte por mar y aire en el estrecho de Kerch, que separa la anexionada península de Crimea de la Rusia continental, debido a los continuos ataques ucranianos. Por ello, se impide la navegación de todos los buques de superficie y submarinos, al igual que el fondeo de cualquier tipo de embarcación, señala el comunicado castrense. En el estrecho de Kerch está el puente de Crimea, recientemente objeto de un segundo ataque ucraniano desde el comienzo de la guerra.

Este miércoles los militares rusos denunciaron otro ataque ucraniano con drones navales contra un patrullero ruso en el mar Negro, que fue rechazado antes de poder causar daño

La mediación turca

En paralelo a los bombardeos, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, instó al líder ruso, Vladímir Putin, a que regrese a los acuerdos del grano. En una conversación telefónica con Putin, Erdogan señaló que el acuerdo, suspendido el 17 de julio pasado podría ser un "puente para la paz". También destacó que no se deberían dar pasos que lleven a incrementar la tensión, en alusión al ataque al silo de cereales en Izmail.

Desde que Rusia suspendiera el acuerdo de exportación de cereales, que permitía operar en tres puertos ucranianos del mar Negro, Izmail --a 100 kilómetros del mar pero apto para grandes cargueros-- se había convertido en la puerta comercial más importante de Ucrania.

Putin respondió que prorrogar el pacto de exportación de cereales no tenía sentido, por la "total falta de avances" en lo que atañe a las medidas relativas a las exportaciones de grano y fertilizantes rusos. Y aseguró a Erdogan que está dispuesto a reanudar el pacto en cuanto Occidente asuma sus obligaciones respecto a Rusia.

Los civiles muertos en Ucrania

La fiscalía general de Ucrania ha contabilizado ya más de 10.000 civiles muertos y 15.000 heridos desde el inicio de la invasión rusa, según indicó el jefe del Departamento para la Lucha contra los Crímenes cometidos en Condiciones de Conflicto Armado (OGP), Yuri Belusov. "Tenemos confirmación de 10.749 civiles muertos y 15.599 heridos", afirmó en una entrevista agregando que estas cifras son sólo "la punta del iceberg".

"Cuando desocupemos nuestros territorios, la cifra se multiplicará, quizá decenas de veces. Creo que habrá decenas de miles de muertos tan sólo en Mariúpol" dijo, en alusión a la ciudad costera que fue tomada por las fuerzas rusas el año pasado tras tres meses de asedio. 

El dato es similar al que proporcionó Naciones Unidas a finales de julio, cuando contabilizó 9.369 víctimas mortales de la invasión y 16.464 civiles heridos hasta la fecha. Belusov admitió que aún después de que finalice el conflicto, existe el riesgo de que muchas personas continúen desaparecidas. Pero apuntó que gracias los avances en tecnología forense, espera que sea posible identificar al mayor número posible de cuerpos.

El funcionario se refirió también al proceso de investigación de posibles crímenes de guerra cometidos por los rusos y señaló que se ha logrado identificar hasta la fecha a 386 sospechosos. A 225 de ellos se les han presentado cargos.

En 54 casos ya hubo condenas, la mayoría de ellas en rebeldía, salvo en 15 ocasiones en las que los acusados habían sido capturados. "Por lo general son soldados de bajo rango, soldados u oficiales de menor rango, porque los generales no caen en nuestras manos durante la batalla, aunque por fortuna para nosotros, sí que mueren aquí", afirmó. Belusov señaló que los soldados rusos que hayan cometido crímenes particularmente serios no serán intercambiados como parte de los canjes de prisioneros de guerra, sino que deberán cumplir condena en Ucrania. "Éstas son nuestras líneas rojas condicionales. Porque si los canjeamos a todos, entonces ¿qué les detendrá a la hora de cometer crímenes de guerra?", se preguntó.