El 11 de enero de 2020 la ciudad se conmovió: fue por la muerte del contador Enrique Encino, ultimado por un sicario de Los Monos, cuando fumaba un cigarrillo en un balcón del casino City Center. En rigor dispararon buscando generar caos, para obtener dinero a cambio de seguridad. Un acuerdo que según sospechan algunos pesquisas, se habrían negado a costear nuevos responsables de la custodia del predio de juegos. El crimen, brutal por ciento, sirvió sin buscarlo tal vez, de carta de presentación de la fiereza del grupo. Es que solo unos días antes, se había frustrado casi fortuitamente otro ataque con el mismo objetivo y de consecuencias impredecibles. "Guille Cantero había orquestado ingresar un vehículo al estacionamiento subterráneo del Casino, para incendiarlo, generando así una situación de zozobra, para obtener luego un rédito: querían cobrar por brindar seguridad", según le contó a Rosario/12 por entonces el fiscal Luis Schiappa Pietra, jefe de la Agencia de Criminalidad Organizada.

El atentado incendiario quedó abortado porque el 7 de enero de 2020, la Gendarmería había detenido en un retén callejero en la esquina de Lavalle y Centeno a un Volkswagen Gol rojo con papeles adulterados y un arma no declarada en el baúl, una pistola calibre 9 mm marca Browning con 14 municiones. Así cayeron detenidos Claudio Humberto Ricaldez y Horacio Hernán Quinteros, por quienes Cachete Díaz -acusado del crimen de Encino- inicia una gestión. Y alli empieza a destejerse una madeja de complicidades: el capitalista de juego Leo Peiti se ofrece entonces para hablar con un comisario retirado, Alejandro "Pipi" Torrisi, que unos meses más tarde sería detenido en el marco de la investigación por el juego ilegal. Éste le responde a Peiti que no podía hacer nada porque el tema ya había pasado al MPA, pero en su carácter de policía retirado gestionó ante la comisaría 21° beneficios para lograr la liberación de ambos, Quintero y Ricaldez. Y allí el capitalista intenta también utilizar sus contactos con el fiscal Patricio Serjal, aunque el caso ya lo tenía Aníbal Vescovo. La investigación llevaría luego a las relaciones de este grupo con el senador Armando Traferri, que abrió otra madeja de enormes consecuencias políticas e institucionales

En cuanto al ataque que sí se perpetró contra el Casino, el 10 de enero de 2019, mientras Peiti se comunicaba con Nelson Ugolini y el empleado de Ponce Asahad consideraba la situación de los presos, “Cachete” Díaz ultimaba los detalles del atentado contra el Casino con el dominicano Otniel Alamonte De León. En la noche del 11 de enero, el dominicano, en motocicleta, hizo seis disparos contra el sector del complejo ubicado sobre Moreno a la altura del 6400, y provocó la muerte de Enrique Encino, el gerente bancario que había salido a fumar un cigarrillo.