Recordada como “La catedral del ruido”, Mau Mau fue el boliche/“boîte” que habitó el imaginario (no solo) porteño durante tres décadas exactas, entre 1964 y 1994. Paisaje de época tan cierto como abstracto, lo que ocurría entre sus paredes exclusivas situadas en Recoleta ramificó de manera simbólica en anécdotas y fotos. A partir del texto de Santiago Loza, con dirección de Gustavo Maffei e interpretaciones de Mariela Romero y Nené Pedretti, la compañía El Humo Teatro presenta Mau Mau o la tercera parte de la noche, hoy –y todos los viernes de agosto– a las 21 en La Orilla Infinita (Colón 2148).
En Mau Mau o la tercera parte de la noche se conjugan años de historia en las vivencias de dos amigas, Mecha y Rita, que la dramaturgia de Santiago Loza viste de brillo o decadencia, según corresponda. “La obra la había visto y lógicamente conocía muchos de los textos de Santiago, así como sus películas. Cuando empezamos a buscar un material nuevo para poner en escena, a éste siempre lo tuve en mente. Me resonaba por muchas cosas, también por una cuestión de historia personal, si se quiere. Cuando yo era muy chico, había un disco de Mau Mau en mi casa, que yo escuchaba en un Winco; y también veía las fotos del boliche en las revistas Nocturno, de mi hermana. La obra me venía arrastrando por ese lado, pero también porque lo que cuenta me parecía interesante”, relata Gustavo Maffei a Rosario/12.
“Empezamos a trabajar previo a la pandemia con Mariela Romero y Nené Pedretti, en la localidad de Armstrong, y durante el encierro seguimos online. Nos presentamos a subsidios, ganamos (la obra fue elegida por el Plan Fomento, del Ministerio de Cultura de Santa Fe), y el año pasado finalmente pudimos hacer su estreno en Armstrong”, continúa.
-¿Cómo fue esa experiencia?
-Fue importante, por un lado la estrenamos en el marco del festejo de los diez años de El Humo Teatro, y por otro lado, en relación a la obra, fue muy interesante, porque hay una cuestión generacional ligada a Mau Mau y eso hizo que la gente contara anécdotas propias o de familiares. En su argumento, la obra relata hechos puntuales de la historia argentina; el lugar abrió durante 30 años, y los hechos importantes que fueron ocurriendo hacen que el público encuentre enseguida una referencia.
-Como te pasó con el disco y las revistas, Mau Mau está latente en el recuerdo.
-Está en el imaginario de nuestra generación. Era un lugar muy exclusivo, donde iba el supuesto jet set y en donde para poder entrar había un patovica que te daba el ok. Iban celebridades de todo el mundo incluso, y a nosotros nos llegaba eso a través de la información que siempre pululó. Mau Mau era como una gran fantasía de la noche y del espectáculo, y para mí, siendo niño y queriendo ser actor, no era menor. Además, me gustaba mucho escuchar música, por eso lo del disco fue importante. Lo tengo guardado y se los mostré a las chicas al comenzar la obra. Así que también fue revolver mi historia en relación a Mau Mau.
-¿Cómo fue el trabajo de actuación y puesta en escena?
-Las actrices han hecho un recontralaburo para apropiarse de este gran texto, que es arduo en cuanto a toda la información que tiene, donde no solo se van contando los hechos históricos, sino también por lo que van pasando ellas. Es interesante el punto de vista que toma Loza porque trasciende Mau Mau. En cuento a la puesta, la idea es que la gente esté pasando una noche en Mau Mau o un lugar así, algo que trabajamos a partir del vestuario de Cristian Ayala, la escenografía de Francisco Nakayama y la iluminación de Francisco Capoduro; entre todos fuimos ideando el espacio. Al terminar la obra, queda sonando música y la gente baila, movilizada también por todo lo que atravesó. La obra es intensa, más en este momento, donde todo está tan complejo y agrietado. Volver a repasarnos creo que es fuerte; y a la vez sentís que salís del boliche con toda la furia del sábado por la noche, ¿no?
-Puede decirse que las actrices actúan al compás de las épocas y la música.
-Hay un trabajo corporal presente todo el tiempo. Lógicamente, estas dos habitués bailan toda la obra, toda la noche. Sería la forma que encontraron para atravesar todos estos hechos. La música está presente durante toda la obra, con temas muy puntuales, y las actrices bailan porque también es una arenga que se hacen, en donde el baile sería un refugio. Así como los hechos históricos, también aparecen el amor, la soledad, y todo se juega anímicamente desde la euforia del festejo. Pero insisto, hoy la obra pega un giro impresionante, teniendo en cuenta que Mau Mau cierra en el medio del menemismo y con el atentado a la AMIA. Repensar eso es muy fuerte, cuando todo se ha puesto más de punta, y parece que estaríamos profundizando las mismas cuestiones.
El Humo Teatro es un grupo oriundo de la ciudad de Armstrong, conformado casi en su totalidad por mujeres. En 2012, Mariela Romero y Nené Pedretti convocaron a Maffei, con quien llevaron a escena obras como El humo de la somnolencia –de donde la compañía tomó su nombre– y El tiempo de las mandarinas. “No es menor realizar un teatro independiente desde el mal llamado ‘interior’; así como hemos girado por muchos lugares de la provincia, es importante venir a Rosario, una ciudad tan prolífica en este sentido”, concluye el director.