"Se abusó de la vulnerabilidad de estas mujeres víctimas, que asistían en situaciones de mucha necesidad a la iglesia", dijo la fiscal Luciana Vallarella tras el inicio del juicio oral contra un pastor religioso, acusado por abuso y acoso sexual contra nueve víctimas. Por esos delitos, cometidos entre 2015 y 2020, la funcionaria judicial de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual pidió que se lo condenase a 37 años de prisión. Héctor Cabrera está detenido hace más de dos años y estaba al frente de un templo de Batlle y Ordoñez al 1800. Las víctimas se acompañaron entre sí para poder denunciar al también policía retirado -como dijo en el debate, sobre su ocupación- que contaba con una condena de 2014 a 3 años de prisión condicional, por apremios y exacciones ilegales. 

Cabrera llegó a juicio acusado de someter a mujeres que asistían a su templo, de quienes se aprovechó con una misma metodología previa. Según la imputación, se le atribuye haber cometido los delitos tanto por única vez, como de manera reiterada, según el caso, con un patrón de actuación que incluía hostigamientos y amenazas. Las víctimas fueron en su mayoría mayores de edad y algunas de ellas eran menores al momento del delito. "Hay cierto patrón, ya que primero las contactaba por mensajes de WhatsApp o por Facebook. También las amenazaba y hay secuestro de vainas en el domicilio. Las víctimas coinciden en que él portaba arma. Era un policía retirado y cuenta con una condena por apremios y exacciones ilegales. Esto también generaba en ellas mucho temor para hacer la denuncia, y existe al día de hoy", sostuvo la fiscal.

Es que para poder llegar a denunciarlo, las víctimas se unieron y se acompañaron entre sí, ya que eso "implicaba también una amenaza a la comunidad de la que formaban parte y que una vez las había contenido". Frente a esa situación de vulnerabilidad, en la causa intervino también el equipo interdisciplinario del Ministerio Público de la Acusación, que acompaña a las víctimas en el proceso.

Según se pudo saber, el templo contaba con una granja de rehabilitación y con una  casa de mujeres. Tanto ese lugar como otros (una fábrica, descampados) fueron espacios que, según la imputación, aprovechó el pastor para someter a las víctimas.

Los hechos que juzgará el tribunal integrado por Gonzalo López Quintana, Carlos Leiva y Lorena Aronne fueron calificados por la Fiscalía como abuso sexual, acoso sexual y amenazas coactivas, ocurridas mientras se desempeñaba como pastor del templo religioso. Los casos están agravados por tratarse de un ministro de culto, ya que era quien dirigía la iglesia. Según está previsto, las audiencias se extenderán hasta mediados de mes.

Los hechos imputados

La Fiscalía le atribuye haber hostigado a una víctima menor de edad, que concurría al templo y que vivió durante un tiempo en un alojamiento para mujeres que funcionaba allí. "Su accionar consistió en enviarle mensajes por redes sociales durante el tiempo en el que la víctima trabajó para el imputado. Le manifestaba que era su discípula preferida", dice la acusación sobre uno de los hechos de acoso sexual laboral.

También se le endilga un hecho de mayo de 2018, cuando intentó abusar de otra víctima que también vivía en el alojamiento para mujeres del templo. El ataque fue en una fábrica de la zona de Entre Ríos al 2600. En otro caso de abril de 2016, con la excusa de trasladar en vehículo a una víctima, se le atribuyó desviar el trayecto y detener el auto detrás de un cementerio, en Villa Gobernador Gálvez, donde abusó sexualmente de ella, bajo amenazas con un arma de fuego. 

También fue acusado de haber abusado de otra víctima menor de edad que asistía al templo y vivió en el alojamiento para mujeres. Lo hizo en reiteradas oportunidades entre 2016 y 2017. Al mismo tiempo, se le imputa haber acosado sexualmente a otra mujer que concurría a la iglesia, en 2018, mediante mensajes insinuantes; haber abusado en tres ocasiones, en 2020, de otra víctima que era menor de edad; y someter a otra mujer que asistía al templo desde 2015, en las instalaciones, amenazándola con un arma.

Además, se le atribuye un abuso sexual a otra víctima menor de edad, cuando concurrió a la casa de la familia a la que conocía del templo, en el transcurso de 2016. Y abusar de una mujer que hacía trabajos de limpieza en una fábrica de Entre Ríos al 2600, en 2019, mediante amenazas con arma.