Alrededor de 160.000 familias italianas recibieron a fines de julio un mensaje de texto que les informa de que perderán la llamada "Renta Ciudadana", un ingreso estatal de hasta 780 euros para personas desempleadas y familias en situación de pobreza que entró en vigor en 2019. Se espera que otros 80.000 mensajes sean enviados desde el Gobierno de Italia durante agosto.
La Renta Ciudadana es un subsidio para personas de bajos recursos hasta que encuentren trabajo. De acuerdo con los planes del gobierno de derecha de Giorgia Meloni, será sustituida por otros dos subsidios más restrictivos: sólo alcanzarán a familias que tengan a cargo menores de edad, a mayores de 60 años o a personas discapacitadas sin posibilidades de acceder a un empleo.
"Se desperdiciaron 25.000 millones de euros con la renta de ciudadanía. Hoy, quien quiere trabajo lo encuentra", planteó esta semana en declaraciones a la prensa la ministra de Trabajo, Marina Calderone, provocando una fuerte reacción entre organizaciones sociales y partidos políticos.
El principal argumento de la cartera económica es que las personas consideradas "ocupables", entre los 18 y los 59 años y sin discapacidades, podrían encontrar trabajo si lo desean y no necesitan una renta.
Reformas en el subsidio por desempleo
La eliminación de la Renta Ciudanana, que se otorga a una persona por núcleo familiar, busca ser compensada con la introducción de dos nuevas medidas. Por un lado, las personas que el Gobierno llama "ocupables" que no tengan empleo recibirán 350 euros a través del denominado Apoyo para la Capacitación y el Trabajo.
Entre las mayores novedades, este programa durará 12 meses en vez de los 18 de la Renta Ciudadana, a la vez que será asignado a las personas y no a los grupos familiares. Así, solo en una familia con tres o más desocupados entre 18 y 59 años será más conveniente la nueva herramienta, según aduce el Gobierno.
La nueva medida incluye además otros requisitos como tener ingresos declarados anuales menores a 6.000 euros por familia y ser ciudadano europeo, titular de un permiso de trabajo o familiar.
La otra medida con la que el Gobierno quiere reemplazar el subsidio por desempleo es el denominado "subsidio de inclusión", que entrará en vigor a partir de enero para las familias que el Gobierno considera "no ocupables", o sea mayores de 60, menores de 18 o con discapacidad.
El nuevo subsidio dará entre 480 y 560 euros mensuales a los beneficiarios, más un complemento para alquiler de hasta 3.360 euros al año, que se pagarán a partir del 1 de enero de 2024 a través de una tarjeta que será emitida por el Gobierno. Durará 18 meses, con la posibilidad de renovarlo por otro año si hay una pausa de un mes en la asignación.
Entre los requisitos, similares a los de la medida anterior, el Gobierno introdujo elementos patrimoniales como no tener autos o motos de gran cilindrada, al tiempo que tampoco serán aceptados quienes tengan una propiedad con valor fiscal mayor a 150.000 euros.
Renta Ciudadana: cuándo se implementó y qué resultados generó
El proyecto de ley de Renta Ciudadana había sido impulsado en 2018 durante el gobierno el Gobierno de corte populista que formaron La Liga y el Movimiento 5 Estrellas -este último dirigido por el entonces premier Giuseppe Conte-.
Se trata de un subsidio de hasta 780 euros al mes a desocupados, en medio de una escala variable según la edad y el núcleo familiar, y además, establece la inscripción en un registro nacional para recibir ofertas de trabajo, de las que el beneficiario sólo puede rechazar una vez para no perder el beneficio.
El subsidio de desempleo benefició desde su legislación a casi un millón de hogares formados por 2,1 millones de personas, en especial de la región del sur de Italia. Cabe destacar que Italia es un país con una enorme brecha de riqueza: un norte rico e industrioso y un sur que no consigue revertir esa desigualdad.
La Renta Ciudadana fue uno de los temas principales del debate durante la campaña para las elecciones que en 2022 permitieron la llegada de Meloni al gobierno al frente de una coalición de partidos de derecha y ultraderecha, ya que le cuesta al Estado italiano unos 8.000 millones al año y unos 25.000 millones desde su entrada en vigor.
Pero más allá de las críticas de buena parte del sistema político, ese ingreso ayudó durante la pandemia a que un millón de personas no cayeran en la pobreza, según publicó en julio de 2022 el instituto oficial de estadísticas Istat. Así, la medida se convirtió en una fuente de ingreso central para casi 2 millones y medio de personas, con apenas un 0.28% de irregularidades.
Críticas por la eliminación de la Renta Ciudadana
Los mensajes de texto con el anuncio de la suspensión de la Renta Ciudadanía provocó una serie de protestas en varias ciudades del país, especialmente en el postergado sur, donde se concentraron los recortes al programa.
A nivel político, la oposición de centroizquierda liderada por Conte afirmó que suprimir la renta básica es desencadenar "una guerra ideológica con la piel de los pobres".
Desde la unión sindical CGIL, el secretario general Maurizio Landini denunció que "el Gobierno recorta los ingresos de 159.000 familias y al mismo tiempo sigue haciendo amnistías fiscales en un país donde uno es pobre mientras trabaja y donde la mitad del país lucha llegar a fin de mes".
En la principal fuerza de centroizquierda, el Partido Democrática, la secretaria general y diputada Elly Schlein rechazó que "a 159.000 familias con dificultades para comer se les avisó que ya no recibirán apoyo contra la pobreza con un SMS. Es brutal".
Desde la Iglesia, en tanto, el director de Caritas de Italia Marco Pagniello advirtió que la supresión de la renta podría significar "la exclusión de una porción de los pobres".
Para Pagniello, más allá de algunas irregularidades puntuales en beneficiarios mal asignados, "la renta de ciudadanía seguía representando una medida universal de apoyo a las personas en situación de pobreza, como lo son todas las rentas mínimas en los países europeos. Y ahora existe el riesgo de que alguien se quede fuera y eso nos sigue preocupando", planteó al diario de la conferencia episcopal Avvenire.