“Los desafíos que plantea la transición energética no los resuelve el mercado. Tenemos que generar las reglas de juego que, entre otros aspectos, garanticen la disponibilidad de una cuota de litio para su industrialización en el país”, afirmó la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marcó del Pont, durante el conversatorio “La transición energética y el desarrollo industrial” que tuvo lugar en el auditorio porteño de la Conadu, gremio que representa a los docentes universitarios.
El litio es un mineral crítico y clave para la fabricación de aparatos electrónicos, vehículos eléctricos y dispositivos de las energías renovables que permitirían mitigar las crisis climáticas. Según la Agencia Internacional de Energía, la demanda global de litio se multiplicaría por 43 desde ahora hasta 2040. La región andina posee más de la mitad de la reservas mundiales de este mineral, ubicadas principalmente en salares de Argentina (21 por ciento de las reservas mundiales) y Chile (11 por ciento).
“El litio es un mineral estratégico que, en muy poco tiempo, va a estar sobredemandado. Nosotros necesitamos tomar una decisión política clara para promover el agregado de valor y la creación de puestos de trabajo porque, si no, corremos el riesgo de consolidar un modelo extractivista”, sostuvo Marcó del Pont al enfatizar que “nuestro objetivo es reducir brechas territoriales a través de la localización de inversiones productivas en las provincias litíferas”.
En el evento organizado por la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE) y la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES-UNSAM) participaron el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren; la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca; y el investigador del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y ex subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de ese país, José Miguel Ahumada.
“El mundo nos dio una oportunidad para no quedarnos atrás en esta agenda. Argentina es un activo público global, dispone de todos los recursos que la industria necesita y tenemos que aprovechar este momento para dar el salto definitivo al desarrollo”, aseguró De Mendiguren durante su intervención.
Para el titular de Industria, “la transición energética tiene que ir de la mano de la política industrial y ser palanca para el desarrollo, tenemos la decisión política de acompañar a este sector y a toda su cadena de valor para insertarnos en las nuevas tendencias productivas. No queremos ser inquilinos de nuestras materias primas, queremos participar en el desarrollo de tecnologías propias al más alto nivel”.
En ese sentido, la intervención de Ahumada permitió poner en valor el proceso encarado por el gobierno de Chile con el litio a lo largo de los últimos años, en el cual el rol del Estado y la existencia de una cuota para el mercado interno son herramientas que permiten avanzar en el agregado de valor local. “Estamos en una coyuntura donde hacer políticas productivas e industriales es una posibilidad real. Tenemos una ventana de oportunidad en el marco de la transición energética y las disputas globales por el control de las tecnologías”, consideró Ahumada.
Para el investigador y ex funcionario chileno “el litio puede constituirse en un catalizador de progreso técnico e industrial si existe una decisión política que esté coordinada con un plan general de desarrollo, nuestros países tienen poder de mercado para mejorar los términos de las negociaciones y resguardar espacios de política productiva como fue asegurar la existencia de una cuota para el mercado local”.