-¿Qué fue lo más lo más grato que recordás como diputado nacional?

-Yo escribí un libro hace tiempo que recogía todos mis discursos legislativos donde participé. A la ley de matrimonio igualitario le puse “un acto de belleza parlamentaria”, me parece que sin duda fue una ley bella, son esas cosas que iluminan, que salen de la oscuridad, que abren los ojos, me generó mucha alegría. Y me acuerdo que cuando Cristina la promulgó dijo: “Acabo de promulgar una ley que les da derechos a los que no los tienen, a los que no los tenían, y no le quita derechos a nadie”.

-¿Y de cuando fuiste concejal de Rosario en 1988, donde eras un joven flaco, barbudo y pelo largo?

 

-Recuerdo claramente el medio boleto estudiantil, lo que hoy parece una lejanía… En ese momento en la ciudad había un poder que era la Cetup, la cámara empresaria de transporte urbano de pasajeros, y lo impulsé y finalmente se sancionó… Mucho tiempo después mi hijo mayor un día me cuenta que los docentes del Superior de Comercio, donde cursaba el secundario, preguntaban a los alumnos quién quería acogerse al boleto estudiantil. “Ese proyecto -le dice su hijo a un compañero de curso- lo hizo mi viejo". Y el amigo le contesta: “No te creo nada”. Y Rossi se ríe ahora de ese recuerdo.