El acuerdo comercial para importar carne de cerdo desde Estados Unidos cosechó duras críticas por parte de las cámaras empresarias locales del sector. Advirtieron sobre sus implicancias en el empleo y la sanidad de la actividad. El presidente de la Asociación Argentina de Productores Porcinos, Juan Uccelli, aseguró que pondrá en riesgo la producción local. Remarcó además que Estados Unidos es un “gran emisor” de una enfermedad porcina complicada, la cual, si ingresa al país, “sería desastroso para el sector y 35 mil trabajadores pueden quedar en la calle”. Federación Agraria (FAA) se sumó a las críticas sobre esta decisión y consideró que, lejos de la promesa oficial de convertir a la Argentina en el supermercado del mundo, lo van a transformar en un “depósito” de productos para otros países. El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile defendió la medida y aseguró que este acuerdo ampliado de comercio “es positivo para la relación bilateral y para el mercado”.
En un acuerdo comercial desventajosos para la Argentina, Estados Unidos accedió a firmar la autorización definitiva para importar limones argentinos, luego de 16 años de restricción, pero exigió a cambio poder venderle al país carne de cerdo. El ingreso de carne porcina estadounidense estaba prohibido hace 25 años luego de un fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a favor de la Argentina por cuestiones sanitarias. La decisión había sido anticipada por el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, durante su estadía en el país, y confirmada anteayer por el propio Buryaile, quien dijo que se trata de una decisión tomada. “Es una decisión del Presidente”, insistió ayer.
“En la primera negociación que hubo, en Estados Unidos solicitaron la apertura para la importación de carne de cerdo, y del lado argentino, el ministro (de Producción, Francisco) Cabrera les dijo que sí. En ese momento vinieron con todo el triunfalismo de que la exportación de limones estaba abierta, pero hasta agosto no viajó un solo limón para allá. Esto nunca sucedió. Antes nos cambiaban por otro tipo de carne. Ahora nos regalaron”, aseguró Uccelli.
La expectativa oficial es que se exporte limones por 50 millones de dólares. “Para vender hay que comprar”, justificó Buryaile y aseguró que “la importación (de cerdo) no llega a 50 mil toneladas”. Según el Observatorio de Importaciones de la provincia de Santa Fe, el ingreso de carne de cerdo creció 76 por ciento en el primer semestre del año anterior respecto del mismo período de 2016 y 235 por ciento en relación a los primeros seis meses de 2015. Según la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, en el primer semestre del año el país importó 17.800 toneladas, un 78 por ciento más que igual período del año pasado. El mayor abastecedor fue Brasil.
Pero no es este el único riesgo que alertan los productores. Desde la Cámara de la Industria Cárnica y de Chacinados alertaron sobre los riesgos sanitarios que implica, ya que los porcinos estadounidenses tienen el “virus del pie azul”. Se trata del síndrome respiratorio y reproductivo porcino, del cual la Argentina está libre. Independientemente de la facilidad de contagio, la enfermedad una vez instalada afecta severamente la productividad. “Sería un suicidio desde el punto de vista sanitario”, señaló Uccelli. “Corremos el riesgo de meter una enfermedad que no tenemos”, subrayó el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Dardo Chiesa. Ambos aseguran no oponerse a la apertura de las importaciones pero reclaman “una competencia leal”, que incluya resguardo de las condiciones sanitarias.
La Federación Agraria remarcó que la importación afectará a la producción local y no se traducirá en un beneficio para los consumidores. “El ingreso de carne de cerdo de Estados Unidos, tanto como de otros países, nos pone a los productores a competir en condiciones desfavorables. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea subsidian su producción, mientras que en la Argentina la presión tributaria es enorme”, señaló la entidad que conduce Omar Príncipe, a través de un comunicado. “Tampoco se puede decir que esta medida pueda servir para mejorar los precios que pagan los consumidores por este producto, porque desde el 2015 a la fecha, la importación aumentó un 235 por ciento y no hubo impacto en los precios en góndola”, agrega el comunicado.
Buryaile aseguró que en el país “ha habido una revolución de la producción porcina y lo que ayuda es el intercambio bilateral”. “No hay experiencias de países absolutamente cerrados que crezcan”, sostuvo. “Desde hace tiempo, el mensaje de Macri es que quiere que la Argentina pueda ser el supermercado del mundo. Esto es contradictorio con la decisión de importar carne de cerdo desde Estados Unidos. En este camino, en lugar de ser un supermercado pasaremos a ser el depósito donde éste país (Estados Unidos) meta las cosas que no puede ubicar en otros lugares”, respondió la FAA.