La semana pasada 3 aspirantes a policías que llevaban adelante el entrenamiento en la Escuela de Cadetes en Chepes fueron hospitalizados con cuadro de deshidratación. Posteriormente dos fueron dados de alta y uno de ellos, Alejandro Sánchez (22), tuvo que ser traslado al hospital Enrique Vera Barros de la Capital por una insuficiencia renal.
En ese momento el director de la Escuela, Gustavo Artaza, aseguró a Radio La Red que estaban recolectando toda la información y comentó que “las actividades que se llevan adelante se realizan de manera gradual y progresiva”, dijo. “En los últimos años y a consecuencia del caso de Emanuel Garay maximizamos todos los cuidados para que este tipo de hechos no vuelvan a ocurrir. Para este año prevenimos el cambio de época para evitar los calores y tomamos todas las precauciones con los alumnos”, afirmó. Y adelantó que las actividades “tienen supervisión y los instructores tienen la indicación de finalizar las actividades en caso de cualquier situación anormal”.
El domingo por la noche la familia del cadete solicitaba informes en el hospital Enrique Vera Barros y además pedía a las autoridades que lo trasladen a Córdoba. Al cuadro renal se sumó una enfermedad intrahospitalaria, una neumonía bilateral.
María de los Ángeles Corzo, madre de Alejandro, aseguró el domingo por la noche que su hijo comenzó a sentirse mal el martes de la semana pasada y que desde que expresó el malestar “hasta que llegó a la casa pasaron muchas horas. No lo llevaron al hospital. Del entrenamiento lo llevaron a la escuela, hicieron abandono de persona”, dijo la mujer y aseguró por el relato de la joven que no le quisieron dar agua. “Pedía agua nada más”, expresó.
La tía del cadete, Valeria Moreno, tambié pidió por su traslado y denunció la situación en la escuela. “No sé si serán entrenamientos. Para mí es una tortura. Él quería entrar a la Policía, se hizo todos los estudios médicos, dio apto y entró. Estaba contento. Lo llevaron al campo de entrenamiento y esos días hacía mucho calor. Él volvió a su casa cansado y nos contaba que lo único que quería era tomar agua y que no los dejaban, que les daban un tiempo pero que no podían tomar agua todos. Que estuvieron parados desde las 7 de la mañana hasta las 11, parados, quietos. Eso fue el primer día de ingreso y que después lo llevaron al campo de entrenamiento”, dijo la tía a la radio local.
Al día siguiente, Alejandro regresa a la escuela y en sus actividades envía un mensaje a su novia en el que indica que quería tomar agua, que no le daban agua y que se sentía mal. Fue entonces que pidió que lo llevaran a su casa pero eso no sucedió. Alejandro, según su tía, quedó en la escuela varias horas, sin atención médica hasta que le permitieron regresar a la casa. Una vez que regresó, su estado de salud no era bueno, estaba con vómitos, y fue llevado al hospital de Chepes por sus padres donde le diagnosticaron un un cuadro grave de deshidratación.
Pasado el mediodía de este lunes, familiares confirmaron que el joven cadete de la Policía sería trasladado en el avión sanitario de la Provincia a Córdoba y será internado en el hospital Privado.
Hasta el momento no hubo comunicación oficial del Ministerio de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos sobre la situación.
Emanuel Garay murió el 10 de febrero de 2018 en La Rioja producto de los abusos cometidos contra los aspirantes que deseaban sumarse a la fuerza policial. Padeció durante horas por un cuadro de deshidratación fatal, luego de participar en el primer día de clases en la Escuela de Cadetes de la Policía de La Rioja. Además de Garay, otros once ingresantes debieron ser trasladados e internados en terapia intensiva a raíz de las extremas condiciones en las que se realizó la instrucción en esa oportunidad.
Por el hecho procesaron además a ocho instructores de la Policía por homicidio calificado por abuso de la función, pero sólo uno terminó condenado por homicidio.