Si en el año 2013 me preguntabas con qué artista vivo o muerto me gustaría tocar, seguramente hubiera contestado que Daniel Johnston.
Conocí su música y su vida en 2009, por el documental The Devil and Daniel Johnston de Jeff Feuerzeig. Sus canciones fueron un antes y un después, todas me llegaron de alguna manera, pero caí rendido cuando escuché “True love will find you in the end”
Al principio pensé que hablaba de ese amor romántico no correspondido que se ve en la película, ahora creo que el amor al que se refiere es más bien espiritual, es el amor de Jesucristo. La canción dice que tenemos un verdadero amor, solo debemos salir de la oscuridad para poder encontrarlo y que nos encuentre a nosotros. En ese tiempo yo estaba arrancando con Los Hombres en llamas, que fue mi primer proyecto de canciones propias. Con el tiempo la influencia se fué haciendo mayor, sobre todo en la búsqueda poética y en lo que significa la autogestión, base de la pirámide del artista independiente.
A principios de 2013 recibí el llamado de una productora amiga para contarme que Daniel Johnston venía a tocar por primera vez a la Argentina en marzo, ella estaba trabajando con el productor que lo traía, y nos invitó a Maxi Prietto (Los Espíritus) y a mí a que armemos una banda con músicos locales, para tocar en los dos shows que daría en Buenos Aires. Onírico total. Johnston armaba bandas con músicos locales de los lugares donde iba a tocar. Viajaba solo con su hermano, que hacía las veces de manager y cuidador. La banda la armamos rápidamente con nuestros amigos, todos conocedores del universo Johnston. Tulio Simeoni (Hombres en llamas / Patrulla Espacial), Tomás Vilche (Hombres en llamas / Patrulla Espacial), Pipe Quintans (GoNeko / 107Faunos) , Fede Terranova (Fútbol), Edu Morote (SrTomate), obviamente El Toro, Prietto y yo.
El hermano de Daniel mandó una lista de temas en un Excel, de los que podíamos elegir unos 10 o 12, en la lista aclaraba la tonalidad en la que las cantaba Daniel, más abajo que en las versiones originales de su juventud. Después era todo de libre interpretación.
Los ensayos los hacíamos en la casa de Prietto en Paternal, la mayoría vivíamos en La Plata, así que era una linda aventura ir a los ensayos escuchando los temas a todo volumen. Una vez camino a la sala nos quedamos atrapados en un embotellamiento en calle Córdoba, justo al lado nuestro había una Ferrari roja, de repente se baja el vidrio y aparece Ricardo Fort. Dos autos más atrás venía su novio en una Ferrari blanca. Nosotros íbamos en un Chevrolet Ipanema cargado de instrumentos baratos. Ricky nos saludó, aceleró y se perdió en el tránsito. En uno de los ensayos, cuando ya estábamos cerca de la fecha, apareció el jefe productor del evento, un español canchero que quería estar en todas, nos daba indicaciones y acotaba sobre los temas. Recuerdo puntualmente una “corrección” que me hizo a mi, que era quien cantaba en los ensayos, porque no dejaba una pausa en la línea “He is Casper (…) the friendly ghost!” y nos lo señalaba de una manera medio rara, con sonidos de palillos marcando la pausa, y todo con su acento lo que lo hacía más gracioso que incómodo. Un día antes del show nos avisaron que Daniel no había podido viajar, que se sintió mal y se bajó del avión. Pasaron unos días de incertidumbre, más que nada por su salud ya que sabíamos era bastante complicada. Finalmente se decidió reprogramar para el mes siguiente, así que tuvimos más tiempo de ensayo y los temas quedaron bien seguros. Cuando llegó el día señalado todo fue surrealista, tuvimos la prueba de sonido un par de horas después de que aterrizó su avión, ese fue el primer contacto que tuvimos con él. Todos vimos a un tipo deteriorado, por su enfermedad mental y por su estado físico. Nos acercamos a saludarlo y apenas levantó la mirada, estaba abstraído y tímido, supimos que las cosas serían estrictamente musicales.
La prueba de sonido fue horrible, Daniel no embocaba una nota, por ahí dejaba de cantar y revisaba sus papeles, pasamos un par de temas y en quince minutos ya se había terminado. Recuerdo haber pensado que el show iba a ser un desastre y empecé a prepararme para asistir en forma protagónica a una catástrofe. Hubo mucha preocupación en todos, pero solo se manifestó una vez concluido el show, cuando todo salió increíblemente bien, con un Daniel conectado con la música y casi sin desafinar. Fue mucha felicidad vernos a mis amigos y a mí compartiendo con esta leyenda universal. El lugar estuvo lleno las dos veladas.
Al día siguiente de este primer show nos llevaron a Maxi y a mí a encontrarnos en un bar con Daniel, en donde le iban a hacer una pequeña entrevista y de paso cantar alguna canción. Lo encontramos a Daniel afuera del bar apoyando contra la pared, con la cabeza baja, con una Coca Cola en una mano y en la otra un pucho que fumaba nervioso. Lo saludamos pero no nos dió mucha bola. Dentro del bar nos sentamos en dos sillones ubicados en las puntas de otro sillón más grande que ocupó Daniel. Empecé a tirar unos acordes, ningún tema en particular, Maxi se sumó y armonizaba lo que yo hacía, de repente Daniel empieza a cantar "True love" en una tonalidad que no era, entonces el vértigo fue inmediato, ¿a que acorde voy ahora?, el oficio pudo más que el conocimiento y los acordes que siguieron a ese primero sirvieron perfectamente a la melodía que Daniel cantó, fue un momento mágico de conexión musical y se desenvolvió con mucha emoción. Todo se filmó con tres cámaras.
Esa misma noche fue el segundo show y estuvimos incluso mejores que la noche anterior. Todo terminó bien, Daniel siguió su gira a Chile y nosotros nos quedamos con una increíble vivencia. Alguien tomó una foto de él saludando a mi compañera Regina, ahí esbozó la única sonrisa que le ví esos dos días.
Al tiempo apareció publicado el video del bar en la página del productor pero, para nuestra sorpresa, nos habían sacado a Maxi y a mí, en una burda edición digital nos amputaron del encuadre y solo se lo ve a él. Por suerte hay una foto de ese momento. Daniel murió en 2019.
Shaman Herrera se re-instaló en su tierra natal, la Patagonia argentina, en el año 2017. Detrás dejó la ciudad de La Plata, donde asentó una base de operaciones para crear proyectos que encabezó (Hombres en llamas, Pilares de la Creación, El Fuego) y para producir discos para El Mató a un Policía Motorizado, Sr. Tomate, Prietto Viaja al Cosmos con Mariano y Mi Amigo Invencible, entre muchos más. Desde el sur, ahora articula sus nuevos materiales vinculando la electrónica con la composición de cámara y el folk de corte world-music, mientras desmaleza, corta leña y realiza soundtracks para films. En 2023 adelantó ya tres singles de su nuevo álbum, Solastalgia, término que señala la angustia por el ecocidio ambiental. La recaudación del mismo estará destinada a la reforestación con árboles nativos de los bosques quemados por los incendios en 2022.