Las autoridades francesas detuvieron este martes a cinco policías de élite, por su presunta implicación en la muerte de un hombre de 27 años durante una ola de protestas que sacudió a Francia luego del fallecimiento de un adolescente en un caso de gatillo fácil.
La Fiscalía de Marsella confirmó en un comunicado que todos ellos se encuentran bajo custodia policial, mientras que otra veintena de agentes fueron citados a declarar ante los investigadores encargados de la pesquisa sobre el fallecimiento del hombre identificado como Mohamed Bendriss. La Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) se encuentra examinando el caso desde el pasado 4 de julio para valorar el grado de involucramiento de las fuerzas de seguridad.
La víctima
Bendriss era un repartidor que fue encontrado inconsciente en la noche del 1 de julio junto a su ciclomotor en una calle de Marsella. Todo indicaba que se había tratado de un accidente de auto, sin embargo, la autopsia demostró que murió por el impacto de un proyectil de tipo "flash-ball", es decir, que correspondería al disparo de balas de goma utilizadas por la Policía de Francia. “Los elementos de la investigación permiten retener como probable una muerte provocada por un golpe violento a nivel del tórax provocado por el disparo de un proyectil del tipo Flash-Ball”, indicó el fiscal de Marsella, Dominique Laurens, el 5 de julio.
Según el diario francés Le Monde, hasta el momento no se pudo determinar el lugar donde ocurrió la tragedia, ni si Bendriss participó o no en los disturbios realizados en repudio por la muerte de Nahel en manos de la policía, ni siquiera si había viajado por esa zona. Fuentes citadas por el canal de televisión Franceinfo aseguraron que el hombre circulaba en moto cuando recibió el impacto. Apenas media hora antes de ser hallado inconsciente, Bendriss había grabado en su teléfono un vídeo en el que un grupo de policías reducían a un presunto saqueador durante el tumulto.
La policía, en la mira
Las fuerzas de seguridad en Francia suelen ser denunciadas por el uso excesivo de la fuerza, como durante la final de Liga de Campeones en 2022 o las protestas contra la resistida reforma jubilatoria. Pero la muerte de Nahel a finales de junio relanzó el recurrente debate sobre la violencia policial, sobre todo cuando 13 personas murieron en circunstancias similares en 2022. Cuando ocurrió ese caso, la ONU pidió a las autoridades francesas ocuparse seriamente de los "profundos problemas de racismo y discriminación racial" en sus fuerzas de seguridad, unas acusaciones que el Ministerio de Exteriores calificó de "totalmente infundadas".
Otro agente se encuentra detenido, y uno más en arresto domiciliario, por el suceso en el que un joven de 22 años recibió en la cabeza el impacto de una pelota de goma y una paliza por parte de un grupo de policías, ocurrido el 2 de julio en Marsella, un día después de la muerte de Mohamed Bendriss. Los médicos tuvieron que extirparle la mitad del cráneo para salvarle la vida, y su imagen con la cabeza deformada en declaraciones a la prensa ha causado impresión en todo el país, más aún cuanto que las imágenes de varias cámaras de seguridad mostraron que fue atacado por los agentes sin participar en los disturbios.
El caso de Nahel
De origen argelino, Nahel era un adolescente que trabajaba como repartidor de comida y jugaba al rugby en el club Piratas de Nanterre, en las afueras de París. Era además parte de un programa de la organización Ovale Citoyen, un proyecto que tenía como objetivo la integración de adolescentes con problemas en la escuela y que está dirigido sobre todo a sectores que viven en áreas desfavorecidas de la región.
Un día el joven de 17 años estaba al volante de un automóvil deportivo de alquiler cuando dos policías lo señalaron para un control de tráfico. En lugar de obedecer, el joven aceleró en un intento de fuga, y uno de los agentes le disparó, acabando con su vida. En un video publicado en medios y redes sociales muestra cómo uno de los dos agentes retiene a Nahel a punta de pistola y le dispara a quemarropa cuando acelera. En la grabación se escucha: "Vas a recibir una bala en la cabeza", aunque no queda claro quién lo dice. La fuga del joven terminó unas decenas de metros más allá, cuando el coche se estrelló contra un poste. La víctima falleció poco después tras haber recibido una bala en el tórax.
Desde entonces, la población francesa se movilizó durante varios días y noches consecutivas en completa conmoción y repudio por el caso. La violencia recrudeció en las calles luego de que las fuerzas de seguridad reprimieran varias de las manifestaciones. El gobierno de Emmanuel Macron redobló la apuesta con el despliegue de 40 mil policías para impedir más tensiones en las revueltas en los días siguientes. Es más, previo al funeral del joven, hubo 1.311 detenidos durante la madrugada, a los que se sumaron 79 policías y gendarmes heridos, según uno de los balances publicados del Ministerio del Interior francés.