El intercambio comercial de China se desplomó en julio a partir de la caída de la demanda externa e interna que pesaron sobre las exportaciones e importaciones, respectivamente, lo cual acrecentó las dudas sobre las proyecciones de crecimiento que tendrá el país asiático este año.
Las exportaciones de China cayeron 14,5 por ciento anual en julio, lo cual fue más de lo esperado y representó el peor retroceso desde febrero 2020, cuando comenzaba la pandemia de coronavirus; mientras que las importaciones se contrajeron 12,4 por ciento, según cifras publicadas por la autoridad china de aduanas.
La situación de las exportaciones es un síntoma de la menor demanda mundial debido a la desaceleración económica habiéndose reducido de forma consecutiva desde octubre del año pasado, con excepción de un breve repunte en marzo y abril último. En tanto, lo que ocurre con las importaciones “es un reflejo de la debilidad de la demanda doméstica”, afirmó a la agencia Bloomberg Zhang Zhiwei, economista jefe de Pinpoint Asset Management.
Zhang señaló que “tanto el crecimiento del consumo como de la inversión están en un nivel débil”. La falta de demanda interna –que Beijing esperaba que fuera el principal vector de crecimiento este año- se reflejaría también en el índice de precios al consumidor de julio que se publicará este miércoles, y que se estima que mostrará deflación. De hecho, los precios mayoristas ya registran una contracción interanual desde octubre del año pasado, impactando directamente los ingresos de los sectores industriales.
Además, algunos economistas atribuyeron la caída de las importaciones a los menores valores de los commodities: en algunos casos, las fábricas chinas siguen comprando la misma cantidad de materiales básicos, pero lo hacen a un menor precio medido en dólares. Un ejemplo citado por los analistas es el del petróleo: el valor de las importaciones cayó 12 por ciento en los primeros siete meses de 2023 respecto del mismo periodo del año atrás, pero las cantidades crecieron en casi el mismo porcentaje.
En todos estos casos, los datos reflejan el menor apetito de China por productos electrónicos y minerales. Mientras tanto, las importaciones de Estados Unidos bajaron 11,2 por ciento anual y las de la Unión Europea, 3. Por su parte, las exportaciones bajaron 23,1 por ciento en el caso de Estados Unidos, mientras que las de Japón, Corea del Sur, Taiwán, Unión Europea, Brasil y Australia también lo hicieron en doble dígito.
"Las promesas pro-crecimiento del gobierno son alentadoras, pero si los planes no se traducen en acción, la debilidad en la segunda mitad del año derrumbaría la meta gubernamental de expansión del PIB del 5 por ciento anual”, comentó el economista, Eric Zhu.