Fiel a su estilo, Javier Milei apeló en su acto de cierre de la campaña presidencial en el Movistar Arena a la provocación que tantos dividendos le genera en términos de viralidad, agenda y repercusión. La muestra estuvo, literalmente, desde el inicio. “¡Hola a todos! ¡Yo soy el león!”, fue lo primero que dijo, a los gritos, en el recinto lindero al estadio del club Atlanta en el barrio porteño de Villa Crespo. La frase no era otra cosa que el inicio de “Panic show”, la canción del grupo La Renga que el candidato de La Libertad Avanza volvió a utilizar a pesar de que la banda de Mataderos ya le había pedido expresamente que se abstuviera de ello.
El tema había sido grabado en “La esquina del infinito”, disco del año 2000, y desde ese entonces La Renga estila interpretarlo para abrir sus shows por la furia y la vehemencia que imponen su letra y su música. La canción habla de un león que aparece en un espacio público de manera voraz y amenazante y genera una estampida en los presentes, historia enfatizada aún por la voz gutural del cantante Chizzo Nápoli y la violenta sonoridad de sus efectos de guitarra.
Toda esa narrativa le calzó al dedillo a Javier Milei, quien se autopercibe como “El león”, o quizás fue convencido de ello por su entorno, nunca quedó claro. Lo cierto es que el recurso ya había sido utilizado en los dos actos proselitistas de los comicios pasados, los de 2021, ocasión en la que la buena performance del espacio La Libertad Avanza en la ciudad de Buenos Aires le permitió entrar como diputado nacional no sólo al propio Milei, sino también a Victoria Villarroel, la negacionista de la última dictadura y abanderada argentina del partido de ultraderecha española VOX que ahora acompaña, como candidata a vicepresidenta, al ex asesor del genocida Antonio Bussi.
En aquella oportunidad, el partido que se presume libertario había realizado los dos eventos de cierre de campaña (uno por las PASO, otro por las generales) en el anfiteatro del Parque Lezama. En el primero de ellos, Milei causó sorpresa cantando “Panic show” a capella en una versión bastante desmejorada y llena de desafines, lo cual en un principio generó incluso dudas entre sus propios seguidores, quienes no comprendían si la interpretación se trataba de una broma o qué. Recién cuando el economista terminó su faena y abrió los brazos esperando aplausos fue que todos comprendieron que la cosa iba en serio.
Con todo, el hecho logró un gran efecto rebote e hizo que muchos hablaran de ello al otro día, aunque más no fuera como objeto de consumo irónico por una performance que causó vergüenza ajena hasta en la propia tropa. Pero a los que no les generó ninguna gracia fue a los músicos y allegados al grupo La Renga, quienes salieron prontamente a desmarcarse del episodio. Más allá de que la banda mueve multitudes y esta tiene en claro que su perfil está en las antípodas de lo que Milei y su séquito vindican, el conjunto prefirió despejar dudas a través de un comunicado que difundieron en sus redes sociales.
“Quien quiera es libre de escuchar, cantar, bailar y poguear canciones de La Renga. Lo que está mal, legal y moralmente, es tomarse la libertad de usar esas canciones para una campaña política y beneficio propio. Un seguidor de nuestra banda jamás haría eso. Entre nosotros existen lazos y sentimientos”, rezaba el texto. Y concluía citando el título de otras dos canciones propias: “No queremos tener un disfrazado de amigo hablando de la libertad”.
Milei, contra La Renga
A pesar del rechazo, para Milei esa respuesta fue todo un triunfo: como buen provocador, busca que se hable de él para bien o para mal. La muestra de ello fue que el economista intentó extender los rounds de la pelea con un contraataque: “Parece que les molesta más el uso por parte de un liberal que la cuestión política y lo disfrazan con un eufemismo, es una ridiculez”, arremetió. Además los acusó porque “cantaban en los actos de Cristina”, algo que en rigor de verdad no fue cierto: La Renga tocó en diciembre de 2013 en Plaza de Mayo pero en el contexto del aniversario de los 30 años del retorno de la Democracia, festival por el que aseguran que no cobraron ningún cachet.
Como sea, la banda no volvió a levantar el guante y todo pareció apagarse como las canciones que terminan en fade-out, ese efecto que hace que el volumen se reduzca gradualmente hasta el silencio total. Sin embargo el asunto se reactivó en este año electoral. Tentado a buscar alguna reacción pública, Javier Milei volvió entonces a la carga y utilizó “Se viene” de la Bersuit Vergarabat en un acto y en un jingle de campaña con Ricardo Bussi, precandidato a gobernador en Tucumán por LLA e hijo de su exjefe en el Congreso de la Nación. Aunque esta vez la respuesta más discreta y contundente: Alberto Verenzuela, autor de la la canción que relata la previa del estallido de diciembre 2001, envió una durísima carta documento a la sede del partido. La solicitud pedía que el partido cesara inmediatamente el uso de la canción, ya que según Verenzuela le generaba “un agravio personal”.
“Es irónico que un espacio político cuyas caras más visibles se llena las bocas de la palabra ‘libertad’ y la utilizan como un latiguillo vacío, desvirtuando su profundo significado, pisoteen la libertad de otros, en este caso la mía, de no permitir ni autorizar el uso político de mi obra artística, y pasen por encima la propiedad privada que tanto declaman defender”, reflexionaba el autor en la esquela.
Obligado a desistir de la canción de La Bersuit por cuestiones legales, Milei volvió entonces a la carga con “Panic show”, dado que La Renga solo lo cruzó públicamente, pero no de manera legal como sí hizo La Bersuit. Un uso discrecional de la libertad y de la propiedad privada ajena que le permite al precandidato a presidente incluso modificar la letra original a su gusto para recitar: “Corrió la casta sin entender”.