Con capacidad para casi 10 mil personas, “Icon of the Seas” o “Ícono de los Mares”, es el crucero más grande del mundo y zarpará rumbo a su primer viaje en febrero de 2024. Se trata de una nave cinco veces más grande que el Titanic, con más de 20 cubiertas y una enorme cúpula de cristal que cubre la proa, de sus principales atractivos.
El enorme resort, que empezó a construirse en 2021, cuenta con un parque acuático con toboganes, siete piscinas, paseos comerciales, pistas de patinaje sobre hielo, salones de juego, restaurantes, espectáculos, entre otras atracciones.
El crucero ofrece paquetes de viaje de hasta 7 noches saliendo desde Miami. El precio promedio por persona es de 1958 dólares. Los destinos para visitar a bordo son Roatán (Honduras), Puerto Costa Maya (México), Cayo Coco (Las Bahamas), Philipsburg (Sint Maarten), Carlota Amalia (capital de las Islas Vírgenes de Estados Unidos) y Cozumel (México).
Desde la compañía Royal Caribbean, dueña del "Icon of the seas", apuestan con este tipo de apuesta remontar el sector de los cruceros tras la pandemia de coronavirus que afectó el turismo en todo el mundo. Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, en inglés), en 2023 se espera que el volumen de pasajeros supere los niveles previos a la pandemia, y se alcancen los 31,5 millones de pasajeros.
"Veremos que el mercado se recuperará con fuerza", expresó Tim Mayer, director general del astillero finlandés a cargo de la construcción del crucero más grande del mundo. Y agregó que tiene otros dos buques de tamaño similar en su libro de pedidos.
Barcos más grandes y más contaminantes
Alexis Papathanassis, profesor de gestión de cruceros en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bremerhaven de Alemania, explicó que, si bien en la última década "los cruceros se volvieron más grandes", lo cual trae "beneficios económicos" ya que reducen el costo que representa cada pasajero, requieren de una inversión y conocimientos tecnológicos mayores, que "no son baratos", por lo que seguirán en aumento pero a un ritmo más lento dado el contexto económico.
Desde el punto de vista climático, hay quienes argumentan que la eficiencia energética de un barco grande es más importante que la de varios barcos pequeños. Pero esta opinión no es compartida por todos. "Si siguiéramos esa lógica, ciertamente construiríamos cruceros más grandes, pero en menor número", argumentó Constance Dijkstra, especialista en transporte marítimo de la ONG Transport & Environment (T&E), en diálogo con AFP.
"Pero no es lo que sucede. Vemos más y más barcos, y son más grandes que nunca", dijo, e indicó que aunque los barcos modernos están tomando medidas para mitigar las emisiones gracias a la tecnología, el "Icono de los mares" funciona con gas natural licuado (GNL), por lo que los ecologistas no están convencidos.
El GNL emite menos que los combustibles marinos tradicionales, pero "tiene consecuencias dramáticas en el clima debido a las fugas de metano" que provoca, advirtió Dijkstra. Y agregó que "el problema es que al usar GNL como combustible marino, fomentamos el desarrollo de la industria del gas".