El precandidato a jefe de gobierno porteño por Juntos por el Cambio Martín Lousteau y su precandidata a legisladora Graciela Ocaña difundieron en los últimos días de campaña su propuesta para instalar, a través del Banco Ciudad, el modelo de "hipoteca inversa", con el que se propone convertir en dinero efectivo el valor de la vivienda de personas de la tercera edad sin perder la titularidad hasta su fallecimiento, cuando la propiedad queda en manos de la entidad financiera.
La presentación del "innovador" modelo para hipotecar a los jubilados --"con la vivienda que han adquirido con mucho esfuerzo a lo largo de toda su vida y es su ahorro", dijo Lousteau-- se hizo en el acto de presentación del plan de vivienda del exministro de Economía, en el que no se habló de construcción de vivienda social, a pesar de hacerlo junto el actual titular del Instituto de Viviendad de la Ciudad (IVC), Christian Werle, quien milita junto a Lousteau en la Ciudad y por Horacio Rodríguez Larreta a nivel nacional.
"Una propuesta innovadora para que los jubilados que, con mucho esfuerzo han logrado tener su casa propia, puedan tener un ingreso adicional que complemente sus jubilaciones", celebró Ocaña la propuesta que, según anunció Lousteau, ella trajo de Europa -donde estas hipotecas se aplican- para aplicar en un posible gobierno del radical en la Ciudad.
Durante la presentación del proyecto, Lousteau sostuvo que la hipoteca "podría multiplicar por tres o cuatro veces" el ingreso de un jubilado para "tener un día a día mucho más tranquilo, poder vivir mejor e incluso poder ayudar a sus nietos o a sus hijos o darse algunos gustos que hoy son imposibles".
En ese contexto, el precandidato a jefe de Gobierno no mencionó que la propiedad queda en manos del banco tras el fallecimiento de sus titulares, excepto que su familia le reintengre el dinero al banco, algo difícil de pensar para una política que se presenta como "alivio económico" para familias de bajos recursos.
La presentación de esta propuesta ocurrió durante lo que la campaña de Lousteau denominó la "cuarta parada en nuestro camino hacia la Ciudad que soñamos: la vivienda", en el marco de una estrategia de pequeños actos montados con paradas por cada eje de gobierno, una semana atrás presentó su para de "seguridad" en el Instituto Superior de Seguridad Pública del Gobierno porteño, donde prometió más tásers, más policías y "terminar con la cultura del piquete y la ocupación ilegal del espacio público".
En la parada de vivienda, Lousteau estuvo acompañado por el titular del Instituto de Viviendad de la Ciudad (IVC) --organismo a cargo de la política de vivienda porteña-- quien destacó como política pública la línea de "asistencia económica" a jóvenes para alquilar, y aseguro que Lousteau es el "reaseguro que esa política continúe". El plan fue prensentado por Larreta en abril pasado y consiste en endeudamiento para pagar los costos de ingreso a un alquiler, refacciones y exenciones impositivas para los dueños de las unidades alquiladas.
"Hoy la 'inmobiliaria Larreta' hizo unas supuestas propuestas que van a beneficiar a propietarios e inquilinos, pero lo primero que dejó en claro es que hay que suspender la 'Ley de Alquileres'. Es la Ley de Alquileres la que hace que no paguemos un montón de costos de ingresos, aumentos trimestrales o semestrales por encima de la inflación y que tengamos contratos de tres años", le recordó el titular de Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz.
Un estudio del propio IVC, junto a organizaciones sociales como Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), el Centro de Estudios Legales y Sociales, el Centro de Estudios Económicos y Urbanos, señaló que en 2021 al déficit habitacional de la Ciudad de Buenos Aires alcanzaba al 11,6 por ciento de los hogares, en tanto que unas 300.000 personas residen en villas y asentamientos, otras 7.500 están en situación de calle y un 35 por ciento de las familias pagan alquiler.
En paralelo, la Ciudad de Buenos Aires tiene, desde 2019, una normativa para alquileres turísticos muy laxa y favorable a plataformas como AirBnB, con la que firmó un acuerdo que incluye cláusulas donde el Gobierno de la Ciudad se compromete a guardar secreto sobre la información que se intercambie y sobre las características del acuerdo y a no emprender acciones legales ni económicas contra la plataforma. A cambio se generó un registro que tiene inscriptos a alrededor del 2% del total de viviendas alquiladas a turistas, lo que empuja los precios de los alquileres y compite contra quienes buscaban vivienda permanente.