Hugo Díaz cumpliría 94 años el 10 de agosto. Y como regalo de él hacia su memoria y hacia la de todos y todas se lanza al mundo la esperada Antología Volumen 3, que recoge 31 piezas grabadas por él. Gemas que parecían perdidas en el tiempo y que, gracias a las tozudas labores de Germán Dominicé, curador-hurgador; del presidente de la Academia Nacional del Tango; de Gabriel Soria, que se encargó de la reconstrucción técnica de los originales hallados en discos de pasta a 78 revoluciones por minuto, y de la masterización de Andrés Mayo, vuelven a su lugar en el acervo.
“Sabíamos que durante las décadas del '50 y del '60 Hugo había viajado mucho por Europa, y había grabado muchísimo. Así fue que buscando, aparecieron 31 obras que son tesoros escondidos, porque muchas de ellas las desconocíamos. Pues aquí están ahora”, expresó Mavi Díaz, hija de Hugo, durante la presentación del disco en el Auditorio de Radio Nacional. “Estos temas son verdaderos rescates de momentos únicos… un viaje en el tiempo”, afirmó la ex cantante de Viuda e Hijas de Roque Enrol y actual directora de Radio Nacional Folklórica.
La flamante edición en CD doble y plataformas digitales no solo viene a completar los volúmenes 1 y 2 de la Antología, publicados en 2009, sino también los dos cronológicamente posteriores (el 4 y el 5), que paradojalmente fueron publicados antes, porque había que esperar a la perla de la Antología. Era tal una grabación hasta entonces “inhallable” de “La cumparsita” que Díaz había hecho en 1955 y que apareció, luego de arduas búsquedas, gracias al aporte del coleccionista Fabio Cernuda.
“Esta pieza la buscamos largamente durante todos estos años. Es la perla”, sostuvo Mavi Díaz durante la escucha colectiva del disco que efectivamente reúne piezas grabadas en por el armoniquista y multiinstrumentista santiagueño en diversas locaciones, con diferentes compañías, y vestidas por distintos géneros, entre 1953 (año en que Díaz conoció a su par Toots Thielemans durante un viaje a Europa) y 1966, cuando ya era un artista consagrado a nivel mundial.
Una parte de ellas están tocadas por el grupo Hugo Díaz y los Changos, que además de su mujer Victoria en voz, su cuñado Domingo Cura en bombo y los bailarines Carlos Saavedra y Juan Carlos Salvatierra, incluía la tríada José Jerez, Julio Carrizo y Nelson Murúa en guitarras. Otra, junto a diversos y eventuales grupos que el músico armaba ocasionalmente en sus viajes.
El vasto y ecléctico repertorio reunido en el volumen 3 de la Antología, en efecto, se pasea orondo por músicas de todo el país, e incluso atraviesa fronteras. A la marca iniciática de su tierra que encierran “Para mis paisanos”, la chacarera de José del Tránsito Gerez y José Antonio Faro que abre el disco; el escondido “Todos los domingos”, de los Hermanos Abalos y Nicolás Segundo Gennero; y la “Chacarera del violín”, de los Hermanos Simón y Javier Zírpolo, se le pliega un salpicado e intenso paseo geográfico musical.
La impronta guaranítica que Díaz curtió especialmente durante sus arranques en Buenos Aires, como parte de la orquesta del arpista paraguayo Félix Pérez Cardozo, pervive en polcas como “Indiana” y “General Pinedo”, ambas rescatadas de los fondos de 1954, y la extraordinaria y -por qué no- lisérgica “Danza guaraní”, que el armoniquista registró en 1959 con la orquesta de su compositor: Argentino Galván.
El chamamé también brilla por su presencia, por supuesto, en rescates como “Allá en el atardecer”, que incluye la participación de su compositor José Bragato en cello (“la voz del miedo en la selva”, Hugo dixit); y un par de selecciones extraordinarias. Tanto a ella, como a las esperadas zambas, escondidos, bailecitos, rancheras, vidalas y gatos –porque el tipo tocaba de todo- se suman hallazgos tal vez inesperados. “¿Ustedes saben que hay un ritmo que se llama yenca?”, preguntó Mavi durante otro momento de la presentación. Y nadie en el Auditorio dijo sí. Pero sí, existe y Hugo lo tocó, a través de una pieza llamada “Lección de besos”, grabada en 1966, en una onda Oscar Aleman. “En los viajes, Hugo solía ir pescando canciones que iba conociendo y las improvisaba. En este caso, hizo una yenca, un ritmo que parece como un foxtrot, un twist”, esclareció la ex Viudas e Hijas.
Entre otros hallazgos, el disco porta además el bolero “Inolvidable”, de Julio Gutiérrez; una pequeña suite en clave de bossa (“Solo” + “Menina Moca”) y un taquirari tropical llamado “El sucumbré”, cuyo nombre alude al de una bebida ritual típica de Bolivia que mezcla leche, aguardiente y miel.
La cuidada estética del disco cuenta, al igual que los anteriores, con imágenes que muestran a Hugo Díaz en diferentes situaciones, diversas locaciones y distintas compañías. La antología, en tanto, tendrá su correlato audiovisual, a través de un documental próximo a circular en público, con testimonios del Chango Spasiuk, su "heredero" Franco Luciani, León Gieco, David Lebón, José “Pepe” Colángelo, Víctor Heredia, Raúl Barboza, Lito Vitale, Luis Salinas, Marian Farías Gómez, Juan Carlos Baglietto, Dano –hijo de Mavi y nieto de Hugo-, y el periodista de Página/12 Santiago Giordano.