“Horacio Quiroga decía que un cuento es una flecha y Juan Rulfo, que los cuentos se escriben con un hacha. Y los dos sabían de lo que hablaban”, recuerda desde La Habana el escritor Leonardo Padura, presidente del jurado de la segunda edición del Premio Internacional de Cuentos de la Revista Be Cult, que este año adopta el nombre de Victoria Ocampo y vuelve a reconocer a tres escritores en lengua castellana con un primer premio de 210 mil pesos argentinos, 140 mil al segundo y 70 mil al tercero. “Un cuento, según otro que sabía, (Julio) Cortázar, debía ganar por knock out, y la novela por puntos. Yo creo lo mismo que ellos. No podría decirlo mejor”, subraya el presidente del jurado, que estará integrado también por la escritora argentina María Rosa Lojo y la periodista cubana residente en Buenos Aires, Claribel Terré Morell, directora de la revista.
No abundan los concursos de cuentos en un país con una tradición apabullante en el género. No alcanzan los dedos de la mano para enumerar la cantidad de cuentistas notables que van de Silvina Ocampo a Hebe Uhart, de Jorge Luis Borges a Abelardo Castillo, de Beatriz Guido a Sara Gallardo, de Rodolfo Walsh a Samanta Schweblin, de Daniel Moyano a Isidoro Blaisten, de Antonio Di Benedetto a Luisa Valenzuela. “Soy lo otro. Pero ¿qué?”. La frase de Victoria Ocampo invita a todos los que escriben en lengua castellana a presentar cuentos que contribuyan a pensar renovadas indagaciones y nuevos horizontes en momentos contemporáneos de grandes búsquedas, de renovaciones culturales y de nuevas formas de crueldad. Terré Morell y el editor asociado de la revista, Esteban De Gori, eligieron a la creadora de la revista Sur por la importancia que ha tenido “como intelectual argentina, polemista intensa y feminista cuya militancia vanguardista propiciaron acciones interesantes para la cultura nacional e internacional”. Terré Morell y De Gori destacaron no sólo la escritura de Ocampo sino también “la búsqueda persistente por intervenir en su tiempo”.
La segunda edición del Premio Internacional de Cuentos Revista Be Cult / Victoria Ocampo, convocada por la revista junto a la Fundación Sur, el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA), la Fundación Santander, Mecenazgo y CADRA, rige hasta el 7 de octubre de 2023. Los ganadores se darán a conocer un mes después del cierre, el 7 de noviembre. El pre-jurado de selección estará formado por Flavia Pitella, Maxi Legnani, Mauricio Koch, Valeria Groisman, Esteban De Gori y Juan Pedro Finat, quienes seleccionarán un máximo de 15 obras finalistas. La primera edición, en 2021, estuvo dedicada a Abelardo Castillo y se presentaron 3064 cuentos con seudónimos, provenientes de 27 países. El ganador del primer premio fue Matías Alinovi, seguido por Juan Revol y Máximo Huerta, segundo y tercero respectivamente.
María Rosa Lojo define al cuento como “un desarrollo narrativo breve” que puede leerse “de una sentada”, como lo enunció Edgar Allan Poe. “Se tiende a elogiar el poder sintético y conclusivo del buen cuento. La síntesis, la intensidad, son condiciones innegables. Recordamos los mejores como textos polisémicos, que concentran y disparan sentidos, que pueden jugar, incluso, con diversos planos de realidad, o trastocar con un efecto sorprendente lo que creemos haber visto. No diría, en cambio, que es ‘conclusivo’. Los grandes finales no clausuran el sentido. Cuando llegamos a la meta después de una trayectoria sin respiro, es como un disparo de flecha que da en el blanco, pero queda vibrando, reverbera, hace ondas expansivas, no termina de entregar su mensaje, nos deja con sed de saber todo aquello que permanece en un cono de sombra y que esa rauda iluminación parcial no nos mostró”, plantea la escritora y destaca los cuentos que a veces se conectan entre sí en un libro como Trafalgar, de Angélica Gorodischer, donde los relatos están unidos por la vida de un sujeto: el comerciante rosarino de ese nombre que hace viajes interplanetarios. O en La rosa en el viento, de Sara Gallardo, cuyas historias independientes, vinculadas desde diferentes perspectivas por algunos hilos y personajes comunes, terminan formando una novela.
En América latina se están escribiendo muchos cuentos, como quedó demostrado en la primera edición de este premio, con más de 3000 relatos presentados. “El cuento es un ejercicio creativo de alto voltaje que permite un entrenamiento practicable. Esto no implica facilidad (no hay nada más exigente que la síntesis), aunque sí tiene una posibilidad de realización material mayor, a corto plazo, que una novela. Acaso por eso resulta muy atractivo para los escritores de las nuevas generaciones que aspiran a medir sus fuerzas”, reflexiona Lojo. Y Padura pondera: “La avalancha de cuentos que hoy se escriben creo que responde a la gran cantidad de escuelas de escritura y talleres que ahora existen. Y eso está muy bien . Esos ejercicios te enseñan a escribir, incluso a hacerlo bien. El gran problema sigue siendo sobre qué escribir. Eso no te lo puede enseñar nadie. Lo sabes o no lo sabes”.