Ivanna Aguilera, es una mujer trans de 64 años que sobrevivió la dictadura cívico militar, fue presa política y sus relatos en primera persona son parte del archivo histórico que registra la memoria de los crímenes de lesa humanidad direccionados hacia la comunidad LGBTIQ+.
Ivanna es oriunda de Rosario, provincia de Santa Fe, y hace 40 años que vive en Córdoba donde coordina el área trans, travesti y género no binario de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. En el marco de los 40 años de democracia, INADI y la Universidad Nacional de La Rioja la invitaron a conversar sobre las deudas e identidades invisibilizadas. Este miércoles incitó una charla titulada “Sobrevivir para contarlo” en el Espacio de la Memoria de la ciudad de La Rioja, y este jueves la cita es a las 17 hs. en un conversatorio sobre “Cuerpo Travesti Trans” en la Sala Roja del cine de la Universidad Nacional de La Rioja.
En estos 40 años de democracia, ¿en qué hemos avanzado y cuáles son nuestros saldos pendientes?
Hemos avanzado en poder, simplemente poder caminar, poder entrar a un supermercado, comprar alimentos, podemos ir a un hospital, podemos pulular. Eso hemos logrado en 40 años de democracia. En 40 años de democracia hemos podido obtener leyes que eran impensadas, que son leyes que, por ahí yo digo que son leyes bastante perversas. Tuvimos que trabajar para tener una ley de identidad de género, para que esa ley haga respetar una ley que ya tenemos en la Constitución Argentina.
Pero bueno, a las personas trans y travestis nos han duplicado el trabajo para poder obtener ese derecho. Tuvimos que trabajar un proyecto de ley de inclusión laboral trans, para que esa ley haga respetar una ley que ya está en la Constitución Argentina, que es el derecho a poder tener un trabajo. Tuvimos que trabajar el poder caminar libremente y transitar el territorio argentino.
Cuando ya la Constitución Argentina nos da el libre derecho a poder transitarla. Logramos leyes que hasta el día de hoy no se traducen en derechos. Nos cuesta mucho que esas leyes se traduzcan en derecho. Entonces estamos trabajando por eso. Hemos avanzado muchísimo. ¿Qué nos falta? Nos falta eso. Que esas leyes se conviertan en derecho y que con esos derechos podamos obtener esa carta de ciudadanía que pretendemos. Nosotras y nosotros lo único que queremos es tener las mismas posibilidades que tienen los demás. Los mismos derechos.
Queremos tener educación en tiempo y en forma para poder desarrollarnos en tiempo y en forma. Queremos construir nuestras familias. Queremos construirnos con los mismos derechos que tienen los demás ciudadanos. Eso es lo único que queremos. Mientras tanto, bueno, estamos luchando porque esta democracia todavía nos debe ese marco legal de derecho que nos proteja porque la población trans y travesti, a 40 años de la democracia, tenemos una expectativa de vida de 45 años. La población trans y travesti a 40 años de la democracia todavía no podemos tener un trabajo registrado. Todavía nos siguen desapareciendo en democracia. Tenemos un compañero Tehuel de la Torre que está desaparecido, un compañero trans. Y el Estado no hace nada. A 40 años de adquirir derecho, la población trans y travesti todavía estamos luchando para que ese paraguas de derecho que tienen todos los demás ciudadanos nos cubra a nosotras. Que hemos avanzado, hemos avanzado muchísimo. Bueno, estamos todavía en ese elástico que yo le digo de poder avanzar para poder tener esa misma práctica de ciudadanía que tienen todas y todes y que nuestra transexualidad no sea una problemática o un impedimento.
¿Cómo respondió el Estado respecto a los crímenes de lesa humanidad que padeciste?
El Estado no ha respondido, no responde. El Estado está trabajando, es un trabajo continuo el trabajo que se viene haciendo a través de derechos humanos, ¿no es cierto?, por el tema de los crímenes de lesa humanidad. Y en el marco de la población LGTBIQ+, en general, no hay una gran visibilización. No hay visibilización. No se habla, nos ha costado muchísimo poder empezar a trabajar dentro de los juicios de lesa humanidad, la problemática o la temática del colectivo LGTBIQ+, y de la población trans y travesti, sobre todo la población trans y travesti femenina, que somos las que estábamos en la calle y somos las que padecimos esa violencia que sufrió toda la ciudadanía durante esos años oscuros, ¿no es cierto? Siempre se nos negó y se nos negaba eso.
Bueno, a través de un trabajo de militancia, de organizaciones y de compañeras que veníamos denunciando estas detenciones durante la dictadura militar y de encontrarnos con que se nos cerraban las puertas, bueno, nos acercamos a un grupo de abogades y de fiscales que trabajan, especialistas en delitos de lesa humanidad y en Rosario, Ana Pippi Oberlin, una fiscal federal especialista en delitos de lesa humanidad. Ella empezó a trabajar, estaba justo trabajando en una causa en donde se estaba trabajando el tema de las detenciones del Batallón 121 de Rosario y de la Oficina de Información de la Policía.
En esos registros había nombres, porque esos dos espacios eran espacios de hablantes, no de detenciones, sino de hablantes. Y lo que tenían de particular era que solamente llevaban mujeres. Cuando se hace el juicio y las compañeras empiezan a declarar y una de las compañeras sobrevivientes muestra listados, en esos listados femeninos había nombres que no concordaban. Entonces se preguntaban qué eran esos nombres, si eran los captores, que eran los que las cuidaban o qué.
Entonces con la investigación y buceando estos fiscales y encontrando pequeñas denuncias que yo había hecho, se encontraron que esos nombres que no concordaban dentro de un listado femenino eran ni más ni menos de mujeres trans y travestis. Entonces pudimos acceder un grupo de compañeras trans y travestis sobrevivientes a este juicio donde pudimos obtener una sentencia y en esa sentencia dice que nuestra persecución y nuestras detenciones durante la dictadura militar fueron producto de nuestra transexualidad.
Marcando precedente en Rosario, primero que nada el juicio donde por primera vez se enjuicia a genocidas, pero por delitos sexuales, que es tan difícil dentro del juicio de lesa hablar de delitos sexuales, de sexualidad e identidades, entonces eso también lo que tiene de importante este juicio que marcaba específicamente esa connotación esos delitos sexuales, esas violaciones que generalmente eran grupales y demás y a las cuales éramos sometidas todas las mujeres que padecíamos en esos dos espacios.
Bueno, a través de ese precedente es donde empezamos a hacer un trabajo de visibilización. Empezamos a convocar a compañeras sobrevivientes o que nosotras recordáramos que estaban vivas porque nosotros en Rosario éramos un grupo de 57 compañeras, en este marco nos encontramos que quedamos solo 11, entonces nos preguntábamos dónde estaban esas otras compañeras que algunas conocíamos solamente de apellido, porque nos conocíamos cuando nos llevaban detenidas y nos trataban por el apellido, y como no queríamos decir nuestro nombre solamente decíamos García, Aguilera, entonces nos conocíamos así, o por la Pupé y demás. Bueno, empezamos a hacer un rastreo de esas compañeras y en Buenos Aires se empezó a hacer un trabajo también de testimonio de compañeras sobrevivientes en este caso del Pozo de Banfield que también pudieron testificar este año, que fue también importante. Y bueno, venimos haciendo un trabajo de visibilización sobre la población LGTBIQ+, durante la persecución, durante la dictadura militar pero específicamente venimos trabajando sobre el colectivo Trans y Travesti que es la parte que siempre estamos invisibilizados y hemos sufrido una persecución sumamente virulenta y específicamente exactamente igual o más virulenta a los que sufrían los prisioneros en los campos de concentración, porque se nos desnudaba, se nos paseaba desnudas por diferentes espacios, se nos quebraba, se nos violaba, se nos usaba para trabajo, se nos usaba como carne sexual porque nos llevaban a trabajar y nos robaban el dinero. Bueno, hemos padecido una persecución sumamente virulenta durante esos últimos años, que no terminaron cuando vino la democracia, lamentablemente, porque nosotras festejamos el advenimiento de la democracia pero nos encontramos que en ese paraguas de derechos no estábamos ahí, el colectivo LGTBIQ+, no estaba y la población Trans y Travesti, menos que menos, porque dentro de las políticas no se nos piensa.
Entonces nos encontramos con eso, entonces bueno, es importante esto de venir trabajando y visibilizar el trabajo que venimos haciendo los cuerpos Trans y Travesti para visibilizar esa persecución que no empezó en los años 70, empezó en los años 30 con la creación de la policía federal, los edictos policiales donde están las órdenes escritas de por qué se nos tiene que perseguir y desaparecer, no es cierto? Entonces, creo que es importante en la historia contemporánea poder agregarle esa historia que falta a la historia y que podamos empezar a trabajar para que la memoria, verdad y justicia llegue a todes, todas y todos, en este caso a la población Trans y Travesti
¿Por qué 30.400?
30.400 es un número simbólico de llamado de atención. Cuando se conforma la CONADEP, dentro de los primeros 10.000 reclamos de familiares se encuentra con que hay 400 reclamos donde refieren a que mi hijo, mi hija, mi hermano, mi papá lo llevaron detenido y era, no sé, en ese tiempo no había, no teníamos las siglas de identidades que tenemos hoy en día, entonces todos englobados en homosexuales. Entonces no se sabía si era una lesbiana, una trans, pero éramos homosexuales reclamados.
Esos 400 compañeros nunca fueron visibilizados como tal, están dentro de los 30.000. Pero nosotros nos preguntamos ¿quiénes son? ¿eran todos putos? ¿eran todas tortas? ¿cuántas trabas había ahí reclamadas? ¿se investigó quiénes son? Y si hay 400 compañeros que fueron reclamados pero que no se los visibilizan, ¿qué hacemos con todos esos que no tienen a nadie? Ya que hablamos de una población que no tenemos quien nos reclame, porque generalmente no tenemos familia o somos expulsados de la familia. Entonces ese es el trabajo, poder hacer un trabajo para empezar a visibilizar esos 400 compañeros que no están, poder darle la identidad que les correspondiese, que les corresponde y empezar a trabajar por todos esos que están en algún espacio, en algún lugar y tenemos que rescatarlos y darles la identidad que les corresponde para que la justicia, la memoria sea para todos, todas y todes. Los compañeros detenidos te llevaban por escribir, te llevaban por cantar, te llevaban por enseñar, te llevaban por ser gremialista, también te llevaban por ser puto, por ser torta y por ser trans. Y está escrito. Entonces, ¿por qué no podemos tener las mismas visibilizaciones? ¿Por qué no tenemos el mismo acompañamiento por parte del Estado y los demás organismos para que podamos tener esos juicios que son tan necesarios para que podamos curar nuestras heridas y para que esos captores, torturadores, y asesinos puedan tener el castigo que se merecen antes de que se mueran y que aquellas que somos grandes también nos podamos morir con algo de justicia, Que la familia de esos secuestradores, asesinos, torturadores sepan que aparte de todo eso, también eran violadores y pedófilos porque nosotros éramos criaturas.