En este domingo de PASO no solo se definirá a les candidates que competirán por la presidencia, sino también a les legisladores que garantizarán (o no) la gobernabilidad del futuro gobierno. Cualquiera que sea. La extrema paridad de fuerzas en la Cámara de Diputados ha representado un escollo para el Frente de Todos desde el recambio legislativo de 2021, y no es casual que el núcleo del debate interno dentro de Juntos por el Cambio haya estado vinculado al formato del tejido de alianzas parlamentarias (con un Horacio Rodríguez Larreta abocado a su discurso de la "mayoría del 70 por ciento" y una Patricia Bullrich que se imagina aliándose esporádicamente con los libertarios). A diferencia de la elección de 2019 (e incluso la de 2021), el escenario electoral se presenta como una disputa de tercios, en donde se espera que el espacio de Javier Milei crezca y aleje cualquier perspectiva de que una sola fuerza política pueda hacerse con el quórum de la Cámara baja.
En el Senado, mientras tanto, el panorama es distinto. Allí el peronismo venía de perder la mayoría (por primera vez desde el regreso de la democracia) en 2021, pero sin por ello perder el control de la cámara. La situación cambió, sin embargo, hace unos meses, cuando el interbloque oficialista se rompió, llevando a JxC a convertirse en la primera minoría y al FdT en un oficialismo al que le resultaba cada vez más difícil reunir el número para el quórum. Más allá del peso de las fuerzas provinciales, el escenario en la Cámara alta tiende más a la polarización entre el FdT y JxC, por lo que el resultado electoral de las 8 provincias que renuevan senadores podría ser clave para la gobernabilidad de la fuerza que termine ganando las presidenciales.
Cámara de Diputados
Les 130 diputades que vencen su mandato este año son los mismos que fueron electos en 2019, año en el que el recién conformado Frente de Todos le ganó las presidenciales a Mauricio Macri sin necesidad de ir a una segunda vuelta. Un escenario electoral muy alejado del actual, en el que el peronismo - ahora englobado en Unión por la Patria - juega de atrás con pronósticos que se alejan largamente de los 48 puntos que logró Alberto Fernández en las generales. En ese sentido, el FdT es la alianza que pone más bancas en juego en esta elección: 68 de sus 118 diputades, es decir más de la mitad. Solo en los escenario más optimistas - es decir, en los que Sergio Massa saca el 35 por ciento de los votos - UxP perdería alrededor de 15 bancas.
Juntos por el Cambio, mientas tanto, pone en juego 55 de sus 116 diputades. En el caso de hacer una buena elección - es decir, que supere los 40 puntos que sacó Macri en 2019 - podría sumar uno o dos diputados, a los que habría que añadir también a José Luis Espert, el ex diputado libertario ahora devenido en larretista. De todos modos, aunque la alianza cambiemita engrosara levemente su interbloque, todavía estaría lejos de llegar al quórum reglamentario de 129. Lo que significa, en la práctica, que tendría que sentarse a negociar con el resto de las fuerzas políticas para la aprobación de sus proyectos de ley. Este escenario está muy presente en el imaginario de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, ya que todas las reformas estructurales que planean impulsar en el caso de ser gobierno - la laboral, la previsional y la tributaria - deben ser aprobadas sí o sí por el Congreso de la Nación.
Quien sí se espera que incremente su representación en la Cámara baja es Javier Milei. Tanto el candidato presidencial de ultraderecha, como Victoria Villarruel (su candidata a vice) y Carolina Píparo (su candidata a gobernadora bonaerense), tienen mandato hasta 2025, por lo que el bloque de La Libertad Avanza solo puede crecer. Las encuestas anticipan un escenario de tercios en el que Milei podría sacar entre el 15 o 20 por ciento de los votos, lo que en la Cámara de Diputados podría significar que el bloque libertario incrementaría sus filas en al menos 10 o 15 legisladores más. Lo que volvería al bloque de Milei una fuerza clave a la hora de las negociaciones.
Senado
Como siempre cada dos años, el Senado renueva un tercio de sus bancas (es decir, 24 de las 72 existentes). Las ocho provincias que renuevan este año - provincia de Buenos Aires, Formosa, Jujuy, Misiones, La Rioja, San Luis, San Juan y Santa Cruz - son las mismas que habían elegido en 2017, un año en el que Cambiemos había tenido un importante triunfo a nivel nacional. En la práctica, esto significa que JxC es la fuerza que más bancas pone en juego: 11 de 33. Mientras que el FdT, que perdió la primera minoría luego de que cuatro peronistas díscolos rompieran con el interbloque oficialista, renueva 9 de 31.
A diferencia de la Cámara de Diputados, en donde se implementa el sistema D'Hondt, en el Senado la distribución de las bancas es más sencilla: dos para la fuerza ganadora, una para la que salió segunda. El ojo estará puesto fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires, en donde la lista encabezada por Esteban Bullrich había vencido a la de Cristina Fernández de Kirchner en 2017 y ahora, en cambio, el peronismo se entusiasma con poder recuperar. Diferente es el escenario de San Juan y San Luis, en donde el peronismo había ganado en 2017 pero ahora se enfrenta a la posibilidad de salir segundo luego del batacazo que JxC dio en las elecciones provinciales. La Rioja y Misiones, por último, también serán claves, ya que allí renovarán su mandato dos senadoras que, sin ser del FdT, habían resultado aliadas claves para el oficialismo para conseguir quórum: Clara Vega y Magdalena Solari Quintana.