Crack Bang Boom suena de manera ritual en la agenda cultural de la ciudad, habida cuenta de su permanencia en el tiempo y respuesta de público. La del fin de semana próximo será la edición 12. Y el camino logrado habla no solo de un espacio ganado para y por el sector, sino también de un horizonte que persiste. La historieta, como señaló Eduardo Risso durante la presentación de Crack Bang Boom en la reciente Feria Internacional del Libro, es un lugar de referencia del que se alimentan muchas expresiones. El ejemplo está a la vista: cine y series, animaciones y videojuegos, cosplay y juegos de rol. Toda una industria de la cultura se moviliza alrededor de la historieta, y Rosario se sitúa como el lugar de preferencia.
Dicho esto, la edición 12 de la Convención Internacional de Historietas Crack Bang Boom –organizada por equipo CBB y Municipalidad de Rosario– tendrá lugar entre el 17 y el 20 de agosto en las instalaciones del Centro de Expresiones Contemporáneas, Galpón 11 y Galpón de las Juventudes. Y se suma, como atracción que ya puede visitarse, una muestra inmersiva en el tercer piso de La Favorita (Sarmiento y Córdoba, entrada libre y gratuita).
A diferencia de convenciones similares, en Crack Bang Boom el acento está puesto en la historieta; y éste quizás sea el rasgo definitorio. Risso lo destacó en el panel referido, junto a las presencias de Eduardo Santillán Marcus, Germán Peralta Carrasoni y Kristian Rossi; todos, parte de un equipo más numeroso, que año tras año hace posible este encuentro y convención. Ya es costumbre en las redes notar las muestras de aprecio y expectativas por parte de habitués, lectores y autores. Y es también costumbre que sea CBB el lugar elegido por las editoriales para sus novedades. Según el dato informado por Eduardo Santillán Marcus, serán 31 los libros que tendrán su primera presentación el fin de semana próximo.
La deriva de la historieta argentina es digna de análisis: alguna vez tuvo industria y mercado propios, sobrevivió en la autogestión, encontró salida laboral en el exterior; los esfuerzos son variados, pero todos convergen en la persistencia por hacer lo que se quiere. Vale decir, nunca dejó de hacerse historieta en Argentina. Y CBB oficia, a la vez, como un engranaje fundamental entre quienes se desempeñan en el ámbito profesional y quienes se inician. En este sentido, destacan los esfuerzos autogestivos, las publicaciones en fanzines. Según Risso, “este año tendremos un tercio más de carpa para los jóvenes que están lanzándose al mercado, mostrando sus trabajos. Estamos muy atentos a los fanzineros, y sabemos también que en otros lugares no les dan este espacio”.
Otro rasgo importante, presente en CBB desde su primera edición, es la presencia de editores nacionales e internacionales, quienes vienen con el objetivo de mirar trabajos y asesorar. Este año se contará con las presencias de Martín Casanovas (Director de arte y Coordinador editorial en Alien Books –EE.UU.– y OVNI Press) y Frédéric Toutlemonde (Director de Euromanga LLC, sello especializado en la publicación de cómics europeos traducidos al japonés).
Si de artistas se trata, el fin de semana tendrá una agenda nutrida, entre cuyos nombres figuran Carlos Dearmas, Dolores Alcatena, Pablo Andrés de Bonis, Carlos Barocelli, Aleta Vidal, Muriel Frega, Kristian Rossi, Federico Di Pila, Emilio Balcarce, Mauro Mantella, Sergio Ibáñez, Patricio Oliver y Christian Montenegro. Por el lado internacional, visitarán la convención el brasilero Marcello Quintanilha –hoy residente en Barcelona y ganador del Fauve D'Or, premio principal del Festival de Angulema, por su obra Escuta, Formosa Márcia (2021)–, el croata Esad Ribic –cuyo lápiz acompañó guiones de autores como Peter Milligan, Rick Remender, Brian Michael Bendis y Jason Aaron–, y el guionista español (nacido en Francia) Enrique Sánchez Abulí, creador de Torpedo 1936, la negrísima historieta que dibujaran Alex Toth, Jordi Bernet, y el propio Risso: dibujantes como Luis Bermejo, Oswal, Alfonso Font, Antoni Garcés, Esteban Maroto, Juan Boix, fueron algunos de los muchos talentos que acompañaron la extensa trayectoria de Abulí. De manera similar vale destacar la muestra dedicada al gran Milo Manara, curada por él mismo y enviada en exclusiva a esta edición. Contar con trabajos del maestro italiano, ¿cómo decirlo?, es un lujo y todavía más.
Habrá talleres, todos gratuitos. Entre ellos, a manera de ejemplo: “Tiempo y forma. La representación visual del tiempo” y “Diario de Viaje”, ambos a cargo de Delius; “Términos, condiciones y trato profesional”, por Paula Andrade; charlas de interés puntual como “Storyboard: un relato a través de imágenes”, con Oscar Ayala y Rodrigo Menéndez; “Cosas que me hubiera gustado que me dijeran antes”, conversatorio a cargo de Paula Andrade. Habrá premios para el habitual concurso de historieta, este año de temática acorde con la que promueve la actual edición de CBB, cuya consigna es “Todos contra el Bullying”.
Otro punto de interés es la entrega de los Premios Trillo –en cuya selección y nómina participan dos periodistas de Página/12: Andrés Valenzuela y el autor de esta nota–, único premio de historieta otorgado por el voto de los mismos partícipes de CBB, en un número que crece año a año. Y no estará demás decir que el domingo será el día cuando la multitud estalle, con la pasarela dispuesta en la explanada del CEC para el ya clásico desfile de cosplay. Las entradas ya se pueden adquirir de forma online en la web de CBB (crackbangboom.com.ar) o bien de manera presencial, durante los 4 días del evento en las boleterías del CEC. La programación completa y en detalle, puede consultarse en crackbangboom.com.ar.
Como Eduardo Risso ha destacado, la importancia de la participación del estado en CBB es fundamental, porque más allá de cuestiones logísticas hace posible el rasgo público y accesible. La historieta es agente cultural. Y un berretín argentino. De toda la vida.