Son tres amigas, es Año Nuevo, y el encierro se acentúa. El miedo al afuera, los temores infundados, ¿cómo procesarlos y enfrentarlos? Allí apunta sus dardos el grotesco de La Prudencia, la obra que estrena la compañía La Grupa, con dirección de Luciana Di Pietro –a partir del texto de Claudio Gotbeter–, producción de Alita Molina, y actuaciones de Florencia Pilotti, Macarena Goicoechea, y Di Pietro. La primera función fue el fin de semana pasado, y continúa en cartel los domingos de este mes, a las 20 en Espacio Bravo (Catamarca 3624).
“Es la primera vez que estrenamos un material nosotras cuatro. Venimos trabajando y entrenando en Espacio Bravo, es nuestra primera producción y es muy emocionante”, comenta Luciana Di Pietro a Rosario/12. “Dirigí una obra en Microteatro el año pasado, también hice algunas asistencias, pero es la primera vez que dirijo una obra de autor y fue muy desafiante”, agrega.
La Grupa se conforma a fines de 2022, luego de conocerse sus integrantes –Di Pietro, Goicoechea, Pilotti, Molina– durante su participación en el taller de Romina Mazardi Arro; y la propuesta estética de la obra de Gotbeter las hizo coincidir en su primer proyecto. Como señala la directora y actriz: “La Prudencia es una obra que nos permite trabajar temas que nos interesan, algunos muy vigentes en Rosario, como lo son el miedo, la inseguridad, la paranoia. Otra cuestión es el registro con el que estos temas se trabajan, y que tiene que ver con el grotesco. Es una comedia negra y nos permite hablar de cosas angustiantes pero, básicamente, sin angustia. Eso a mí ya me interesaba mucho, para poder poner un poco ciertas preguntas en relación a este clima reinante, de época, que tiene que ver con la particularidad de nuestra ciudad”.
-Un miedo que ciertos discursos cotidianos acentúan.
-Esos discursos hegemónicos, de violencia y de odio, los ponemos en boca de personajes tan desopilantes que hace que nos queramos distanciar de ellos. Ellas un poco reproducen esas ideas y cuestiones en relación a lo que significa el otro y el afuera, lo que permite pensar algunas temáticas sociales como los prejuicios. Cuando uno las ve y escucha, si se quiere se puede tomar distancia, porque es exagerado y desopilante, pero a la vez no dejan de ser los mismos discursos que aceptamos en la tele o en boca de ciertos políticos.
-¿El grotesco es el registro que las identifica?
-Es el registro que nosotras trabajamos naturalmente. En nuestras búsquedas actorales, nos hemos ido yendo para ese lado. No es una obra realista, sino que hay toda una cuestión en torno a la paranoia pero sin buscar construir algo en torno a la locura; antes bien, es un registro que por momentos roza lo absurdo, gracias al grotesco.
-Y en un momento donde lo grotesco parece difícil de distinguir de ciertos personajes de la vida pública.
-Es peligroso, asusta y da miedo, pero están entre nosotres; como esa persona que toma cloro en televisión. Esas personalidades realmente dan miedo o risa, una no sabe bien cómo parase frente a ellas, pero están en todos lados y cada vez se permiten hacerse más visibles. Hay menos cuidado a la hora de reproducir ciertas cuestiones, y eso nos asusta mucho.
-¿Cómo fue el trabajo con las actrices?
-La composición de los personajes fue un proceso de varios meses, y tuvo que ver con un trabajo muy físico, corporal, también de máscara. Después vino más la cuestión de la psicología de los personajes y este arco que una construye para darle sentido a esos cuerpos, pero fue una construcción basada principalmente en lo físico.
-Teniendo en cuenta que es un grotesco, ¿cómo trabajaron la voz?
-Se trató de no usar la voz propia pero también de cuidarla mucho, porque es una herramienta; es todo un trabajo ver de dónde sale. Es un componente más del personaje y del grotesco, y lo que nos permite es el contraste, porque en realidad se trata del contraste entre lo trágico y lo cómico. Y lo que se genera en el espectador es ambiguo, para nada lineal. Así, por momentos una hasta empatiza con los personajes, te hacen reír o te enternecen; pero en otros momentos te dan miedo. Todas esas cosas se ponen a jugar, son personajes completamente ambiguos, en ningún momento hay una representación literal o lineal de una mujer de esa edad, como la que construimos.
-¿Qué les aportó el trabajo de taller con Romina Mazardi Arro?
-El entrenamiento con Romina nos permitió construir una búsqueda muy personal, en donde desarrollar el registro que más nos interesaba, y eso no ocurre en todos los espacios, muchas veces signados por ciertos registros. En este caso, una pudo desarrollar su propia búsqueda, mientras ella nos va salpicando con mucho material, textos e informaciones, en relación a lo que te va copando y vas trabajando.
La Prudencia completa su ficha técnica con Lorena Fenoglio en Vestuario, Alejandro Ariel Martín en Sonido e Iluminación, Fernando Pilotti en Escenografía, y Juan Pablo Giordano en Fotografías.