Juntos por el Cambio no pudo tener el cierre de campaña esperado en la provincia de Buenos Aires. Ni Néstor Grindetti en Lanús, ni Diego Santilli en La Plata, tuvieron la posibilidad de mostrar una foto positiva en los dos distritos que ofician de anclaje territorial para cada uno de los bandos amarillos. El asesinato de Morena Domínguez en el municipio gobernado por el bullrichismo, conmocionó a la sociedad e implicó la suspensión de las actividades electorales de los halcones, luego de las palomas, y finalmente de casi todo el arco político nacional.

Tanto Lanús como La Plata pasaron a manos del PRO en la oleada amarilla del 2015 luego de décadas de gobiernos peronistas. En las elecciones del 2019, ambos distritos presentaron el mismo panorama: Juntos por el Cambio perdió las PASO ante el Frente de Todos por más de diez puntos, pero supo repuntar en las generales y dar vuelta el resultado para las reelecciones de Grindetti y Julio Garro

Mirando aquel escenario, hay una parte de la escenografía que también se repite es que el peronismo va dividido en ambos municipios. La expectativa para el domingo, entonces, no está sólo en la necesidad de imponerse sobre el macrismo en materia de frentes, sino en lo que viene después: la necesidad de constituir una unidad que lleve a recuperar los dos distritos que fueron gobernados por el PJ hasta 2015.

Distintos especialistas de opinión afirman que no se puede mesurar la incidencia del crimen de la nena de 11 años en el flujo de votos en las PASO del 13 de agosto. Pero sí modificó el comportamiento de las últimas horas de cara a los comicios. Y los planes de todas las fuerzas se alteraron por completo. 

El equipo de comunicación de Grindetti había adelantado que el cierre de la campaña en la provincia sería en el microestadio del Club Lanús el jueves 10 de agosto con la presencia de Patricia Bullrich, Cristian Ritondo, Maximiliano Abad, y demás referentes de la nómina. Iba a ser el punto cúlmine de una caravana que llevaría al precandidato a gobernador a recorrer una decena de distritos del conurbano, en los que también buscaría apuntalar a los candidatos y candidatas locales. 

El mismo jueves estaba planificado el cierre nacional de Horacio Rodríguez Larreta en la capital bonaerense. Junto a Diego Santilli y el intendente local el líder del ala “dialoguista” de Juntos por el Cambio se iba a presentar en el Club Atenas de La Plata. Como objetivo no menor, la foto fortalecía la imagen del jefe comunal ante una interna partidaria que se volvió mucho más compleja de lo esperada, combinada con la presencia de Julio Alak, ex mandamás platense, como principal candidato del peronismo.

Lanús

Los opositores a Grindetti resumen sus críticas al actual presidente de Independiente con una palabra: abandono. “No está”; “siempre buscó un destino que consideraba mejor”, y “no vive en Lanús” fueron frases repetidas por Julián Álvarez, Agustín Balladares y Nicolás Russo, los precandidatos de Unión por la Patria en el distrito. Esos cuestionamientos, incluso, se hacen extensivos al intendente interino actual y candidato a la sucesión, Diego Kravetz, que tampoco vive en el distrito.

Kravetz, originariamente peronista de la Ciudad de Buenos Aires, recientemente casado con la ministra de Educación de Rodríguez Larreta, Soledad Acuña, se quedó del bando halcón. Podría decirse que su perfil se ajusta más al discurso de Bullrich, aunque posiblemente el de Acuña también, más allá de comulgar con el team que encabeza su jefe porteño. El hombre elegido por Grindetti para continuar la gestión amarilla en Lanús es el responsable del área de seguridad en el municipio hace ocho años y quedó en el ojo de la tormenta tras el crimen de Morena en Villa Diamante.

En las últimas horas adquirió un protagonismo mediático luego de múltiples declaraciones, entre las que se destaca su cruce radial con el periodista Ernesto Tenembaum donde aseguró que existía una declaración de un menor involucrado en el crimen que se autoinculpaba por el hecho. No había pasado una hora cuando la propia fiscal de la causa, Silvia Bussano, lo desmintió.

Este viernes, la comunidad de la Escuela Almafuerte N°60 se manifestó frente a la Municipalidad de Lanús, sobre la Avenida Hipólito Yrigoyen frente a un descomunal despliegue de infantería y gendarmería que mirada desde el otro lado del portón. 

La única respuesta del actual interino fue un comunicado repartido vía redes sociales. Allí, dice que es padre de tres hijos y que se encuentra "conmocionado". Pero acelera y asegura que “de un lado, están los argentinos del estudio y del trabajo, y del otro lado los gerentes de la pobreza”. 

Durante la movilización, se quedó del otro lado del portón y evitó acercarse a hablar con los niños y niñas en guardapolvos y globos que se acercaron pidiendo justicia por Morena. El domingo deberá superar su interna dentro de JxC frente a Ignacio Moroni, el candidato que pertenece al espacio de Graciela Camaño y fue promovido por el larretismo.

Diego Kravetz y Néstor Grindetti. 


La Plata

La capital bonaerense, gobernada por el PRO desde el 2015, era la sede elegida por el larretismo para su cierre a su campaña. La lista que integran, entre otros, el liberal José Luis Espert y el ex senador kirchnerista Miguel Ángel Pichetto, esperaba reunirse en el Club Atenas ubicado en Avenida 13 entre 58 y 59 para tener su foto final de cara a las elecciones del domingo. La decisión tenía algo de cábala ya que ese escenario había sido el elegido para el cierre de Santilli en las legislativas de 2021.

Sin embargo, Rodríguez Larreta se acopló a la decisión de Bullrich y dio de baja el acto.  Parecía que el cierre de su etapa preelectoral se iba a concentrar en entrevistas periodísticas en las que se dedicaría a comentar lo sucedido en Lanús, cuando la Policía de la Ciudad de Buenos Aires se vio involucrada en la muerte del periodista Facundo Molares y llevó al alcalde porteño al centro de un torbellino de acusaciones vinculadas a la violencia y las prácticas represivas por parte de las fuerzas de seguridad que dependen de su gestión. 

Con el dialoguismo desdibujado, Garro deberá atravesar una interna dentro de su propio partido para tener la chance de competir por la intendencia. El contendiente será el senador Juan Pablo Allan, quien lo denunció por llevar adelante una “campaña sucia” y dejar de pagar los salarios de casi un centenar de empleados municipales por simpatizar con la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri.

A esas dificultades internas, a Garro se le agrega lo que sucede en el fortalecido armado de Unión por la Patria, donde cinco listas buscarán hacerse con la candidatura del peronismo para, así, transformarse en el principal contendiente de cara a octubre.  Julio Alak, Gastón Castagneto, Luis Arias, Guillermo Escudero y Paula Lambertini, aparecerán en las boletas celestes dentro del cuarto oscuro el domingo. 

Pero además hay condimento que altera las ecuaciones del actual mandamás platense y que lo pone en una situación más compleja que en 205 y 2019: el rol que cumplirá  Carolina Píparo, la precandidata a gobernadora por La Libertad Avanza. La diputada nacional es platense, lo que acrecienta las chances de una buena performance de los libertarios en el distrito. 

El rol de Garro dentro de Juntos por el Cambio a nivel provincial no es menor. Es uno de los referentes de los intendentes de la coalición macrista y que, incluso, tuvo un rol preponderante a lo largo de estos años como interlocutor con el gobierno provincial.

Evidentemente, el vínculo con la vereda opositora a su gestión no transitó el mentado diálogo larretista porque ya fue denunciado en tres ocasiones por vandalismo y destrucción de cartelería de UxP, una ante la Justicia Electoral y dos veces ante la Penal. En un último arrebato para fortalecer un discurso más endurecido, denunció un escrache a su domicilio que jamás sucedió.