Si alguien puede dar por finalizada la teoría conspirativa de que Luis Miguel sí se encuentra en la Argentina y no fue reemplazado por tres clones, es Guillermo Beresñak. El músico argentino fue elegido para ser el acto soporte, en cuatro de las diez funciones, del ídolo mexicano en el Movistar Arena. “Mis tías y en general todo el mundo me pregunta lo mismo. Pero no hay ninguna duda de que es él”, afirma el artista, quien le abrió martes y miércoles, y que repetirá el sábado 12 y el martes 15. “Es difícil encontrar a alguien que cante así. Canta increíble. Lo vi en vivo hace cinco años y me parece que ahora canta mejor. Físicamente, lo vi mejor. El show es increíble y está tocado todo en vivo. Es un privilegio estar ahí”.
-¿Llegaste a cruzarte con él?
-Aún no me lo crucé. Nuestro camarín está en otro lado. Sí pude ver el show a un costado del escenario.
Si bien en la Argentina la ley obliga a que los shows de los artistas internacionales tengan una contraparte local, fueron los propios mánagers de “Luismi” los que eligieron al músico y productor bonaerense. “La productora que lo trajo se acercó a la agencia de la que formo parte, Otro Planeta. Y le mandaron mi música y mi perfil a la agencia de Luis Miguel, junto con otras opciones más”, explica Beresñak. “No podía creer cuando me dijeron que había sido seleccionado. Me enteré hace pocos. El martes fue un día importante, un hito en nuestra vida. De la misma manera que cuando grabamos con Maradona en Dubái, cuando tocamos con Kusturica en el Luna Park o cuando le abrimos a Erasure. No todos los días me ve tanta gente”.
A pesar de que estéticamente es un artista tan ecléctico como todoterreno, que hayan elegido a Beresñak para ser acto soporte del astro mexicano no deja de ser peculiar si se toma en consideración su origen under en el rock. “Hice folklore y música electrónica, pero me siento atravesado por el rock alternativo”, afirma quien en esta ocasión apeló al formato dúo para preparar esta performance. “La riqueza de tener 20 años haciendo música permite que tenga un repertorio amplio”. Sin embargo, antes que “mostrar su veta punk”, el músico y compositor decidió sacar a la luz su costado más romántico, alternando canciones de sus discos anteriores con algunas de su nuevo trabajo de estudio, titulado Morón y lanzado en marzo de este año.
“Estoy en un momento artístico muy bueno para mí”, afirma el otrora Le Microkosmos, uno de los proyectos argentinos de música dance más solventes de la década pasada. “En la pandemia, me dediqué más a ser artista. Antes producía a otras bandas, solistas y películas que diluían bastante la energía de mi carrera. Si bien la iba llevando, la llevaba como un fuego lento. Este último disco me representa mucho. Volví a componer un montón”. Amén de los temas propios, este álbum, en el que el artista recupera su impronta más de ese pop traccionado a sangre y más rockera suburbana, incluye dos covers: “Agujeros negros”, de Juana La Loca, y una versión en español de “Bizarre Love Triangle”, himno de New Order.
El nombre de la canción que le da título al disco sirve para tributar a su lugar de origen. “Me pasó que por primera vez que iba a Morón y sentía melancolía”, reconoce. “Tengo muchas historias de mi vida en esas calles. Si bien me mudé a Ituzaingó, que está al lado, sentí que Morón tenía una fuerza rockera que me atravesaba”. Guillermo Beresñak integra la generación de músicos del oeste del Gran Buenos Aires que emergió en los 2000 y de la que pocos pudieron seguir adelante. “Sí me siento un superviviente”, dice. “Recuerdo que una vez toqué en una fiesta con mi grupo Le Microkosmos y nos anunciaron como ‘héroes de la música underground’. Fue el mayor elogió que recibí. Tengo 42 años y aún siento que soy un artista emergente”.