Más de veinte toneladas de un precursor químico destinado a producir drogas sintéticas, fue destruido por orden de la justicia por la Policía Federal en una firma del cordón industrial, durante los últimos días. Se trata de 23 mil kilos de metilamina, que fueron incautados en el puerto de Buenos Aires y trasladados para su destrucción en la empresa IDM de San Lorenzo.  El precursor puede ser empleado para la elaboración de drogas como MDMA, éxtasis y catinonas sintéticas (también llamadas “sales de baño”) o bien para la obtención de otros precursores químicos como la efedrina. Se estima que con la cantidad encontrada de dicha sustancia se podrían haber elaborado 2.500 kilos de MDMA, por lo cual su valor potencial asciende a más de 112 millones de dólares. No hay antecedentes de destrucción de un volumen semejante de precursor químico en la historia de la Aduana. Existe presunción del vínculo de un presunto narco boliviano con  el cártel brasileño Primer Comando Capital (PCC), y otros actores del narcotráfico con la sustancia en cuestión, la cual está bajo estudio.

El director general de Aduanas, Guillermo Michel, señaló: “Estamos convencidos de lo que hacemos: esta mercadería que se pretendía ingresar al país de manera irregular debe ser destruida para que no termine en las manos equivocadas. Con esto se podrían generar 72 millones de dosis de drogas sintéticas”.

La sustancia, que se encontraba en solución acuosa al 40%, fue retirada por la Dirección General de Aduanas del área de rezago de la terminal portuaria Exolgan, en Dock Sud. Estaba en el interior de un contenedor en 32 pallets con 128 tambores llenos de la solución con metilamina. Así, para la destrucción de la mercadería fuera de regla fue necesario acudir al sector de líquidos de la planta especializada en San Lorenzo y descargar los tambores uno a uno en el recinto de líquido, posteriormente inyectado en un horno para su incineración.

El operativo se concretó con una importante custodia en la que se incluyeron vehículos y motocicletas bitripuladas de la fuerza policial. El contenedor con barriles de 200 litros con la sustancia en estado líquido arribó hasta la planta donde fueron introducidos en bateas de gran porte. Allí se les agregó otra sustancia que permitía -previa colocación de una fuente de calor-, "la evaporización en la atmósfera sin carácter nocivo alguno", según se esforzaron en remarcar las autoridades.  Todo el proceso duró 72 horas y la carga fue destruida por completo, quedando únicamente a resguardo pequeñas muestras extraídas por el Gabinete Científico Rosario de la P.F.A, ante futuros requerimientos judiciales.

La sustancia química había sido secuestrada durante el mes de marzo de este año en un operativo llevado adelante en conjunto entre la Procuraduría de Nacrocriminalidad (PROCUNAR), el Ministerio de Seguridad de la Nación, la Policía Federal Argentina y la Dirección General de Aduanas. En esa oportunidad, participaron funcionarios del Departamento Delitos Fiscales, del Departamento Delitos Ambientales y de la División Riesgo Químico y Biológico de la P.F.A., como así también del Departamento Narcotráfico de la Aduana.

Según la información brindada por los investigadores, la empresa importadora era una firma con capitales extranjeros y una larga trayectoria en el rubro de la industria química y farmacéutica. Sin embargo, en los últimos años había presentado problemas financieros que la llevaron a su quiebra, siendo adquirida por un nuevo directorio.

Al parecer, uno de sus últimos movimientos antes del cambio societario, fue la compra de los veintitrés mil kilos de metilamina, aprovechando la antigüedad y los permisos especiales ya otorgados por el Registro Nacional de Precursores para la importación, guarda y tratamiento de esa sustancia controlada. A pesar de ello, llamativamente, el contenedor llegó a la terminal Exolgan del puerto porteño en 2017, pero nunca más salió.

A la fecha todo es motivo de estudio por los investigadores, sin embargo siguen la hipótesis de que es posible el vínculo entre los nuevos socios de la importadora y el narcotráfico. Al parecer alguna detención vinculada a la organización enunciada habría producido que la mercadería permanezca en el puerto a la espera del momento preciso para retirarla, pero la eficiente actividad preventiva de PFA y DGA imposibilitó dicha maniobra.