La Mitsubishi matrícula LV-MCV, que desapareció el lunes 24 de julio a minutos de haber despegado –a las 14.30– desde el aeropuerto de San Fernando, fue hallada en la tarde de ayer, por los investigadores, en una isla del delta del Paraná, en un tramo del Paraná Guazú. La aeronave se encuentra en gran parte debajo del agua pero algunos de sus restos pueden verse desde la superficie.
Al cierre de esta edición, autoridades de la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC) se dirigían al lugar, a unos cuarenta kilómetros de Zárate donde era buscada desde entonces. Se desconoce la situación de los tres tripulantes.
El avión turbohélice bimotor salió el 24 de julio a las 14.30 del aeródromo de San Fernando con un plan de vuelo por el que estimaba llegar a las 18.30 a la terminal aérea de la localidad formoseña de Las Lomitas, donde la familia Aristi, dueña de la aeronave, tiene campos, que estaban bajo la supervisión de Matías.
Seis minutos después de haber despegado y tras recorrer apenas 17 kilómetros, la avioneta desapareció de los radares del aeródromo de San Fernando y los aeropuertos Jorge Newbery y Ezeiza, aunque todo el instrumental había sido revisado en San Fernando antes de partir, y desde entonces no hubo más indicios de su rumbo. Para la ANAC, habrían tenido un “accidente”, del que no se supo más hasta este sábado.
La aeronave es propiedad de la empresa Aibal SA, radicada en Bragado y que se dedica a los servicios agropecuarios. Quienes viajaban al momento de la desaparición eran uno de los hijos del dueño de la aeronave, Matías Aristi, junto a Matías Ronzano y Facundo Vega, ambos oriundos de la ciudad de Lincoln.
La avioneta había participado en 1982 de la Guerra de Malvinas, en el escuadrón Fénix, que estaba integrado por aeronaves civiles. Fue, en efecto, uno de los cuatro turbohélice bimotor marca Mitsubishi que participaron de la contienda. En ese entonces pertenecía a la empresa IMPSA, de la familia Pescarmona, y su piloto fue Carlos Lázaro Arregui. Usó la misma patente que tenía el día que desapareció, LV-MCV. Fue refaccionada por los Aristi a poco de comprarla, y el año pasado le hicieron una modificación en las hélices que la dotó de mayor autonomía de vuelo y velocidad.
En el operativo para su búsqueda, que duró 26 días, participaron 24 lanchas y barcos, 12 aeronaves y 9 drones civiles, la ANAC, la Fuerza Aérea, la Armada, Prefectura Naval, Gendarmería, Policía Federal, Policía Bonaerense, Fuerza Aérea de Uruguay.