El frente Juntos por el Cambio quedó envuelto en la incertidumbre. Con Diego Santilli encolumnado con Horacio Rodríguez Larreta y Néstor Grindetti con Patricia Bullirch, la interna de la coalición macrista a nivel provincial continúa a la espera de una definición. En ambos bandos, las dudas sobre el desenvolvimiento de la fuerza de Javier Milei llevó a contemplar con mesura el mapa provincial de cara a octubre. En el búnker, la versión que corría por la tarde era la de un triunfo de Santilli, aunque por un porcentaje mucho más ajustado del esperado. Desde el sector de Grindetti, aseguran que las mesas testigo le dan la victoria.
“Gana Diego por seis puntos”, dijeron al anochecer los larretistas. “No hay certezas”, comentaron desde el grindettismo, con ilusiones que crecían a medida que avanzaba la noche. Para entonces, el rumor de una posible paridad entre Larreta y Bullrich se había trasladado a la provincia. De ser así, el electorado de JxC no es determinante respecto del tipo de liderazgo que espera para el territorio bonaerense.
Grindetti arrancó la batalla peleando desde atrás. A diferencia de Santilli, su conocimiento de la Provincia era mucho menor. Había sido el jefe de campaña del candidato del PRO en el 2021, pero en esta oportunidad debió encabezar una lista a nivel provincial y dejó a su escudero, Diego Kravetz, como precandidato en Lanús.
Kravetz fue noticia durante estos días porque en el distrito que gobierna en reemplazo de Grindetti asesinaron a Morena Domínguez, la niña de 11 años atacada por ladrones en moto a metros de su escuela. Con un discurso anclado en la seguridad y la mano dura, el grindettismo estampó a su discurso de campaña un sello que lo mimetizó con la prosa de Bullrich, por lo que distintos comunicadores y especialistas advirtieron la dificultad para precisar cual sería la incidencia de lo sucedido con Morena en su electorado.
Aparentemente, y de confirmarse los rumores sobre el papel de Milei en estas elecciones, los votantes orientaron su perspectiva de seguridad hacia medidas que son anunciadas con más vehemencia y hasta violencia.
En este escenario, el radicalismo provincial también evalúa su desenvolvimiento. La UCR Provincia, liderada por Maximiliano Abad, decidió competir dentro del bullrichismo y aportó su estructura territorial. Para muchos dirigentes, esto compensaría el nivel de desconocimiento con el que Grindetti inició la campaña. Por el lado de Santilli, la elección de Gustavo Posse como precandidato a vicegobernador expuso que una facción minoritaria del partido centenario decidió comulgar con las palomas.