El 22 de octubre, la Ciudad de La Plata deberá elegir entre dos proyectos que conoce a partir de experiencias que suman, en total, 24 años de gobierno. Fueron 16 de Julio Alak, entre 1991 y 2007, y ocho de Julio Garro, desde el 2015 hasta la actualidad. Esos dos proyectos estuvieron signados por los tiempos políticos del país y la provincia, pero también por modelos de gestión cuyas diferencias están bastante claras y que se pondrán en debate en la campaña que recomenzará este lunes.
Ambos referentes pudieron sortear localmente la elección provincial que Carolina Píparo, empujada por Javier Milei, logró en la Provincia y se impusieron en sus internas posicionándose como los principales candidatos de cara a la elección general.
Pasadas as diez de la noche del domingo, Alak aparecía como el candidato más votado en los sondeos propios de Unión por la Patria y lograba imponerse a sus rivales internos: Gaston Castagneto, Guillermo Escudero, Paula Lambertini y Luis Federico Arias.
A Garro, su mano a mano con el bullrichismo le resultó un poco más complicado de lo esperado, principalmente por el arrastre generado por la boleta encabezada nacionalmente por la ex ministra de Seguridad macrista. A pesar de eso, se impuso Juan Pablo Allan.
Luciano Guma, de La Libertad Avanza, terciará en ese mano a mano que se preve como el central de la batalla que definirá al próximo intendente platense.
El desafío por la unidad
Tomando en cuenta la experiencia inmediata que aparece en el año 2019, Alak tendrá el desafío de contener el voto peronista que se repartió entre otros cuatros candidatos este domingo. A diferencia de lo sucedido en las PASO que enfrentó a las listas de Florencia Saintout, Victoria Tolosa Paz, Escudero, Arias y Federico Martelli, el peronismo capitalino no logró imponerse como la marca más votada. Aunque en aquella oportunidad, Juntos por el Cambio logró dar vuelta la elección permitiéndole a Garro extender su gestión cuatro años más.
Así las cosas, el hombre que gobernó la capital entre 1991 y 2007 tendrá como desafío contagiar la fuerza que logró imprimir a su armado, sobre todo en el último tramo de campaña, reuniendo a los sectores mayoritarios del peronismo platense encolumnado detrás del apoyo clave del gobernador Axel Kicillof, principal impulsor de la candidatura del ministro.
Más allá de los matices que empujaron a la división en cinco listas distintas, desde el peronismo capitalino aseguran que esa unidad estará garantizada y se comprometieron a trabajar en conjunto detrás de la candidatura de Alak de cara al 22 de octubre.
A pesar de haber ganado, Garro no la tiene mucho más fácil, sobre todo luego de una interna demasiado feroz en la que sus rivales de la interna lo acusaron por llevar adelante una “campaña sucia” que incluyó el no pago de salarios y la persecución interna a los trabajadores municipales. Ahora deberá garantizar que los votos que optaron por el precandidato bullrichista se trasladen, a su candidatura, y evitar repetir la historia del 2019, pero a la inversa.
La sensación de la propia inseguridad se notó desde muy temprano este domingo, cuando el propio intendente fue el que denunció irregularidades en el distrito que gobierna y anticipó presentaciones judiciales. Al igual que había pasado esta semana, cuando se apuró en denunciar un supuesto escrache que nunca sucedió, la situación no pasó a mayores. Garro terminó celebrando, aunque sabe que para alcanzar una eventual última reelección, todavía le queda un arduo trabajo por delante.