Los Macri --Jorge y Mauricio-- festejaron juntos, y por partida doble. El exintendente de Vicente López se impuso en la interna porteña de Juntos por el Cambio y todo indica que volverá a poner el apellido originario del PRO al frente del Ejecutivo de la Ciudad. Para el expresidente, el resultado supone una vuelta a sus fuentes, además de una reivindicación a lo que fue una de sus apuestas políticas más importantes en esta elección, que era la candidatura de su primo en el territorio que lo vió nacer como dirigente. También, por el peso de la jugada, le permitió salir airoso de una batalla que podría haber licuado sin remedio su influencia al interior de Juntos por el Cambio. Tanto Horacio Rodríguez Larreta como Martín Lousteau, dos de los principales dirigentes que se atrevieron a cuestionar y dipsutar su liderazgo, fueron los grandes derrotados del domingo.
En el caso del actual jefe de Gobierno, la derrota fue por partida doble. Hizo lo imposible para no entregarle al primo las llaves del Ejecutivo porteño, y perdió. Privilegió su alianza con la UCR, que le aportó sustento territorial a su aventura presidencial, y tampoco alcanzó. Para coronar una noche negra, en las presidenciales los porteños le dieron la espalda y quedó segundo por detrás de Patricia Bullrich, que le sacó varios puntos clave de ventaja en el distrito que gobierna hace ocho años y le aplicó así un golpe simbólico, concluyente para la interna.
Macri y un voto en degradé
La suma de la interna de Juntos por el Cambio lo deja a Jorge Macri en la alfombra roja camino a la primera vuelta. El 55,77 por ciento cosechado lo pone cinco puntos arriba del piso necesario para evitar un balotaje en la Ciudad. Pero la ventaja frente a Lousteau fue más estrecha de lo esperado (51,2 por ciento frente al 48,7 del radical) y su lista no ganó en todas las comunas.
La ventaja a favor del primo del expresidente llegó sobre todo de las urnas de los barrios de la zona norte, en una suerte de degradé hacia las comunas del centro y el sur, donde perdió apoyos. Así, por ejemplo, arrasó en Nuñez y Belgrano (40 a 28) y en Palermo (48 a 28), aunque en el sur la tendencia fue inversa: en la Comuna 8 (Lugano, Soldati) y la Comuna 4 (Barracas, La Boca, Parque Patricios), Lousteau se impuso 24 a 16 y 25 a 20 puntos, respectivamente.
Por lo tanto, la clave para Jorge Macri a partir de este lunes pasa por contener el voto del radical. Reconstruir la relación con el senador no va a ser tarea fácil, dado que la interna escaló con acusaciones de campaña sucia y de violación de la veda, además de la cuestión del domicilio. Lousteau, enseguida, cortó con cualquier especulación de que jugaría a menos. “Felicito a Jorge por el triunfo. Nuestras propuestas están a disposición”, dijo el radical desde el escenario montado en Parque Norte, donde reconoció la derrota.
Ya en la previa, cerca del dirigente del PRO sostenían que el porcentaje del electorado que podría migrar de la interna de Juntos por el Cambio hacia otras opciones es “ínfimo”, y ponían como ejemplo las experiencias recientes en provincias donde el candidato ganador retuvo –o retiene según las encuestas– casi los mismos números de cara a las generales.
La contención y el aparato
Otro tema que urge en la agenda de Jorge Macri pasa por el ofrecimiento de cargos en un hipotético próximo gabinete. Se sabe que tiene su propio armado, que lo sigue desde Vicente López, a lo que se suma la tropa histórica del macrismo porteño más fiel al PRO originario. Pero desde que su primo Mauricio dejó en 2015 la jefatura de Gobierno corrió mucha agua bajo el puente y asomaron segundas y terceras líneas que le dieron un vuelco a la gestión en varias áreas clave, sobre todo en las ligadas a lo social (salud, educación y desarrollo humano a la cabeza) donde se construyó una estructura fuertemente larretista. A la vista de los resultados en las comunas del sur y centro, parte de ese aparato jugó para Lousteau.
Además, hay dirigentes que responden directamente al radicalismo, como el ministro de Producción porteño, José Luis Giusti. Habrá que ver si pasa la ambulancia con negociaciones de por medio o si, tal como dejó trascender más de una vez, Macri optará por el camino que tenía trazado, de no lotear su posible futura gestión.
Volver a empezar
Para el senador radical podría haber sido una elección bisagra. Ya había competido en 2015, donde perdió contra Rodríguez Larreta por 55 mil votos en una segunda vuelta más que reñida. Volvió a perder en 2017, otra vez contra el PRO, y luego optó por la senaduría por la Ciudad en 2019, ya dentro de Juntos por el Cambio. Esta elección era clave para sus aspiraciones de gobernar Buenos Aires, un proyecto en el que trabaja desde hace más de diez años. Por eso, a partir de este lunes, toca barajar y dar de nuevo en el aspecto de la táctica.
Para el radicalismo, a nivel nacional, la derrota también dejó trunco el proyecto de sembrar desde territorio porteño un candidato a presidente. La Ciudad es una caja de resonancia y de recursos que supieron aprovechar Fernando De La Rúa, Macri y Rodríguez Larreta, a quienes esperaban emular. La derrota de Gerardo Morales como vice de Larreta también daña las posibilidades de la UCR de tener su propio presidenciable en la boleta después de muchos años, algo que no las boinas blancas no logran casi –salvo excepciones marginales– desde el estallido de su último gobierno, en 2001. Maximiliano Pullaro, que dió el batacazo en Santa Fe y tiene todos los números para imponerse en las generales, es quien mejor posicionado asoma en esa carrera, que de todos modos será de largo aliento.
“Voy a seguir impulsando nuestras propuestas y nuestro modelo de gestión en la Ciudad”, decía Lousteau cuando se le consultaba qué haría a partir del 14 de agosto ante un resultado desfavorable.
El paseador de perros
Cuando enfrentó los micrófonos después de votar, Mauricio Macri demostró la importancia que tenía para él el resultado porteño. Se metió, como un militante más, con las denuncias que distintos referentes del PRO habían realizado en la víspera sobre una aparente violación de la veda a partir de mensajes segmentados en redes sociales y dirigida a teléfonos particulares que llamaban a votar a Lousteau para derrotar al macrismo. “Sé que los apoderados (del PRO) están con eso. Es otra de esas mugres que hace este operador que no sé por qué a tanta gente le gusta utilizarlo, Seita, el paseador de perros”, en referencia a Guillermo Seita. Se trata de un consultor que trabaja con el radical y con Horacio Rodríguez Larreta. Lo de “paseador de perros” fue un parafraseo de Luis Juez, quien había acuñado el término en medio de las discusiones internas de Juntos por el Cambio por la incorporación de Juan Schiaretti.