"La Feria del Libro fue un éxito", afirmó un entusiasta Dante Taparelli, Secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario. "Que la gente vaya a comprar libros en tiempos en que la papa vale cuatrocientos pesos el kilo, es una elección maravillosa. La franja etaria entre las trescientas mil personas que fueron, la mayoría es de 18 a 28 años. La presencia de las escuelas amplió enormemente el horizonte de la lectura. Las presentaciones, los juegos... me alegro enormemente de que cada artista hacedor de la ciudad haya tenido un espacio para presentar sus libros, para defender sus teorías, para juntarse con sus colegas". En esto coincidió, desde lo privado, José Perico Pérez, editorial Homo Sapiens: "Hubo muchísimas actividades, presentaciones, charlas de escritores y escritoras de Rosario, que eso me parece muy importante porque es la forma de que se visibilicen otras voces, y también sirve para que las editoriales de Rosario puedan mostrar todo su material en forma conjunta, con lo cual tiene más visibilidad", opinó.
Ayer, Paula Imhoff, Coordinadora de la Programación de la edición 2023 de la Feria Internacional del Libro de Rosario, comunicó a este diario: "Desde la Coordinación de la Programación de esta edición de la Feria, estamos no solo contentos sino emocionados por los resultados, las devoluciones y las valoraciones. Se trata de una programación extensa que se llevó adelante durante once días y para la cual la Municipalidad de Rosario invirtió muchos recursos para garantizar y ofrecer un evento cultural verdaderamente público, con entrada libre y gratuita. Se trabajó muy bien con la Fundación El Libro y también en el diálogo, las negociaciones y los acuerdos con libreros y editores locales, quienes cuentan con un acompañamiento especial para poder participar de la feria, en el marco del fomento a los sectores de Industrias Culturales y Creativas. En este sentido, es destacable la primera participación de la Librería de la Editorial Municipal de Rosario, que desde este año, además de su propio sello editorial, es un punto de venta fijo para las editoriales locales que funciona durante todo el año y que tuvo una muy buena experiencia en la Feria. Trabajamos también junto a UNR Editora, el sello de la universidad pública y profundizamos en programaciones en el marco de la promoción de las lecturas, que se alienta no sólo a través de la red de bibliotecas públicas sino a través del Plan Ciudadano de Lecturas Rosario Lee".
"Respecto a la programación", continuó Imhoff, "pensamos en una feria que pueda dar cuenta de las lecturas del presente en un marco general de valoración de la pluralidad de voces propias de la democracia, a 40 años de su re establecimiento. Eso implicó recuperar algunas voces que marcaron una escena de pensamiento. El otro punto fue el abordaje de temas enfocado en las diversidades, las nuevas familias, la ampliación de derechos, la mirada renovada de las experiencias desde las infancias, la movida literaria juvenil, el género como mirada urgente de esta época, el periodismo y el cruce de disciplinas que marcan la mirada sobre el presente como acontecimiento". Destacó a Robenson Glésile, un ciudadano rosarino por adopción que se instaló en Rosario luego del terremoto de Haití en 2010. "Presentó un libro de cuentos sobre la ciudad y tiene una mirada emocionante sobre Rosario, su gente y su propia experiencia", concluyó.