Un día, llegó el fin para la dinastía de la familia Posse en San Isidro. Luego de que un único apellido gobernara uno de los distritos emblemáticos de zona norte durante los 40 años de democracia initerrumpida, habrá un cambio en la intendencia a finales de este 2023. Ramón Lanús derrotó a Macarena Posse, hija de Gustavo Posse, precandidato a vicegobernador de Diego Santilli que, a su vez, perdió la interna contra el bullrichismo. En un municipio con grandes expectativas para Horacio Rodríguez Larreta, su boleta terminó tercera en el plano presidencial, detrás de Patricia Bullrich y Javier Milei.
Con más del 98 por ciento de las mesas escrutadas, Lanús se impuso a Macarena Posse por más de seis mil votos. “Voy a hacer todo para que San Isidro recupere su brillo”, indicó en sus redes, al mismo tiempo que agradecía a su rival y la invitaba a trabajar juntos. Lo particular es que es que hace menos de una semana Lanús denunció campañas sucias de todo tipo provenientes de la Municipalidad de San Isidro y señaló que imaginó “que podían llegar a tanto”.
En uno de los distritos claves para el larretismo, la boleta del Jefe de Gobierno porteño hizo agua. Más allá de que Posse padre secundara a Santilli a nivel provincial, la ganadora de la interna nacional fue Bullrich por más de 20 mil votos. Tan floja fue la performance de Larreta que terminó como el tercer candidato más elegido, detrás de Milei que obtuvo alrededor de 2.500 votos más que el representante del “dialoguismo” en la interna de JxC.
Más allá de eso, el “Colo” Santilli logró imponerse en la tira de la gobernación, con apenas 4.500 votos más que Néstor Grindetti.
El triunfador en la interna de JxC es el ex titular de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) durante la gestión de Mauricio Macri, fue funcionario de Larreta en la Ciudad entre 2019 y 2022, cuando decidió dar el salto a los halcones. A fines de su gestión en la Nación en 2019, recibió varias denuncias vinculadas a la cesión de tierras fiscales en beneficio de CABA.
En 2021, Lanús compitió con la boleta de Facundo Manes en la interna de Juntos a nivel local. Perdió, pero accedió a una banca. Esta vez, alcanzó un acuerdo con el partido vecinalista Con Vocación por San Isidro, una fuerza que ya en 2019 había alcanza más de 20 puntos. Así, el possismo no pudo hacer frente a un espíritu de renovación que llegó de la mano del bullrichismo y un discurso sobre “la fuerza” que evidentemente es más afín a los sanisidrenses.
Con una participación del 68,7 por ciento, en San Isidro Unión por la Patria no hizo pie y apenas cosechó casi un 18 por ciento del electorado, levemente por encima de La Libertad Avanza.
El derrotero de Posse
Intendente desde 1999, y con una genética radical en sus venas, Gustavo Posse supo zigzaguear en las identidades que la política nacional iba proponiendo. Durante el gobierno de Néstor Kirchner tuvo empatía con el santacruceño y líder del peronismo, e incluso en 2007 llevó en su boleta a Daniel Scioli como candidato a gobernador y a Cristina Kirchner como Presidenta.
Ya en el transcurso del segundo mandato cristinista, Posse fue buscando cobijo en la figura emergente del momento y formó parte del nacimiento del Frente Renovador conducido por Sergio Massa. Pero no se quedó conforme, y tras distintos coqueteos dio el salto a las huestes de Macri.
Todo este proceso le fue causando un daño que no fue superficial dentro del radicalismo. El año pasado intentó hacer de la UCR Provincia, pero fue derrotado por el marplatense Maximiliano Abad, quien terminó siendo el primer candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires en la lista de Bullrich.
Así, el partido boinablanca en el plano bonaerense acompañó con su estructura a los halcones y dejó en manos de Posse un pequeño puñado de intendentes que apenas llegó a una decena.
Esta crisis de identidad es bastante propia de la conformación de la lista de Rodríguez Larreta. Semanas atrás, este diario contó o intentó responder a la pregunta de qué vota una bonaerense cuando elige la boleta de las palomas. Con José Luis Espert para el senado, Miguel Ángel Pichetto como primer candidato a diputado nacional, y con Elisa Carrió al Parlasur, el larretismo se quedó sin un discurso propio, más allá de buscar imponerse como un garante del diálogo y el consenso.
“Hoy más que nunca, debemos trabajar juntos para devolverle a todos los argentinos la esperanza de un futuro mejor”, señaló el, hasta el 10 de diciembre, intendente de San Isidro. Producto de la tensa interna que vivió JxC a nivel nacional, Posse deberá buscar la manera de trasladar sus votos a la candidata que lo trató de alguien que quiso eternizarse en el poder.