“La historia de una familia argentina. La historia de todos”, así se presenta Cuéntame cómo pasó, la nueva ficción de la TV Pública, que se estrena hoy a las 22, protagonizada por Nicolás Cabré y Malena Solda. Cuéntame… es la adaptación local de la famosa serie española–que lleva dieciocho temporadas ininterrumpidas en la pantalla chica de aquel país, protagonizada por Imanol Arias– y la principal apuesta de la TV Pública para esta segunda parte del año, puesto que vuelve a producir íntegramente una ficción diaria, con recursos propios, después de veinte años.
La trama cuenta la historia de Los Martínez, una familia de clase media que vive en los suburbios de Buenos Aires entre 1974 y 1983, integrada por Antonio y Mercedes, un matrimonio joven, y sus tres hijos interpretados por Candela Vetrano (Inés), Franco Masini (Toni) y Luca Fernández Ciatti (Carlitos). Completa el núcleo familiar la abuela inmigrante representada por Leonor Manso (Herminia). A través de las vivencias de estos personajes y de un vasto archivo histórico audiovisual, se retrata la vida cotidiana de ese entonces, la moda, la publicidad, un modo de ser y el acontecer político de ese momento en la Argentina, que abarca desde el tercer mandato de Juan Domingo Perón tras su larga proscripción hasta su muerte, pasa por la etapa de Isabel Martínez, la dictadura militar, hasta el retorno de la democracia con Raúl Alfonsín.
“Cuéntame… es un programa distinto, no tiene nada que ver con lo que se ve hoy, ni con lo que se venía viendo en televisión. Tiene una estructura y una manera de contar distinta: no es partidario, ni se expresa una sola visión de los hechos sino que en cada situación están todos los puntos de vista y las diferentes miradas de aquella época. Está el que habla de Perón pero también el que no es partidario, el que se involucra con lo que pasa y el que prefiere quedarse al margen”, explica Nicolás Cabré, en diálogo con PáginaI12. “No es todo política, también hay un planteo muy interesante sobre los vínculos, sobre cómo eran los lazos en aquella época en cuanto a las parejas, padres e hijos, los hombre con respecto a las mujeres, y viceversa, que te hace reflexionar sobre cuánto de eso todavía hay en la sociedad actual”, completa su compañera Malena Solda.
El elenco de esta nueva ficción, que cuenta con libros de Liliana Escliar y Marisa Grinstein y con la dirección de Jorge Bechara y Daniel Galimbertique, se completa con Carola Reyna, Carlos Portaluppi, Ludovico Di Santo, Osvaldo Santoro, Mónica Scapparone, Esteban Meloni, Paula Kohan, Diego Alonso, Laura Azcurra, Carlos Santamaría, y la participación especial de Flavia Palmiero, Fabián Mazzei, Fabio Di Tomasso y Matías Mayer, entre otros.
–¿Cómo viven la experiencia de ser los protagonistas de una historia que trata temas tan sensibles e importantes para la sociedad argentina, y que se sitúa en un período muy significativo como lo fue la etapa de 1974-1983? ¿Cuál fue su reacción al recibir la propuesta?
Malena Solda: –A mí me gustó mucho la idea. Me pareció que era una buena oportunidad para reflexionar sobre ese período y también una posibilidad para generar diálogo dentro de las familias. Cuando cuento entre mis amigos lo que estoy haciendo me dicen ‘yo justo en ese momento cuando pasó tal cosa estaba en tal lado o en tal otro’, y eso ya genera una conversación o una discusión que me parece sana y que está bueno tenerla. Por eso, cuando me convocaron me puse muy contenta de poder participar y de ser parte de algo así. Además, los libros están muy bien hechos y hacen que la historia sea rica.
Nicolás Cabré: –Para mí, Cuéntame… apareció como la posibilidad de contar algo completamente distinto a lo que estamos acostumbrados. También significó la oportunidad de volver a la TV Pública, que es un lugar donde la pasé muy bien cuando participé, hace dos años, de Variaciones Walsh, y de volver a trabajar con Malena y con Jorge Bechara, el director, que ya lo conocía por trabajos anteriores. Y a su vez, un gran desafío porque había que contar una historia prestando atención a muchas cuestiones, como los modismos y las formas de relacionarse o de tratar al otro, porque no es fácil hablar sobre la época. La concepción del machismo era otra y el tema de los desaparecidos tenía otro tratamiento. Por todo eso, lo entendí como un desafío importante y cuando leí los libros supe que esto va a dar que hablar y está buenísimo.
–¿Cómo se prepara un personaje de época y cómo fue el proceso para dar vida a Antonio y a Mercedes? ¿Qué pueden adelantar de cada uno de ellos?
M. S.: –Yo si bien tenía bastante fresca la época porque la venía haciendo en películas, para la construcción de este personaje en particular fue fundamental el tema del maquillaje, el peinado y el vestuario, porque desde que me caracterizaba ya me transformaba en Mercedes. Por otra parte, también trabajo mis personajes a partir de los vínculos, de cómo se relacionan con sus afectos. En este caso sería a partir del vínculo de Mercedes con su marido, su mamá y sus hijos. Asimismo, debo destacar que teniendo un director como Jorge Bechara se hace todo super rico y constructivo. Creo que de la combinación de estos factores es de donde sale la época, porque de otro modo sería algo solemne o un preconcepto poco verosímil. En cuanto a Mercedes, puedo contar que es una ama de casa española. Llegó a la Argentina de muy chiquita con su mamá (Leonor Manso) que es viuda. Conoció a Antonio siendo muy joven, fue su primer amor, se casó con él y tuvieron tres hijos. Su universo es su casa y su familia, y el tratar de que todos estén unidos. Además, hace trabajos de costura para ayudar a la economía familiar. A medida que los hijos van creciendo, empiezan a aparecer otras cuestiones que antes estaban un poco tapadas, como qué pasa con su matrimonio, con ella como mujer, como persona independiente, se replantea qué quiere y quién es.
N. C.: –En mi caso, Antonio llegó luego de investigar mucho, de hablar con Malena y con los directores. Mi principal referencia fue mi abuelo, que en los 70 tenía 40 años, la misma edad que tiene mi personaje. También, la ropa, el bigote, los modismos te ponen en época. Creo que romper con los prejuicios y los preconceptos de hoy fue la tarea más difícil. Por ejemplo, Antonio tiene muchas frases o modos de decir que vistos desde hoy se considerarían desafortunados. Es autoritario, duro, machista, características propias de la época.
–La historia se nutre con las diferentes miradas y se puede apreciar cómo varían de acuerdo a la generación. ¿Consideran que allí reside lo atractivo de esta ficción?
N. C.: –Sí. La historia se cuenta desde distintas visiones y formas de pensamiento y eso es lo más rico que tiene el programa. Está el personaje de mi hijo Toni (interpretado por Franco Masini) que junto a su novia militan en una agrupación; está el que apoya a los militares; el que mira y le parece bien lo que sucede; y el que se hace el desentendido. Están todas las teorías y modos de ver la época. Es un programa que va a dar que hablar y generar debate porque son temas fuertes que no tuvieron un tratamiento como este y son cosas que pasaron y que fueron cruciales para la historia argentina. La historia, además, está narrada por el Carlitos de hoy (el hijo menor de la familia), que cuenta cómo su papá pensaba, cómo la pifiaba, cómo su mamá se hacía cargo de los dolores, cómo se vivían las las persecuciones. Todo está acompañado por un trabajo de archivo que revive la música de la época, las publicidades y completa el verosímil de las formas de ese tiempo. Eso lleva a “mover el avispero” y poder darse cuenta de que no pasó tanto tiempo, pero es abismal la diferencia en muchos aspectos.
–¿Ese puente que se traza entre pasado y presente es para marcar estas diferencias respecto de un tiempo y otro?
M. S.: –Sí, creo que sí. Al menos, desde nuestra familia se entiende y se justifica la posición que cada uno adoptó en su momento. Yo como mamá tengo miedo de que mis hijos militen y de que les pase algo por eso, pero a su vez, no entiendo bien qué es lo que sucede. Por otra parte, está mi mamá que viene de la Guerra Civil española y de todo lo que pasó en España, por lo que tiene una visión totalmente distinta de cómo son las cosas. Finalmente, están los chicos más jóvenes que son los más arriesgados, no tienen consciencia del peligro y luchan por lo que creen justo.
–Cuéntame…es la primera ficción producida íntegramente por la TV Pública, después de más de 20 años, y la principal apuesta del canal para este año ¿Eso significa una responsabilidad o una presión distinta para ustedes como líderes del proyecto?
N. C.: –Para mí es una alegría que hayan pensado en mí para este proyecto. Ser parte de la primera producción íntegra del canal después de 27 años, es todo un evento. El grabar todos los días y ver cómo lo disfrutan los técnicos, su predisposición y buena voluntad para que todo salga impecable es algo maravilloso. Si me preguntaban siete meses atrás si haría teatro y televisión junta, te decía que no, pero el hecho de hacer este programa en la TV Pública, un canal por el que pasaron figuras tan importantes, y donde te permiten trabajar con libertad y dedicarte de lleno a hacer un buen producto, fue un gran incentivo. Acá no tenes que preocuparte por el rating ni por otras presiones que sí tiene la televisión privada. Con esto no digo que sea mejor o peor, simplemente es otra manera de trabajo porque no tenés que preocuparte por si funciona o no, sino que simplemente te dedicás a trabajar para brindarle al público un producto de calidad. Pretendo y deseo que nos vaya super bien y que se rompa con la idea de que hay que esperar a que el programa salga en Netflix para decir que está bueno.
–Pero el rating es un factor fundamental para la industria televisiva de hoy, y la ficción argentina se ve muy condicionada.
N. C.: –En realidad, creo que esas son las reglas del juego y no queda otra que aceptarlas, porque no se les puede pedir a los canales que trabajen a pérdida. En vez de querer castigar a un canal por eso, creo que lo que tenemos que hacer es apoyar todos para que haya más ficción local. Esto no significa que estoy de acuerdo con esas decisiones de los canales, solo digo cómo me parece que son las cosas. Lo importante es apostar y apoyar más a la producción propia y menos a las latas.
M. S.: –Me parece que el problema no es que un programa dure un mes, lo cual reconozco que es doloroso, sino que no haya otra ficción argentina para reemplazarlo. Luego de varios años de trabajo uno sabe cómo son las cosas y esa es la ley del mercado en la tv abierta, por más que sea cruel. Estaría bueno que si una ficción no funcionara viniera otra en su lugar que generara trabajo y con la cual la gente se identificara porque se pueden construir muchas cosas para la sociedad desde una ficción.
–Cuéntame… cumpliría con esa premisa...
M. S.: –Exactamente. Las nuevas generaciones que no tuvieron la posibilidad de vivir esa época, la van a poder conocer, o revivirla a través de las vivencias de los Martínez. Una familia de clase media-baja, que afronta lo cotidiano, el día a día, y eso creo que es lo rico de esta ficción. Es muy fácil sentirse identificado y recordar a tu mamá, a tu abuela, a padres y amigos. Está muy cerca de nuestro imaginario, de nuestra vida, de un pasado que es parte inexorable de nuestro presente.
Entrevista: Florencia Coronel.