Mientras la sorpresa por la performance da paso a la mirada hacia lo que viene en propios y ajenos, ciertos lugares comunes se revelan fallidos alrededor del voto Milei: que era un microclima de AMBA, una construcción mediática, que no se reflejaría en las provincias por falta de presencia territorial, que las elecciones provinciales mostraron que el precandidato se había "desinflado". Nada de eso sucedió, Milei cosechó 7 millones de votos, fue el candidato más votado, se ubicó con grandes chances rumbo a una elección que terminó siendo, efectivamente, de tres tercios.
Se abren preguntas sobre el cómo y el por qué, pero sobre todo por lo que vendrá: ¿Este gran resultado es su techo o puede seguir creciendo? ¿Qué chances tienen las otras fuerzas de sacarle votos? ¿Qué estrategias deberían seguir? ¿Cuán abierto queda el resultado de octubre?
Página/12 consultó a especialistas --sociólogos, politólogos, encuestadores, filósofos, el autor de El loco-- alrededor de estas claves para interpretar el "batacazo libertario" que fue título de los medios del mundo.
La "sobreinterpretación" de las provincias
Entre todas las pifiadas enormes de las encuestas, se diferenció la del Celag (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica), la única que arrimó el bochín planteando una elección de tres tercios, y números que daban, a mayo pasado, un 29 por ciento de intención de voto para Milei. "Veíamos que venía con una imagen positiva muy alta y que estaba muy distribuido territorialmente, sin sesgo por provincia ni por ingreso, aunque sí por edad, con un fuerte componente de juventud", describe Alfredo Serrano Mancilla, director de Celag.
"Fue una equivocación hacer interpretaciones a partir de lo que pasó con las elecciones de 6 provincias que no superaban el 10 por ciento del padrón electoral. Se exageró esa interpretación, y definitivamente se forzó la de Córdoba", apunta. "Pero Milei venía creciendo a pasos sólidos, por eso decíamos que era imposible que Milei sacara un mal número, o que se "desinflara" por una opereta mediática, como también se dijo. No, la gente no le cree todo a los medios, decide por otras vías. Y en cuanto a la falta de estructura territorial, es importante, claro, pero no definitoria: en el mundo hay cientos de ejemplos de partidos que ganan sin estructura, y de partidos con gran estructura que dejan se ser votados", observa.
¿De dónde salieron sus votos?
Puesto a analizar el "trasvase de voto" desde 2019, Serrano Mancilla saca cuentas que de los 7 millones de votos que obtuvo Milei, hay 5 millones que vienen explicados por la fuga entre Juntos por el Cambio y del Frente de Todos. Mayoritariamente de JxC (3,5 por ciento, contra 1,5 del FdT). "Y entre los menores de 40 votantes en 2019 de Juntos por el Cambio el porcentaje es altísimo, un 40 por ciento pasó a votar a Milei", asegura. Da otra estimación: La caída de Juntos por el Cambio se explicaría más por la fuga de votos a Milei que por la abstención, y la de Unión por la Patria, por la abstención.
¿Este es el techo de Milei o puede seguir creciendo?
"Milei no ha llegado a su techo, puede seguir creciendo", asegura Serrano Mancilla. Muestra números: la imagen positiva de Milei permanece por encima de la intención de voto. "Se mantuvo durante más de un año entero entre los 35 y 40 puntos, con esos picos de 40 puntos durante muchos meses. Eso es muchísimo", describe.
¿Qué chances tiene Unión por la Patria de restarle votos a Milei de acá a octubre?
"Hay que meter el dedo en la llaga, no hay tiempo para una campaña con optimismo en el sentido tradicional, ni con amor en un sentido romántico, ni con empatía hacia el otro. Porque el 60 por ciento de la gente que votó no está pensando en los derechos que le van a sacar, sino en los derechos que ya perdió. No se puede seguir hablando solamente de lo que puede estar mejor, hay que ir a eso que se perdió, lo que está mal. Hay una falta de realismo. Lo que viene de la campaña tiene que ser crudo, porque se votó con mucha crudeza. Los derechos que faltan son los que se expresaron, allí hay que focalizar", opina Natalia Zuazo, directora de la agencia Salto.
Para la politóloga la suerte de Massa está atada a la posibilidad de "lanzar a Milei a los leones, ponerlo a debatir en otros temas que no sean económicos. Porque sus votantes realmente no creen que haya que terminar con la educación y la salud públicas: Lo que quieren es ganar mejor, estar mejor. Hay que ponerlo a hablar de esas otras cosas que no habla", evalúa.
¿El suyo es el voto bronca?
"Seguro que parte de ese voto se explica en los 150 puntos de inflación. Pero es más y más profundo que eso. Milei hoy encarna el voto de los trabajadores de Argentina", sintetiza Juan Luis González, autor de la biografía de Milei El loco (editorial Planeta). A esa "sociedad uberizada", la del "pibe Rappi" que "está pedaleando 12 horas para comprarse un celular en 6 cuotas y, en la cuota 3 se lo roban y lo tiene que seguir pagando", el Estado no le llega. Y no solo eso: si le llega, es como un problema, asegura González.
Pone como ejemplo el debate por la regularización de las apps de delivery en la provincia de Buenos Aires, a la que se opusieron también los trabajadores de las apps. El abanderado de esa oposición --finalmente se frenó el debate por la ley-- fue el legislador bonaerense de La Libertad Avanza Nahuel Sotelo, que iba a las sesiones con la mochila de Pedidos Ya. Terminó celebrando con los pibes "el triunfo contra la casta política que quiere hacerlos entrar en las arcaicas normas laborales que han destruido los ingresos en Argentina".
Cita también al consultor Mario Russo, el estratega de campaña de Milei en 2021, quien le sugirió no solo que tomara el concepto de "la casta", sino que le dio un consejo clave: "tenemos que ir a buscar el voto Rappi". "Milei le habla a gente que nunca conoció el aguinaldo, las vacaciones pagas, el trabajo en blanco. Les dice: a ese Estado que nunca pasó por acá, lo tenemos que destruir, hay que empezar de nuevo. Te propongo un norte utópico: dolarizar, y todo lo demás. Por ese lado conecta con una sociedad que cambió", analiza.
¿Todo su voto es un voto por derecha?
"Veo más cinismo, más desafección, más gente que siente que la política lo ha estafado, que derechismo", evalúa Diego Sztulwark, coordinador de grupos de estudio de pensamiento político y filosófico y autor del blog Lobo Suelto! "Hay una derecha tradicional que fue la gran perdedora, que no pudo viabilizar el descontento con el gobierno: Morales, que hizo campaña montado en la represión en su provincia, tuvo un fracaso rotundo. Milei es la derecha global, pero al modo argentino", subraya.
"La ultra derecha es una forma de escenificar una desesperación popular, una falta total de expectativas. Algo que entre nosotros no había aparecido, por fuera de los llamados a golpes militares. Tiene correlatos globales, pero acá adquiere un modo propio. Creo que Milei significa el secuestro de la crítica de izquierda al sistema, con todos sus conceptos: las palabras, la música que usa, la idea de una rebeldía, de quemar todo, de ser anti sistema. Mientras tanto, las llamadas izquierdas se han vuelto algo así como el preceptor de la clase, que levanta el dedo sobre un deber ser que no encuentra correlato en la experiencia", agrega.
La respuesta reactiva de un grueso de votantes, el de los varones jóvenes, contra la explosión de los feminismos, aparece también como una explicación de parte del voto a Milei.